El amor adolescente.
Hoy quería publicar. Le iba a escribir algo bonito a Aria Black, pero al final me quedé en blanco. Así que tiré de borradores. Esto es del curso pasado, de mayo. Ay. Por si no estaba yo hoy bastante hormonal. Por si no estaba suspirando bastante. Lo que me faltaba era recordar cuanto extraño a mis chicos y chicas del curso pasasdo... Hay quien detesta a los adolescentes, pero no es mi caso. A mí me encantan. Tienen todavía esa inocencia de los niños, y esa curiosidad, y cierta irreverencia, pero al mismo tiempo empiezan a ser ellos mismos, a explorarse y a explorar el mundo con una honestidad casi brutal. Son, por lo general, así, tal cual, sin dobleces. Y eso me fascina. Y cuando se enamoran, ¡ay, cuando se enamoran! Son geniales. Hace un par de semanas tuve que lidiar con el gigantesco drama de un alumno que se iba de puente, dejándose a su amiga especial, a es que ocupa sus sueños, en el pueblo. ¡Imaginad! Me hablaba, mortalmente serio, de su problem