Entradas

Mostrando entradas de 2020

Mi propósito para 2021: ¡Háblate bien! ¿Te apuntas?

 El otro día, después de corregir un comentario que una amiga hizo sobre sí misma, tuve una revelación: mi propósito de este año va a ser no permitir que mis amigas y seres queridos se hablen mal a ellas mismas. En este audio lo explico un poco mejor.  ¿Qué me dices? ¿Te apuntas?  ¡Muuuuaks! 

Libro: Papá Puerco, de Terry Pratchett (¡Tenéis que leerlo!)

Imagen
  Los que lleváis tiempo por aquí ─¿queda alguien por aquí? :P─ os habréis dado cuenta de que hace tiempo que no subo reseñas de libros. No es porque no lea, de hecho este año he leído más que el año pasado (por lo que sea me he encontrado pasando mucho tiempo en casa). Lo que ocurre es que no me quedan ganas. Me sigue encantando hablar de libros, pero ya no me apetece hacerlo aquí, sentarme y escribir. Es una pena, porque tampoco hay muchos más medios en los que me encuentre cómoda hablando de libros. No obstante, con este libro sí me ha apetecido, TENGO QUE GRITAR A LOS CUATRO VIENTOS LA MARAVILLA DE LIBRO QUE ES PAPÁ PUERCO . Me pasa en general con los libros de Terry Pratchett, que este año tan especialito han tenido un lugar muy importante. Son libros que me han sacado de bloqueos lectores (siempre me funcionan) y que me han hecho reír cuando todo estaba bastante serio ahí fuera. Me gustaría creer que a Terry fue a recogerlo la muerte en persona, que le hizo alguna propuesta jugos

¡ABAJO LOS INFLUENCERS!

Hoy he venido a quejarme. Pensé en hacerlo en audio, pero oye, tengo este blog muerto de asco, así que supongo que, dado que me va a leer más o menos la misma gente que me escucharía, mejor utilizar mi formato favorito, que es este.  Como dice el título, vengo a hablar de los influencers. La verdad es que este fenómeno sigue sorprendiéndome. Es cierto que cuando los blogs vivían su momento de esplendor pasaba algo parecido: había blogs temáticos con un montón de seguidores que eran verdaderos líderes de opinión en determinados temas, pero nada que ver con lo que pasa actualmente en Instagram. Para mí ese mundo era bastante ajeno, pero desde que empecé a seguir la cuenta @hazmeunafotoasi me he ido poniendo al día con el mundo del influencerismo y cada día que pasa estoy más cabreada y sorprendida.  Por ejemplo, ayer esta buena mujer sacó el caso de una influencer que promocionó unas cajas mensuales de chuches por 1€ a las que, si luego querías, podías suscribirte por 90€ el trimestre.

De media.

  Lola frotaba la espalda de Manuela repetidamente pero no de manera mecánica: ponía el corazón entero en cada caricia. No entendía cómo su amiga podía tener tan mala suerte con los hombres. Por más que lo pensaba, no le encontraba la pega.  ─Yo me rindo, Lola. De verdad. Voy a pasar de los tíos, porque ya estoy hasta el coño que sean ellos los que pasen de mí.  ─No digas eso, mujer. Ya llegará alguien. Siempre hay un roto pa' un descosío. .. Manuela la miró con incredulidad.  ─Ay, no sé, nena ─insistió Lola─. A mí me gusta pensar que todos somos el «le daría fuerte y flojo» de alguien.. Manuela rió y le cogió la mano. ─Sí, pero eso es de media. En el sistema capitalista algunos acumulan muchos «te daría fuerte y flojo» y otros nos comemos los mocos. Es el mercado, amiga. Lola sacudió la cabeza. Ambas sonrieron con amargura. Deseaba que a Manuela le fuese bien en el amor muy pronto. Porque la quería, sí, pero también porque era muy difícil animarla cuando estaba tan pesimista: sie

El chichi y los farolillos.

