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Mostrando entradas de junio, 2016

Interino/a. Definición.

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Hoy me han enseñado esto. Justo hoy, que ya estoy en paro. Justo esta mañana, con el ánimo en los pies y los nervios a flor de piel. A lo mejor ha sido por eso que, aunque se supone que me tenía que hacer gracia, pues no me la ha hecho. Yo tengo puesto en mi perfil de Twitter "profesora de quita y pon". Le echo humor, no creáis. Pero esto me parece un despropósito y una simpleza. Con lo desprestigiados que estamos los interinos (que no hemos aprobado la oposición, que no sabemos, etc.) estos chistes no hacen más que avivar la llama del prejuicio. Soy profesora interina (o lo era, hasta ayer), y no llevo una página de ventaja a mis alumnos. Hice una licenciatura, con bastantes matrículas de honor, por cierto, y un máster, también con bastantes matrículas de honor. Me presenté una vez a las oposiciones, y aprobé la parte de oposición con más de un ocho de nota. Así que mejor que no me vengan con romances. Yo no caí en el puesto de trabajo que tuve hasta ayer por e

Fin de curso.

Ya he acabado mis clases (y mi contrato). Ya no volveré a ver a mis alumnos, al menos dentro del aula. Ya se ha acabado esta aventura que empezaba el 1 de septiembre, después de mucho esfuerzo y mucha espera.  ¿Y qué os cuento yo ahora de mi sueño hecho realidad? Que los sueños pierden lustre cuando se realizan, pero merece la pena. Creo que fue Rita Hayworth la que habló con desazón de esto. Dijo algo así como que los hombres se iban a la cama con Gilda, pero se despertaban con ella. Desde luego, Rita no era Gilda, pero qué queréis que os diga, tampoco me parece algo tan grave :P Han sido diez meses intensos, entretenidos, geniales. Me ha aliviado muchísimo darme cuenta de que sí, que valgo para esto. Quizá no soy la mejor profesora del mundo, pero me gusta mi trabajo, me gustan mis chicos y chicas, y me gusta lo que hago. Tenía miedo de que, después de tanto esfuerzo, esto no fuese lo mío, así que por esa parte me he quitado un peso de encima.  ¿Y qué saco de todo esto?

Libro: Els ulls de Penèlope, de Jordi Monteagudo i Cases.

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Anda que no di patadas para hacerme con el dichoso librito... Claro, el poemario fue publicado en 2002, así que es complicadillo hacerse con él. Pregunté en Bookdepository, así a la desesperada, y me dijeron que sí, que les quedaba un ejemplar. Lo pedí. Y como no me lo enviaban, volví a preguntar. "Estamos teniendo problemas de distribución", me dijeron. Pues vaya. ¿No lo tenían? No es la primera vez que me pasa, así que me voy a pensar mucho volver a pedir a Bookdepository. Total, que al final, el pobre autor, harto de mí y de mis dificultades para leerle, decidió mandarme un ejemplar que tenía. A ver, que yo, como cansina, no tengo parangón. XD ¿De qué va el libro? Se trata de un poemario centrado en la mujer, en la figura femenina. No exactamente en Penélope, aunque sí, tiene un lugar central en parte del poemario. Al fin y al cabo, Penélope es el ideal de mujer que nos transmite la cultura occidental: paciente, abnegada y audaz en lo que toca a cumplir con su

Mis segundos Juegos del Hambre: el comienzo (#OpoBetttie 1)

Hola, queridos y queridas. Seguro que estabais esperando este post con muchas ganas e ilusión, así que no quiero haceros esperar. Como el año pasado, voy a intentar ir registrando mi experiencia opositeril con detalle. Así, quien quiera o a quien le interese, podrá hacerse una idea aproximada de cómo es presentarse a unas oposiciones de secundaria.  Me parece interesante, además, porque este año ha sido distinto del anterior, no solo en lo que es el proceso administrativo y el examen en sí, sino porque mis emociones también han sido distintas, así como mis circunstancias a lo largo de la preparación del examen. Vamos allá con la crónica. El viaje empezó el viernes. Mi padre tuvo a bien llevarme a la estación de tren. Desde allí saldría a Córdoba en un tren algo ruinoso. Me esperaban cinco horas de viaje. Iba bien de ánimos, estaba bastante relajada, hasta que, mientras tomaba un helado, pasó esto: Estoy tomándome un helado mientras espero el tren y recibo esto... #OpoBett

Una interina con suerte.

