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Mostrando entradas de septiembre, 2018

Perdida.

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Hoy he hecho un comentario sobre alguien: "Está perdido en la vida. Pero bueno, tampoco es que sea el único". Y me he partido en dos. Se ha notado un poco, pero no tanto como podría haberse notado. Ha sido una epifanía, ¿sabéis? Como verlo todo claro. O casi. En los últimos tiempos tengo unas rachas de tristeza bastante pronunciadas. No son incapacitantes -soy una persona perfectamente capaz de vivir con tristeza-, pero se me hacen un poco cuesta arriba. Y no entendía por qué me pasaba, y me sentía fatal porque, al fin y al cabo, ¿qué me falta? ¿Por qué me pongo triste? Me enfadaba mucho conmigo misma por no poder señalar razones de peso para esas tristezas tan grandes. Y ya está. Ya sé qué me falta. Me falta orientación. Y por eso me siento perdida. Hasta ahora tenía metas más o menos claras. Pero ya conseguí esas grandes metas. Ahora, por supuesto, tengo metas pequeñitas, propósitos más o menos cotidianos, pero no es lo mismo. Miro a mi alrededor y no sé hacia dónde se

Peli: No soy un hombre fácil. (2018)

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Podéis encontrarla en Netflix, en este enlace . Tener Netflix propio es una maravilla. Puedo ver todas las petardeces que se me antojen sin tener sentimiento de culpa. Porque a mí, las petardeces, lo que más.  Ayer, en mi búsqueda de películas petardas, me lancé contra este título que tenía desde hacía unos días en mi lista. El argumento es bastante sugerente: un machista recalcitrante se despierta en un mundo dominado por mujeres. Por lo menos da cierta curiosidad. Y no decepciona. Al menos yo me lo pasé bomba viendo la peli. Se trata de una comedia romántica, pero esa parte es, digamos, secundaria. Lo verdaderamente genial de esta peli es el experimento que supone. Hay un criterio que suelo compartir con mis alumnos para determinar si un anuncio es machista: pon al hombre en lugar de la mujer y si se ve ridículo, es machista. Pues esta película es una muestra de ese ejercicio llevado al límite y lo que se pone en cuestión no es una situación o un anuncio sino t

Otra vez, volver a empezar.

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Mañana empiezan las clases en los institutos. Los peques del colegio ya llevan una semanita en clase, y los maestros y profesores estamos ahí, dando y recibiendo guerra desde el 3 de septiembre, primer lunes de mes. Este año, ya sabéis, repito centro. Por eso el primer día de trabajo no estaba nerviosa. Ya conocía a casi todo el mundo, todo iba a ir bien. Maniobraba en terreno conocido (aunque siempre queda espacio para las sorpresas) y eso era tranquilizador. Pero lo de empezar las clases es otro rollo distinto. Aunque conozcas a algunos alumnos, incluso aunque conozcas a la mayoría, cada curso es un mundo. Y aquí estoy, temblando de nervios. No mucho, un poco. Pero temblando. Mañana empiezan las clases de mi 4º curso como profesora. Y no sé, quizá sí se hayan atenuado un poco los nervios -sobre todo los debidos a las inseguridades, quizá por eso de estar en terreno conocido- pero sé que esta noche me va a costar dormir y que este pellizquito en el estómago va a durarme unos días

Cumpleaños, de Ángel González.

Yo lo noto: cómo me voy volviendo menos cierto, confuso, disolviéndome en aire cotidiano, burdo jirón de mí, deshilachado y roto por los puños. Yo comprendo: he vivido un año más, y eso es muy duro. ¡Mover el corazón todos los días casi cien veces por minuto! Para vivir un año es necesario morirse muchas veces mucho. Felicidades.

Libro: La casa de los espíritus, de Isabel Allende.

