No se qué de un espíritu...
¡Hola! ¿Qué tal? ¿Cómo estáis? ¿Nerviosos por la llegada de los Reyes? Por aquí ya han pasado, en globo. Si nos descuidamos no los vemos, porque lo cierto es que su desfile ha sido bastante rápido. Es una pena porque, aunque esta noche vuelven, ya no los vamos a poder ver. Yo venía a hablaros de esto: de la ilusión, del espíritu navideño o lo que sea. Ya sabéis que yo nunca he sido muy navideña y que suelo enfrentarme a estas navidades con cierto cinismo individual. Intento, claro, no amargarle las fiestas a los demás. De hecho, hasta en los años más Grinch, su ilusión se me ha contagiado un poquito. Sin embargo este año no me reconozco: soy yo la que está ilusionada. Justo el año en el que mi pareja y yo decidimos no hacernos regalos por razones personales. Total, para mí las Navidades no son tan importantes. Pues este año me he descubierto penosa perdida porque no iba a tener regalos en Reyes. Tanto es así que el parejo ha decidido adelantar uno de los regalos de mi cumpleaños p