Ayer, mientras acababa de prepararme para irme al instituto, escuchaba, como casi todos los días, el programa Hoy por hoy de la Cadena SER. Hay una sección que se llama "El diario de Hoy por hoy" en el que los ciudadanos cuentan su vida, sus problemas y similar en un minuto. Ayer le tocó a un profesor interino. Puede escucharse un poco después del minuto 48.  Yo, hoy por hoy, me considero una interina afortunada, visto lo visto. Sí, a mí, como al chico del audio, tampoco me van a pagar el verano. Me despiden dentro de una semana, con la faena del curso a medio cerrar (no, el curso no acaba cuando terminan las clases). Yo tampoco sé dónde voy a estar el curso que viene. También percibo cierto desprecio y falta de respeto por parte de la gente, y, sobre todo, por parte de las administraciones. A la hora de la verdad, los profesores interinos hacemos el mismo trabajo que los profesores funcionarios, pero no se nos trata igual, ni se nos tiene en cuenta del mismo modo

La ambición.

A lo largo de la vida me han dicho en muchas ocasiones que no soy una persona ambiciosa. Que no aspiro a alcanzar lo mejor, que no exploto todo mi potencial... Cosas así.  He acabado por darle la razón a esas personas que creen que no soy ambiciosa y que, en ocasiones, me lo lanzan a la cara como reproche. No, no lo soy. Si entendemos ambición como llegar "a lo más alto" y si entendemos lo más alto como lo entiende la mayor parte de la gente (dinero, fama, reconocimiento), no soy nada ambiciosa. Ni lo quiero ser.  La primera vez que me enfrenté a esa acusación fue durante la carrera. Un profesor, hablando conmigo, daba por sentado que iba a dedicarme a la investigación académica, que seguiría adelante en la Universidad, que haría un doctorado... Esas cosas. Yo, muy educadamente, me vi obligada a sacarle de su error: que no, señor profesor, que yo no quiero doctorarme, que no quiero ser profesora universitaria, al menos no hoy por hoy, que yo lo que quiero es ser pro

Una pregunta (no tan) retórica.

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A veces me pregunto cómo habría sido mi vida si mis relaciones estables, en lugar de ser con hombres, hubieran sido con mujeres. ¿Me habrían pegado ya una paliza? ¿Habría aguantado los "bollera de mierda" cuando pasease con ella por la calle? ¿Cómo habría afrontado lo de decírselo a mi familia?  Es una pregunta retórica, lo sé. Por desgracia, las mujeres en las que he posado amorosamente los ojos no me han hecho demasiado caso, con lo irresistible que yo soy... Aunque una vez pude comprobar, más o menos, cómo habría sido. Una vez pude hacerme una ligera idea. Acababa de llegar a Valencia y aproveché para quedar con ella. Me había estado tirando los trastos a través de Internet una buena temporada y, no sé, me apetecía conocerla. No pasó nada, porque ella no era mi tipo de chica ni yo el suyo. Pero estuvimos paseando por el centro, hablando de mil cosas, pasando el rato.  Aquel día, vaya usted a saber por qué, Valencia parecía un cuartel de las SS. La Estación del

La cupletista y el sargento.

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La llamaban "La belleza del siglo" y cualquiera podía contemplarla de martes a sábado en el número 20 de la calle Alcalá. Una vez un periodista inglés le preguntó por qué la llamaban así, quizá esperando una respuesta modesta. Ella se puso en pie, dio una vuelta sobre sí misma y se acarició el talle con sensualidad.  -¿Tú me has visto, inglés? -dijo, socarrona. El inglés, obnubilado a partes iguales por aquella mujer y por el alcohol, contestó, haciendo un gran esfuerzo: -Pero el siglo acaba de empezar...  Ella esta vez se puso cerca, muy cerca de él, y, sujetándole la barbilla con dulzura, lo obligó a mirarla a los ojos. Susurrando esta vez, le dijo: -¿De verdad te crees que va a nacer otra más guapa que yo? Fingió que esperaba una respuesta que sabía que no iba a llegar y, cuando el inglés hizo ademán de besarla, se dio la vuelta y se marchó a su camerino riendo alocadamente.  Así era Estrellita, "la belleza del siglo", apenas una cria

Una pequeña y oscura sala.