Hoy, mientras merendaba con mi pareja, me he echado a llorar. De hecho, he estado llorando buena parte de la tarde.  –¿Qué te pasa? ¿Por qué lloras? –Estoy frustrada y triste. –¿Por qué estás frustrada y triste? –Porque el mundo es muy feo.  Acto seguido me he puesto a desgranar las circunstancias, desde las más nimias a las más significativas, por las que el mundo me parece un lugar horrible e insoportable. Él me ha escuchado comprensivamente y me ha dejado llorar. No podía hacer más. Un rato más tarde he notado una punzada en el vientre. He consultado la aplicación que uso para hacer el seguimiento de mis ciclos menstruales y, efectivamente, estoy en pleno periodo premenstrual.  –¿Qué pasa? –me ha preguntado, tras oír mi queja. –Pues que está a punto de bajarme la regla. –Vaya... A lo mejor por eso estás así. –Sí...  Hemos acabado de preparar la cena. Ya sentados a la mesa he considerado oportuno hacer otra puntualización: –Oye... –Dime. –Que yo esté premenstrual no quiere decir que

Prohibido mediocres.

  El otro día me estaba lavando los dientes cuando recordé un evento sin demasiada trascendencia de mi vida. Una, que lleva años en esto del Interné ha estado en muchas partes y ha hecho muchas cosas (bueno, a ver, muchas... Varias). La cosa es que hace bastantes años en uno de los ambientillos en los que me movía salió un blog que se dedicaba a hacer críticas humorísticas de otros, eso sí, siempre en anónimo. Yo le veía cierta gracia (hasta que dejé de vérsela) y al acordarme de eso no pude evitar decirme «menudo saco de mierda estabas hecha, hermana». Porque las críticas humorísticas se centraban, básicamente, en que las chicas criticadas no eran perfectas o no habían cuidado a la perfección sus fotos, su escenografía, su lo-que-sea. La verdad es que ahora entiendo que solo me hacía gracia porque no era a mí a la que criticaban, pero podría haberlo sido: siempre he hecho las cosas relacionadas con mis hobbies con bastante descuido y poco rigor. (Así me va, claro) Pero no pasa nada, s

Informe semanal #4: Ella y su champú

  ¡Hola! ¿Cómo ha ido vuestra semana? Yo vengo a contaros la mía, como empecé a hacer ¿hace un mes ya? Este año el tiempo es más extraño que nunca: me parece eterno y fugaz al mismo tiempo.  Voy a esforzarme en señalar momentos buenos, que supongo que todas las semanas los tienen, porque esta semana ha sido horrible.  La cosa es que empezó bien. El lunes Marta, de Jabonería de la Sierra, publicó en Instagram mi champú . Ya os conté que había ganado un concurso y que una artesana iba a fabricar el champú de mis sueños. Bueno, pues ya está. Se llama "Medina Azahara" porque conjuga el olor del romero del campo con toques morunos como el olor a jazmín, el aceite de argán o la arcilla ghassoul. Pues eso, como Medina Azahara: una explosión de lujo árabe en las faldas de Sierra Morena. Si os da curiosidad, podéis comprarlo aquí. Y durante lo que queda de domingo hay un descuento del 20% con el código BLACKFINDE. No, no me llevo nada de las ventas, pero la verdad es que es una cosa

Informe semanal #3: La catalanització (y alguna cosa más)

Imagen
¡Hola, hola! Bueno, domingo otra vez. A ver si alguna de vosotras me explica CÓMO NARICES  se pasa tan rápido el fin de semana, porque yo no me lo explico.  Esta semana me he esforzado para traer un Informe semanal un poquito cuqui, que parece que mi vida es una soberana y absoluta mierda si miro lo que escribí el domingo pasado. No es cuestión de aparentar, no: es que me lo tengo que creer también yo.  Mirad, la semana empezó con un lunes festivo, que eso siempre está bien. Yo me había levantado temprano para ir a Correos porque soy un poquito idiota, así que, como ya estaba despierta, pensé en que quizá sí que estuviese abierto algún supermercado, y como tenía que ir al Lidl, aproveché el festivo. Compré, sobre todo, guarrerías. Necesitáis saber que tienen unos bombones que intentan imitar a los de Lindt y están muy ricos.  Lo de ir a correos era porque mi querida Marivaki, harta ya de que todos los años llore porque no he probado nunca los panellets, me mandó un paquete con unos cua

Informe semanal #2: Addendum

 Ya sabía yo que ayer se me olvidaba algo. Me acordé anoche, ya en la cama, y no era cuestión de encender el ordenador para añadirlo. Pero hoy ya es otro día y aunque sigo estando en la mierda (a pesar de que este fin de semana largo he hecho poco más que leer y vegetar), lo que quiero decir sigue teniendo relevancia. Lo que yo quería decir es que esta semana he llorado bastante. Algo menos que la media, creo, pero lo reseñable es que he pasado de un momento a otro de llorar por mis penas, ansiedades y miserias a llorar de emoción y gratitud. ¿Por qué? Pues por la gente que me rodea (en la distancia, mayormente). Durante estas últimas semanas me he sentido sola a veces, supongo que nos pasa a todos cuando estamos pasando por una mala época: aunque sepamos que no somos los únicos, sí sentimos a veces que nuestra manera de vivirla es única y que no nos iban a entender o, al menos, no del todo. No obstante, he sabido que ese sentimiento era parcial. Sé que no estoy sola. Aunque no sea cap

