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Mostrando entradas de marzo, 2019

El talento y los retuits.

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El otro día tuve una charla con mi amiga Odisea . Ella es fotógrafa y hace unas cosas maravillosas con muy pocos recursos. Todo empezó porque se quejaba de que estaba recibiendo mucho menos feedback en redes sociales. Algoritmos de redes sociales aparte, a mí me llevó a preguntarme por qué gente verdaderamente talentosa no tiene ningún impacto en el mundo de Internet (ni fuera) a pesar del esfuerzo mientras que otras personas reciben un montón de interacciones, felicitaciones, reconocimiento y ofertas de diverso tipo. Y, la verdad, no sé a qué se debe. Yo le decía que me pasa lo mismo. Que me canso de compartir mis poemas (que no de escribir) porque no le veo sentido. Salvo por cuatro o cinco personas, esos poemas, que son para mí muy importantes, pasan sin pena ni gloria por las redes sociales de la gente, por mi blog, por todas partes. Y eso desanima. Escribo porque no puedo evitarlo, ya lo he dicho en más de una ocasión. Sin embargo, cuando comparto mis poemas me expongo y, n

Libro: Rabia, de Stephen King.

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Este es uno de los libros que me trajo Letraherido cuando vino a visitarme en julio. Me ha costado cogerlo, pero una vez empezado, he tardado apenas nada en leerlo. ¿De qué va el libro?  Un alumno acude una mañana al instituto, como cualquier otro día. O casi. Ese día lo llaman al despacho del director y, al salir, coge una pistola y se encierra en su aula con todos sus compañeros, iniciando un encierro que los cambiará a todos. Hablando del libro... Este es uno de los libros que King escribió bajo pseudónimo. Según él cuenta en los prólogos, lo hizo porque sus editores decían que si publicaba todo lo que escribía acabaría saturando el mercado. Whatever . La cosa es que suelen gustarme más los libros que publicó como Richard Bachman que los que ha publicado como Stephen King. ¿Será casualidad? ¿Habrá alguna motivación? No sé, pero me parece que son libros mejor ejecutados, en general. Quizá porque son más breves y la historia fluye naturalmente, llegando a una desembocadur

Las palabras adecuadas.

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Me la encontré, después de muchos años, en un bar de esos exclusivos, todo lo contrario a los baretos cochambrosos que solíamos frecuentar cuando nos conocimos. Su estado era tan lamentable como el mío, seguramente, pero en ella estoy seguro de que quedaba peor. Quizá porque recordaba la infinidad de veces que nos había tumbado bebiendo sin despeinarse siquiera. Puede que llevase muchas más copas encima que yo, no sé. Lo importante es que estaba más o menos igual de jodida que yo. Quedaría bien decir que dudé, que no la reconocí de primeras, pero sería una mentira. Era inconfundible. La vi, borrosa, al otro lado de la barra y supe que era ella. Se apoyaba con dificultad y gesticulaba mucho. Movía las manos de aquella manera efusiva, tan suya, pero como a cámara lenta. Me acerqué todo lo rápido que mi pedo me permitió y, aunque pretendía murmurar su nombre, lo medio grité. –¡Marta! Ella se giró, entornó los ojos, como intentando reconocerme. A decir verdad, puede que lo que estuvi

Tu nombre. #DiaMundialDeLaPoesía

Voy por las calles tan contenta y no llevo encima nada más que tu nombre. Gloria Fuertes Me diste tu nombre como quien abre la ventana temprano, temeroso, intentando adivinar si lloverá. Yo recogí aquella palabra con mis manos desnudas -temblaba- y la contemplé con estupor. Tu nombre me había encontrado despistada, con la guardia baja, pensando en si tus besos sabrían más a chocolate o a café. Ya ves, me perdieron esos labios que aún no tenían nombre. La semilla germinó, hizo crecer sus raíces y estas se enredaron en cada nervio de mi cuerpo. Tu nombre está ahora en mí, en todas partes. No puedo hacer otra cosa que llamarte, vida mía.  (Feliz día  mundial de la poesía)

Lejos.