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Parece que últimamente la cosa va de clasicazos de esos que hay que leer antes de morir. La casa de los espíritus es, definitivamente, uno de esos. Es difícil encontrar alguna lista de ese tipo en la que no aparezca. ¿De qué va el libro? El libro cuenta la historia de la familia Del Valle-Trueba a lo largo de tres generaciones en las cuales se reflejan las transformaciones políticas, sociales, morales y sentimentales de un país. Hablando del libro... Me lancé a leer La casa de los espíritus con un poco de prevención.  Cuando leo en la sinopsis de un libro que va de generaciones familiares y bla-bla me acuerdo de Cien años de soledad y me entra el tembleque. Para mí, Cien años de soledad fue una pequeña -o gran- decepción y no me gustaría volver a experimentar algo así con un libro, aunque inevitablemente me pasará algún día. Sin embargo, no ha sido este el caso con la novela de Isabel Allende. Mi experiencia de lectura ha sido muy distinta -mucho más placentera en este

Llévame donde ya he estado.

Hoy he recibido el diploma del curso de poesía de hace un par de semanas. No os he hablado mucho de él, por varias razones, pero hoy sí voy a hablar un poco de una conferencia y de varias ideas que allí se enunciaron. De esta conferencia me sorprendieron varias cosas, pero la segunda que más fue que estaba en desacuerdo con todo lo que se dijo (frase arriba, frase abajo). Os garantizo que tiene bastante mérito, ¿eh? Una de las ideas que se trasladó es que la TRUE POESÍA, la poesía de verdad, para serlo, debe llevarte a lugares donde no has estado, descubrirte algo nuevo.Si no, no vale para nada. No es poesía, es otra cosa. Para ilustrar esto mismo utilizó un poema con el que, no puedo evitarlo, tenía una conexión. Me lo había recitado un amigo que estaba pasando por un mal momento emocional. Era un poema de desamor y me lo leyó con tanto sentimiento que sentí mía su pena. Pues el conferenciante dijo que el poema era un ladrillo y lo ridiculizó. No os voy a mentir si os digo que se ga

Ojalá estar buena

Debe de ser maravilloso saber lo que se siente estando buena. No me refiero al día que te levantas y, por hache o por be, te ves guapa. No. Me refiero a saber que estás buena, no que te sientes guapa, sino que lo eres. Y lo sabes como algo con cierta constancia en el tiempo. Yo qué sé, me explico fatal. Perdonadme, es que estoy en crisis. La vuelta de las vacaciones debilita los corazones, se ve. No solo empiezas a tener horario (con lo que a mí me gusta vivir sin reloj) y obligaciones, sino que la vida se encarga -o nosotros nos encargamos en su nombre- de recordarnos que el paraíso terrenal está perdido y que las cosas duelen, se estropean... En fin, que me he pesado. Que también es culpa mía, a ver. ¿Quién me manda a mí subirme a la báscula un 4 de septiembre a las 8 de la mañana? Nadie. Pero así soy yo, gilipollas, qué le vamos a hacer. De verdad que no he tenido un verano tan loco como para el susto que me he llevado, os lo digo en serio. Mas bien al contrario: ha sido tranq

Feliz Curso Nuevo

Hoy empieza el año para los que medimos la vida en cursos. Tras un verano relativamente poco aprovechado y un tanto accidentado, hoy he empezado a trabajar de nuevo. No esperaba sorpresas: repito centro por primera vez en mi corta vida docente y eso facilita las cosas y libera ansiedades. Ya conozco a mis compañeros de departamento, el claustro se mantiene relativamente estable, así como el funcionamiento del centro. Todo parecía que iba a ser paz y tranquilidad... ¿Todo? ¡No! El curso ha venido con sorpresita, con nuevos retos y responsabilidades que, en fin, espero saber llevar en condiciones. Que ojo, todo esto me pasa porque no sé decir que no y sigo sin tener claro del todo hasta dónde llegan mis obligaciones laborales y morales como profesional de la enseñanza, pero creo que es algo en lo que merece la pena implicarse. Voy a estar trabajando con gente que se lo toma en serio, y eso siempre es una gozada. También empieza el curso en el que SÍ O SÍ me tengo que sacar el C1 de i