Creo que le gusto de verdad...
Nunca se me han dado muy bien estas cosas. Saber lo que la gente piensa de mí, por ejemplo. Nunca sé distinguir si alguien está realmente a gusto conmigo, si le parezco verdaderamente interesante, divertida o agradable o si, por el contrario, le parezco un coñazo pero está intentando ser amable. Pero esta vez creo que sí, que le gusto de verdad. Hemos quedado un par de veces y, cuando le propongo un plan, dice que sí. Cuando nos juntamos lo pasamos tan, tan bien, que nos da pena separarnos. El tiempo pasa rapidísimo y no miramos el reloj. (Miento, en nuestra primera cita sí lo miramos: teníamos compromisos después y el miedo de, como el tiempo se nos estaba pasando volando, llegar tarde. O, al menos, eso es lo que me pasaba a mí). Al separarnos nos escribimos para decirnos que lo hemos pasado muy bien, que tenemos que volver a quedar. Ayer incluso me dijo que un plan sencillo, como una cerveza, era más que suficiente mientras yo le mandaba el mismo mensaje. ¿No es bonito? Sí, yo creo