Hoy he hablado con mi padre para felicitarle el Día del Padre. Su voz ha sonado cálida, confortable, como a casa. Como siempre. Cuando he colgado se me caían unos lagrimones que daba pena verme, y eso que estaba en el autobús. Lo echo de menos. Mi padre se hace mayor, el tiempo pasa. La persona que más quiero, la persona que más y mejor me ha querido, está a 400 km de distancia. Pueden parecer pocos pero son suficiente para tenernos separados. Ahí sigo, reafirmándome en la creencia de que esta vida no da nada sin quitarte algo antes.

En rebeldía.

Bueno, a petición de MariVaki , un poema erótico-festivo de los que estuve hablando en Twitter.  Espero que te guste, reina.  Está prohibido:                            lo quiero. Escaparé de mi casa para ser perra perdida y velar en la oscuridad de tu cama mi caída. Entre gemidos y lamentos se trenza y pierde mi vida. No hay tentación que se escape de mi voluntad suicida. Tus ojos, abismo negro. Tus labios, tierra prometida. Mi cuerpo quiere ser pozo en el que se hunda tu hombría. Está prohibido:                           lo quiero. Pero eso tú ya lo sabías.

Hoy, domingo.

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Ha hecho un día "espléndido", sí, con comillas, porque como esto siga así no quiero pensar qué temperaturas vamos a tener en julio. Este marzo parece un mayo cualquiera, si quitamos que las mañanas son algo más frescas.  La cosa es que el cuerpo me pedía sol, así que me he puesto bien guapa (el pintalabios primaveral por excelencia, una blusa fresquita y unos zapatos de tacón que tenía muertos de risa) y me he ido con mis cuadernos y mis libros al parque. Me he sentado y me he puesto, de entrada, a escribir.  Ayer alguien me dejó caer que hace mucho que no le escribo poemas. Bueno, es que últimamente no tengo los colores necesarios para meterlo en mis versos. Las cosas me salen más grises. Pero hoy, con el sol, supongo que ha sido distinto.  A veces, supongo, hace falta un empujón para hacer las cosas bien. Si es que tal cosa existe. Ignoremos el destiempo de esta improvisada primavera, la amenaza torva del lunes, que se yergue, nuestra inconmesurable

A destiempo.

¿Qué has dejado para mí, si ya no crees en la magia? ¿Cómo encontrarás milagros en mis ruinas? El amor nos llego tarde y nos encontró cansados.

En febrero...

Ya lo había visto antes, pero hoy he visto este post de Ro , resumiendo su mes de febrero, y he decidido copiarme. Ahí va mi resumen. En la mesilla: Libros y mis cuadernos de escribir poemas. Crema de manos de cereza.  En la cómoda/armario: Jerseys gorditos y suaves. En el sofá: Mi manta gustosita. Ojalá por muchos meses. Y yo, mucho menos de lo que me gustaría.   En la nevera: Cremas de verduras, gracias a que me voy animando con la olla GM d En la caja de galletas: No cabe el propósito de dejarla vacía, aunque debería :( Alajú, del viaje a Cuenca. En la ducha: Gel de romero y champú de menta y frambuesa. En los labios: Mucho bálsamo labial y muy poco pintalabios. En la cabeza: Demasiados nubarrones. En la pared: Mi tabula cerata del taller de Kalendas :) En la calle: Solecito y la luz de Córdoba En la mochila: Cuaderno y pluma, por lo que pueda pasar.  En todas partes: Gente que consigue lo que yo deseo. Que me alegro por el

Libro(s): Tetralogía "Dos amigas", de Elena Ferrante.

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Llevo con esta saga desde finales del año pasado y acabé el último libro anoche. La empecé porque llevaba tiempo viéndola por todas partes y, aunque no creo en las señales, suelo dejarme llevar por ellas. Otro de mis defectos. ¿De qué van los libros? La tetralogía cuenta la historia de dos amigas, Lenú y Lila, nacidas en un barrio pobre de Nápoles, recorriendo toda su vida desde la infancia hasta la vejez. Aunque pueda parecer poco llamativo, son vidas bastante interesantes. O moviditas, al menos. Hablando de los libros... Bueno, primero quiero explicar por qué me he decidido a reseñarlos todos juntos. Es muy simple, y no, no es porque me haya vuelto una vaga con las reseñas, que también, en parte. Es que no son cuatro libros. No hay cuatro historias, o cuatro arcos narrativos que se cierren satisfactoriamente. Eso me enfadó bastante cuando acabé el primer libro: la historia queda totalmente abierta. Así que más que cuatro libros tenemos un libro muy largo dividido en cuatr