Informe semanal #2 (menuda birria)

Imagen
 ¡Hola, hola! Domingo otra vez. No sé si hace mucho o poco del último. Las semanas se me hacen eternas pero cuando repaso los días me da la sensación de que no he hecho nada (aparte de trabajar sin intentar perder la cabeza). Me he quedado unos 5 minutos intentando pensar qué cosas me han pasado esta semana que sean dignas de mención. No se me ocurre gran cosa. Mis mejores momentos han sido los que he pasado leyendo a Terry Pratchett. Además, ya le voy cogiendo el aire a los poemas de Joan Margarit (o quizá sea que estoy ajustando el ánimo). También he acabado el #Wordtober: 31 días, 31 palabras y 31 poemas que he ido compartiendo día a día en Twitter. Me lo he pasado muy bien y me ha ayudado mucho buscar esos ratos para sentarme a escribir cada día. Al mismo tiempo, he tenido una semana complicada con lo de la poesía. No me voy a extender aquí porque lo he contado con pelos y señales en la newsletter de hoy, domingo. Nada nuevo bajo el sol: ya conocéis mis vaivenes con la escritura. 

Informe semanal #1

 Hace más de un mes que no me paso por aquí: no tengo vergüenza ni la conozco. Tampoco es como si estuviera faltando a una cita con alguien: la gente que me lee por aquí tiene contacto conmigo por otras vías. Aún así, me da cosa estar dejando morir el blog. Bueno, más que moribundo, diría que está en coma: ahora mismo mi vida se rige, siempre que puedo, por hacer lo que me pide el cuerpo y escribir en el blog no suele estar entre las prioridades.  No obstante, hoy he pensado que sería buena idea pasarme por aquí de vez en cuando, una vez por semana, al menos, contando cosas interesantes que me hayan pasado durante la semana o, simplemente, cosas que me apetezca contar. Y, al menos hoy, voy a hacerlo. Esta semana se me ha hecho larguísima. He estado trabajando en horario de mañana y de tarde y, además, he tenido otros quehaceres. Por ejemplo, he tenido que pasar la ITV del coche. El martes salí de trabajar y, sin comer, me fui para la ITV. Me habría gustado coger una cita que se acoplas

Nuevas tendencias

 No es que me importe mucho la moda, pero sí hay alguna moda que pueda merecerme la pena observar es aquella que se ve a pie de calle y, desde que he vuelto a trabajar, me he dado cuenta de que hay ciertas tendencias emergentes que parecen haber llegado para quedarse. Me he dado cuenta de que se ha puesto de moda no maquillarse, no teñirse (mis compañeras están maravillosas con sus canas), no alisarse el pelo (y sus rizos, sus rizos estupendos), no ponerse tan de punta en blanco. Yo misma he renunciado a mi poquito de corrector y rímel de cada mañana. Se lleva un look más natural, parece ser.  Al principio pensaba que era porque se habían dado cuenta (nos habíamos dado cuenta) de que la apariencia no importa tanto, de que no pasa nada por que se vean las canas, o por ir a cara lavada. A lo mejor estos meses de encierro nos habían enseñado que no pasa nada por no invertir nuestro tiempo en intentar encajarnos en cánones y expectativas impuestos.  Hoy se me ha pinchado la burbuja cuando

Hoy me he encontrado conmigo misma.

  Hoy me he encontrado conmigo misma. No, no he tenido una experiencia mística ni estoy en la India.  Tampoco ha sido una alucinación. Creo. Mejor me explico, ¿no? Resulta que volvía de trabajar hecha polvo (así que puede que sí haya habido algo de alucinación, no digo que no) y ya casi llegando a casa me he cruzado con una niña de unos 8 o 9 años que me ha recordado a mí de pequeña, salvo por el uniforme del colegio concertado: alta, algo regordeta, mofletes, pelo rubio ondulado recogido en una coleta alta. Iba de la mano de la que supongo que era su madre. Yo las he visto acercarse hacia mí desde lejos y eso me ha permitido pensar en hacer una gilipollez porque a ver, hoy estaba yo con esos ánimos.  ─Perdone ─le he dicho a al madre─, ¿le puedo decir algo a su hija? La mujer no me corrige, así que mi suposición era buena: es su madre. Después de un instante asiente con la cabeza un poco descolocada. Menos mal que no tengo una pinta amenazante, si no... Miro a la chica directamente a l

Poniendo la antena.