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Hay una sala que nadie conoce, salvo ella. Una sala oscura, en la que las gruesas cortinas violetas están siempre corridas y no entra la luz. El espacio se intuye solo por las baldosas blancas del suelo, que parece un tablero de ajedrez. Cuando entra a la penumbra de esa habitación desde la claridad del exterior parece que las baldosas negras son agujeros y que va a caer infinitamente hasta que la olviden. Hasta que deje de existir. La sala está casi vacía. Hay una mesilla de cristal, un diván y, en una esquina, en un mueble, un gramófono y unos cuantos libros. Sobre la mesilla de cristal solo hay una pluma y un diario. Cuando entra a la sala, lo primero que hace es escribir en él, y podría parecer complicado hacerlo en total oscuridad, pero no lo es: ella ve cada trazo con claridad meridiana, aunque nadie más pueda leerla.  Pero...¡esperad! Acaba de abrirse la puerta. Un rayo de luz se cuela y, con él, música, risas, destellos. Ella entra, cierra la puerta y se apoya en ella,

El apocalipsis zombi.

Este post va dedicado a Laura , que fue ella quien lo pidió. Espero que lo disfrutes :) El otro día hice algo súper guay. Pero súper guay de salirse de la escala de guayosidad.  Di una clase sobre el apocalipsis zombi.  Bueno, no la di yo. A ver, un poco sí. Bueno, me explico. Resulta que el temario de Ciudadanía es un poco una patochada, por lo que hace ya un par de semanas que acabamos el libro, hicimos el examen (a Dios gracias, que no se me junta con los otros xD) y toda la parafernalia, con lo cual me quedé un poco así pensando qué iba a hacer con mis fierecillas para que no se pensasen que estábamos ya de vacaciones. Pues se me ocurrió decirles que pensasen temas relacionados con lo que habíamos estado viendo durante el curso de alguna manera y que los metiesen en un sobrecito que preparé. Iríamos sacando temas, buscando información sobre ellos y dedicaríamos cada clase a un tema.  La cosa no fue mal el primer día. El tema me permitió hablarle de los hoax (o bu

Al fandom (político), with love.

Anoche hubo un debate entre Pablo Iglesias y Albert Rivera en La Sexta. Había un hastag oficial, pero yo lo comenté utilizando el hastag del fandom : #SalvadosPablert. ¿Por qué? Porque el fandom mola. Punto.  No voy a entrar en Podemos. Punto. Ostras, no, que esto era otra cosa.  Bueno, ¿pero qué es el fandom ? Pues mirad, yo es que tampoco lo tengo así como muy claro. Es un conjunto de chavales y chavalas bastante jóvenes, en general, que se dedican a seguir la actualidad política desde un punto de vista que mezcla el fenómeno fan con la corriente fanfic. Miran la política de una manera fresca, divertida, desenfadada.  ¿Y por qué les estoy dedicando un post? Además de porque molan, porque se están metiendo mucho con ellxs y con quien les da coba. Hablo, especialmente, de la cuenta oficial en Twitter de Izquierda Unida, lxs chicxs de La Cueva, que ya desde la campaña de diciembre le han echado mucho humor a la política (GIFs de gateteeeeeeeeeeeees <3) y que han sido muy a

Adicta a los dulces.

Fue Nelareads la que me dio la idea de convertir una cadena de tuits sin mucho sentido en un relato. Va por ti, Nela.  Hay mentiras que saben mejor que mil verdades. Claro, es que ya lo dicen, la verdad amarga. Yo es que siempre he sido más de dulces, ¿sabéis? Con lo malísimos que son. Para la figura, para los dientes, para todo.  Y lo sé, no creáis que no lo sé. Pero no me importa. Ni un poco. Soy de esas personas que creen que los días de cada uno están contados y que lo único que podemos hacer es elegir cómo los vivimos. Y yo estoy dispuesta a darlo todo y a dejar para los gusanos poco más que una ruina.  Creo que es por eso que salgo con ella. Sé que va a destrozarme, pero merece la pena, porque sus mentiras son tan dulces... Tanto que me las trago todas, a pesar de que sé lo que son. Tanto, que hasta deseo que me mienta. La verdad es, como ya decía, amarga. No, no soy la mujer de su vida. Ella tiene marido y, que yo sepa, al menos un hijo. No, no va a cumplir mis

Podcast: Opositores, esos héroes.