  Hoy he salido a comer a una hamburguesería riquísima. Últimamente no es que comamos mucho fuera (tampoco es una cosa que a mí me encante, pero con esto del coronavirus aún me llama menos), pero hoy estábamos de celebración.  Al llegar la sorpresa ha sido muy agradable. Habían reformado la hamburguesería y, la verdad, la han dejado muy amplia, con las mesas separaditas... En fin, esas cosas. Supongo que, quizá por haber menos gente, es más fácil escuchar hablar a los vecinos de mesa. Puede ser eso o, también, que tengo bastante buen oído cuando la gente no lleva la mascarilla puesta (con las mascarillas parece que estoy teniente del todo xD).  La cosa es que he escuchado una conversación de mis vecinos de mesa. Mi pareja me ha preguntado qué pasaba cuando me ha visto sonreír. Le he dicho que luego se lo contaba porque hombre, una cosa es poner la antena y otra declarar abiertamente que lo estás haciendo. ¿Queréis saber por qué sonreía? Si no queréis cerrad el blog porque lo voy a cont

¿Aún nos queda la esperanza?

Imagen
  Hoy he empezado a ver una serie de Amazon Prime Vídeo, The boys . Me habían hablado muy bien de ella, me la habían recomendado mucho pero, por desgracia, no había encontrado el momento. Ahora que he decidido dejar de ver los informativos a la hora de comer le he podido hacer un hueco.  He visto únicamente un par de capítulos, pero la serie tiene bastante buena pinta. La premisa es que realmente existen los superhéroes, que hay gente que nace con poderes extraordinarios. Esto ocurre en nuestro mundo, en este mundo que conocemos. Y claro, la visión es bastante descorazonadora. No quiero entrar en mucho detalle, pero digamos que lo de salvar el mundo no está muy arriba en la lista de prioridades de los superhéroes y de quien los manda.  Y es triste y desesperanzador. Viendo el primer capítulo de la serie he notado cómo se evaporaba el sutil consuelo de los mitos. Cuando escribí mi Trabajo de Fin de Máster hablaba del papel de los superhéroes en la cultura pop como sustitutos de una cier

Moliendo café.

Imagen
  Laura se ha dado un baño larguísimo, como hace siempre que no tiene que pagar el agua que el baño implica. Mientras estaba a remojo había enviado la dirección del hostal, la habitación y el número de teléfono de su cita a su amiga Andrea, quien no había perdido la oportunidad de recordarle que se pueden tener citas en lugares públicos, algo más concurridos y menos peligrosos. Laura siempre contestaba lo mismo: ─No quiero que se lleven una impresión equivocada de mí.  ─¿Equivocada? ─preguntó Andrea la primera vez que escuchó esa respuesta. ─Sí, no quiero que se crean que quiero algo más que sexo. Ya sabes, quedar para un café puede confundir a la gente. En cambio, quedar en una habitación de hotel manda un mensaje bastante claro, ¿no crees? En realidad no era tan sencillo: más de uno había intentado volver a quedar, ir a cenar o al cine. En alguna ocasión había repetido cita, pero siempre en el hotel. No es que se lo dijera a la cara, pero de aquellos hombres Laura solo quería un rato

Me va a dar algo.

 Este tramo final de las vacaciones está siendo un poco... tenso, por decirlo suavemente. Llevo unos días que me subo por las pareces, irritable, incapaz de centrarme en nada, al nivel de que me dicen cosas y no las escucho, es como si no me las hubieran dicho o me hablan y en mi mente suena todo en modo "blablablabla". Me resulta súper embarazoso y me siento ridícula cada vez que le tengo que decir a mi pareja que me repita algo que me ha dicho hace 10 segundos porque he sido incapaz de enterarme del mensaje. Además, estoy durmiendo fatal. Duermo, por lo general, aunque me cueste. Es muy, muy raro que yo tenga episodios continuados de insomnio. Sin embargo, me despierto con dolor en las manos o con los puños apretados, con dolor en las piernas por haber estado haciendo fuerza o en tensión, con la lengua presionando los dientes... Duermo, sí, pero no descanso y mi cuerpo, en lugar de encontrarse mejor, se resiente cada noche un poco más.  Sé lo que pasa, ya me ha pasado antes

El lado malo de la almohada

Imagen
  Siempre me han llamado la atención las supersticiones personales, esas que son íntimas, que no sabemos de dónde vienen, porque sí, puede que alguien le tenga tirria al color amarillo o que se niegue por todos los medios a pasar por debajo de una escalera, eso no nos extraña demasiado. Sin embargo una persona que tenga que tocarse la nariz cada vez que cruza una puerta sí resulta más llamativo, precisamente porque es algo único.  Yo tengo alguna de esas supersticiones o manías. Se trata de creencias absolutamente ilógicas que no sé de dónde he sacado y que, pese a saber que no tienen ningún sentido, ahí siguen, en la parte de atrás de mi cerebro, listas para saltar. Hoy os voy a hablar de una de ellas: creo que la almohada (todas las almohadas) tienen un lado bueno y un lado malo. No sé de dónde viene, solo sé que desde que era muy, muy pequeña ha estado ahí. Nunca lo he hablado con nadie, así que no sé, a lo mejor es mucho más común de lo que yo creo (por favor, contádmelo si es así)

Bonita de cara

  Anoche salí. Tenía una cita programada, algo que celebrar. Era la ocasión perfecta para estrenar ropa, así que dejé sobre la cama mi falda de estampado vichy y mi camiseta con escote peligroso. Anteayer me lavé el pelo y puse mucho, mucho empeño en que quedase bien. Ayer me pasé el día con una redecilla puesta para aguantar el calor sin que se deshiciesen los rizos. A las ocho menos algo de la tarde me puse las lentillas y empecé a maquillarme. Saqué el arsenal completo de sombras (ya que el maquillaje de labios pierde bastante el sentido cuando llevas todo el rato la mascarilla puesta; aún así, yo me pongo mi mejor labial permanente porque me hace feliz saber que llevo los labios pintados) y me decidí a hacerme un gran maquillaje. Busqué en Internet y encontré maquillajes inspirados en el atardecer. Intenté coger algunas ideas y me extendí con los tonos naranjas, amarillentos y amoratados del crepúsculo. Bien de rímel, mi mejor iluminador, las cejas perfectas. Después puse crema ant

Compro y opino: Copa menstrual Enna cycle.

Imagen
 ¡¡Hoooola, hola!! Bueno, pues aquí estoy con una riviú de esas que hacen las influencers. Bueno, no, las influencers hacen collabs, que les mandan las cosas y hasta les pagan. Yo me las compro. Vaya, que lo que yo soy es una pringada.  Pero vengo a hablaros de una cosica que me recomendaron mucho en Twitter cuando empecé a hablar de copas menstruales y, la verdad, merece la pena.  Se trata de la copa menstrual Enna cycle. La compré por algo menos de 25 euros en una web y lo que contiene la caja es: Dos copas menstruales (de la misma talla) Un envase esterilizador. La verdad es que por ese precio está bastante bien. Por lo que he leído las copas menstruales que han sacado algunas cadenas de supermercados rondan los 9 euros y su calidad no es del todo buena, así que en proporción creo que salen más o menos igual o incluso más baratas, pues incluye en envase para esterilizar la copa menstrual. Pero si me han dado ganas de hablaros de esta copa no es solo por el precio, que me parece que

Sé bailar ye-yé.

Imagen
Hay veces que, para hacer la gracia, cuando estoy con gente hablando de sus talentos, bromeo diciendo: «Cuidado, que no os quiero enamorar, pero sé bailar yeyé». Detrás de esa afirmación hay una historia bastante tierna (a mí me lo parece) en la que está involucrada ─redoble de tambores─ mi madre. Me pone un poco triste hacer memoria y ver que hay muy pocas anécdotas tiernas o divertidas de mi infancia en las que participe activamente mi madre. No obstante, hay dos momentos clave en los que participó: la recuerdo vigilando mis recreos desde la reja del colegio para evitar que me hicieran daño y la recuerdo llevándome a la biblioteca y haciéndose un carnet para que yo pudiera sacar libros cuando tenía solo 5 o 6 añitos. Pocos recuerdos, pero importantes. El de hoy, en cambio, no es tan relevante, pero me resulta imposible recordarlo sin sonreír y eso es muy bueno, así que lo voy a compartir aquí. Resulta que era un sábado cualquiera. Yo era pequeña, debía de tener unos 6 años. Mi madre

Algo más que una habitación propia.