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Tengo un muy mal día hoy. Pero malo, malo. Así que para desahogarme he grabado un podcast. Bueno, podréis ver lo mal que llevo el día en cuanto me escuchéis. Por no maldecir al mundo entero, pues hablo de las oposiciones, que hacia algo tengo que canalizar la bilis. Que sí, que ya lo sé, que estoy monotemática, pero it's my party and I'll cry if I want to .  Como siempre, la escucha no es obligatoria, ni mucho menos. Y, para acabar, EL GIF.  ¡Besis!

Retratos a tiza (III)

Ellos dos son, académicamente hablando, mis mejores estudiantes. Los mejores de su curso, seguro. Pero son tan diferentes...  Ella tiene 15 años y es perfecta. Como estudiante, desde luego. No pude evitar quedarme con la boca abierta cuando vi que tomaba apuntes. Todavía me sorprende encontrar en sus trabajos y exámenes citas mías, y no solamente fragmentos aprendidos de memoria del libro. Siempre plantea problemas, siempre aporta ejemplos, siempre pregunta dudas. Y me encanta, porque piensa mucho y bien. Veo en sus ojos una chispa... No, no una chispa, sino un fuego. Sí, veo en sus ojos un fuego de curiosidad y ganas de descubrir que la consume y me enamoro. Pero, además, es que hace deporte, toca un instrumento (muy bien) y es una persona genial. Sus compañeros la adoran y ella está siempre dispuesta a ayudar. Es amable, buena y generosa. De diez en todos los sentidos. Y, sin embargo, la siento insegura. Camina un poco inclinada, como apocopada, y habla bajito, como si temie

Las p**** oposiciones.

Hola, amiguitos. Aquí estoy de nuevo, pero hoy vengo dispuesta a despotricar así, un poquillo, a ver si me quedo a gusto.  Hoy, amigos y familiares, he descubierto dónde tengo que ir a examinarme en las próximas oposiciones (que faltan 15 días, ojo). Pedí Jaén, por la cercanía, pero no hay tribunal de Filosofía en Jaén. Al final, Córdoba. Intento verle el lado positivo. Mi profe de 2º de Bachillerato (la buena, no la otra) era cordobesa. Y Córdoba es una ciudad bonita de narices para relajarse antes de un examen.  Pero hoy no tenía yo el día. He pasado toda la mañana nerviosa y lo que me faltaba era eso, al filo del mediodía. Por no hablar de problemas familiares y del hecho de que a algunas personas mis circunstancias y yo les venimos importando más o menos una mierda pinchada en un palique. Que, a ver, mentiría si dijera que me sorprende, pero vaya... Pues nada, cuando la vida me ha dejado, me he puesto a buscar viaje y alojamiento. El viaje, bueno, no es perfecto, pero

Orgullosa de ellxs. Orgullosa de mi trabajo.

Hay días en que me siento orgullosa en el trabajo. No es demasiado común, no creáis. Sí es común que me sienta divertida, alegre, sorprendida, satisfecha... O, por el contrario, abatida, triste, impotente... Pero orgullosa, orgullosa... No, no es común. Pero hace unos días me sentí tan orgullosa que casi creí que iba a reventar.  La cosa empezó con mis pequeñujos de valores. Tengo en esa clase a unos veinte alumnos (si asisten todos, lo que no suele ser normal) y, salvo alguna excepción y según se dice, cuento con lo mejorcito de cada casa. No es infrecuente ver que alguno de estos alumnos está expulsado. De hecho, algunos ya se van para un mes completo. Fue en este grupo donde puse mi primer parte de amonestación y, después de ese, ha venido alguno más. Pero, poco a poco y no sin problemas, he conseguido que nos llevemos bien. Hace ya tiempo que no tengo que tomar ese tipo de medidas con ellos, lo cual es todo un logro.  Pues bien, parte del currículo de la asignatura son los