En el famoso ensayo de Virginia Woolf titulado Una habitación propia se dice que para escribir una mujer tiene que tener dinero y una habitación propia. Ojalá fuese solo para escribir. Tengo la firme convicción de que el grado máximo de libertad de una mujer se alcanza cuando tiene dinero propio (suficiente para vivir y hacer frente a algunos imprevistos) y una casa propia (este "propia" no implica necesariamente en propiedad). Poder sostenerme por mí misma y contar con un espacio al que pueda llamar mío han sido dos metas importantísimas para mí desde que acabé mi anterior relación. Considero que haberlas alcanzado (una de ellas completamente, otra a medias) son dos de los logros más importantes de mi vida.  El día que supe que había ganado la plaza de funcionaria mi padre lloró. Mi padre, ya lo sabéis, es uno de esos hombres de antaño que no se permite llorar, pero ese día lloró y me dijo, con alivio, que ya tenía la vida resuelta. A él el hecho de que yo fuese a tener un s

Limpieza de armario.

Uno de mis propósitos para este 2020, creo que ya os lo he comentado alguna vez, es cuidarme más. Cuando empezó enero yo pensaba que ese cuidarme iba a ser: hacer dieta  y adelgazar. A medida que avancé en ese propósito, comprometiéndome con él, me di cuenta de que cuidarme era mucho más. En unos meses está cambiando absolutamente el enfoque que le doy a las cosas, a la vida en general. Pero, especialmente, a aquellas cosas con las que tenía una relación problemática: la comida, el ejercicio, mi cuerpo.  Estoy intentando hacer las paces para cuidarme, asumiendo que (por mucho que me frustre a veces) cuidarse no es lo mismo que adelgazar o hacer dieta. De hecho, cuidarse y hacer dieta pueden ser absolutamente opuestos.  Hoy, mientras pensaba en esto, me dio un "volunto": pensé que tengo el armario bastante lleno (mi armario en este piso es pequeñito, y yo no hago cambio de armario, tengo toda la ropa junta) y que seguramente había ropa que no me entraba ya. Lo que es seguro y

Las drogas

Las drogas.  Mi fin. No puedo ¡salir! Así empieza una canción de Segismundo Toxicómano ( podéis escucharla aquí ), un grupo punk que solía escuchar cuando tenía 16 años. Sé que hay otras canciones dedicadas a las drogas: Barco a Venus, de Mecano, Exiliado en el lavabo, de Estopa, Heroína, de Los Calis... Pero a mí siempre me viene esta a la cabeza.  Venir al pueblo para mi siempre es un choque emocional importante, por muchas cosas. Ahora, que estoy creciendo, sanando o yo qué sé qué, en lugar de darme ganas de morirme (unas pocas sí me dan), de lo que me dan ganas es de contarlo, de hablar de todas las cosas que están mal aquí (y en otros muchos pueblos como el mío), de las cosas que me han hecho daño durante mi infancia y adolescencia, de la causa de mis cicatrices y de algunas heridas que quedan abiertas.  Y hoy, como habréis adivinado, le toca el turno a las drogas. Yo fui una niña muy inocente hasta que entré de lleno en la adolescencia. También os digo que cuando no te relacionas

Libro: Gente normal, de Sally Rooney

Imagen
¡Hola! Hoy vengo con la reseña de otro libro, que parece ser el único motivo que encuentro para pasarme por aquí. En esta ocasión, se trata de Gente normal , de Sally Rooney. Sé que alguien me lo recomendó, o que leí que alguien lo recomendaba, pero ahora mismo soy incapaz de recordar quién fue. Puede que lo leyese en el blog de Ro , que de ahí saco muchas lecturas cada vez que entro. Fuese quien fuese, agradezco mucho que pusiese a esta autora en mi camino y, en concreto, este libro (tiene otro que no tardaré en leer, eso lo tengo clarísimo) ¿De qué va el libro? La novela nos muestra la relación de Connell y Marianne, dos compañeros de instituto cuyos contextos son muy distintos: mientras que Marianne es la hija de una familia adinerada, Connell es el hijo de la mujer que limpia en casa de Marianne; Connell, en cambio, es bastante popular, mientras que Marianne es el blanco de las burlas de todo el instituto. Mientras leemos, acompañamos a Connell y Marianne desde su último año de ins