Entradas

Mostrando entradas de junio, 2015

Libro: Uno más uno, de Jojo Moyes.

Imagen
Leí Yo antes de ti y me encantó (a pesar de la destrucción emocional que supuso), así que supuse que tenía que leer también este libro que, me habían dicho, no era tan duro. Con esa idea en mente lo he estado leyendo durante estos últimos días de subidas y bajadas, esperas en estaciones, viajes de tren, tardes de hotel, ... Esas cosas. Y allá va la reseña. ¿De qué va el libro? Jess es madre de dos hijos (bueno, uno de ellos no es hijo suyo, pero ¿qué más da?) especiales y apenas puede llegar a final de mes. Desde que su marido se sumió en una crisis depresiva, lucha sola sin pedirle nada para sacar adelante a los dos niños. Y lo consigue, a duras penas. Ed es un exitoso desarrollador de software que, sin verlo venir, se ve envuelto en un caso de tráfico de información privilegiada, lo cual pone su vida patas arriba. Sus vidas no se parecen en nada: él es rico y ella es su limpiadora. Y la camarera del pub donde decide emborracharse hasta perder el conocimiento. Y, sin emba

¿Y si sí?

Mañana (ya hoy, porque son más de las doce de la noche) salgo para Ciudad Real de nuevo. Esta vez no voy de paseo, voy a jugármela, porque así lo vivo. En mi situación estas oposiciones no son un examen más, no puedo tomármelas como otras personas con las que me encontré, que van a probar, a ver cómo es. No, para mí es muy importante, es mi apuesta, mi plan para salir de esta situación de mierda. Por esas razones y por otras, que no todo el mundo conoce, esto es, para mí, jodidamente importante. Vamos, que se sale de la escala de importancia.  Pero que sea tan, tan, tan importante, no ayuda, no es ninguna garantía. No me da ninguna ventaja, y quizá, más bien, al contrario, porque cuando me pongo a pensarlo me da vueltas la cabeza. Quizá si el mundo fuera justo, o si esto fuese un telefilm de esos cutres, todo acabaría bien, lloraríamos de alegría y sonreiríamos mucho. Pero esto no es un telefilm , creo. Así que no sé qué va a pasar.  He hecho lo que he podido dentro de mis

La chica de las llaves.

Imagen
Este relato es, como no, para Rosa, que me ha prestado su nombre "oficioso". Su postura era de todos menos lo que se dice formal. La cabeza, sobre las palmas de las manos y los codos sobre el mostrador. Le faltaba muy poco para dejarse caer sobre él. Lo peor de todo es que habría dado igual: hacía varias semanas que los clientes eran un fenómeno anecdótico. Las mismas que llevaba ella trabajando en la ferretería.  Todavía no sabía cómo había conseguido el trabajo, pero lo había hecho: sería la encargada de hacer las llaves. Se sentía orgullosa, pues no era muy común ver a una chica trabajar en una ferretería. Se veía a sí misma como una de esas pioneras que habían luchado por la igualdad de las mujeres. Aunque si la cosa seguía así dejaría de serlo muy pronto. Su jefe estaba arrepintiéndose de haberla contratado. También se había dado cuenta de que el negocio iba cuesta abajo desde que ella estaba allí y no eran meras sospechas: alguno de los clientes habituales le

Libro: Rebeldes, de Susan E. Hinton.

Imagen
Hablando de literatura juvenil, Letraherido me recomendó este título de Susan E. Hinton que, por lo que he podido ver últimamente, es un clasicazo que muchos de vosotros habéis leído en vuestros años mozos y al que tenéis bastante cariño. Pues bien: yo no lo conocía. Pero nunca es tarde si la dicha es buena, que dicen. ¿De qué va el libro? Ponyboy vive con sus hermanos, Darry y Sodapop, solo con ellos, en un barrio pobre. Bueno, también está la pandilla. Son greasers. Como tales, tienen que sufrir los ataques de los socs , los niños bien del barrio rico. Esas escaramuzas ocupan gran parte de su día a día, bien sea en acto o en pensamiento. Sin embargo, un día la situación se les escapa de las manos y Ponyboy acaba metido en un buen lío. Hablando del libro... Como ya he dicho, no conocía Rebeldes . Esperaba, no sé por qué, una especie de libro sobre bandas rivales, casi tribus urbanas. Incluso una especie de Romeo y Julieta moderno. Fallo total. Se trata de algo más

Maneras de decir las cosas.

Esta mañana me han robado un buen rato de estudio, pero tampoco me ha sabido muy mal. Han llamado al timbre y era mi nena, que venía a darme las gracias por haberla ayudado a pasar de curso. ¡Hasta me ha traído una rosa! (Me la ha dado sin palabras, porque se muere de vergüenza). Mientras estaba en Ciudad Real recibí un mensaje de su madre, lleno de gratitud, diciendo que si no hubiese sido por mi ayuda habría repetido. No voy a caer en la falsa modestia: es así. Pero no es porque yo haya hecho la gran cosa, sino porque mi nena estaba ya convencida de que era tonta, incapaz, y de que no importaba qué hiciese, lo suyo era suspender. Supongo que yo le ayudé a darse cuenta de que eso no era así, de que no era más tonta que nadie, de que si se esforzaba podía conseguirlo. Y se ha visto. En tres de las cuatro asignaturas ha pasado del suspenso-suspensísimo al notable.  Estaba guapísima, feliz, sonriente. Agradecida. Me siento muy querida cuando ella se abraza. ¡Hasta se ha cortado el p

#OpoBettie, parte 1.

Imagen
Bueno, como algunos ya sabéis, ayer era la presentación de las oposiciones de secundaria en Castilla-La Mancha. Así que con motivo de algo tan importante como decir mi nombre para ver mi DNI, tuve que irme a Ciudad Real.  Salí para allá el viernes por la mañana. Mi hermano me llevó a la estación de tren más cercana. Se despidió de mí con dos besos en los que noté cierto nerviosismo contenido, al igual que durante el viaje, mientras me preguntaba si el examen era ese sábado o si tenía que hacer algo. Es nerviosismo contenido y no expresado porque supongo que mi hermano, como mi padre, esperan que saque plaza a la primera, porque es lo que tengo que hacer. Para eso soy la lista de la familia, la universitaria, la que siempre ha sacado buenas notas. Así que más que nerviosismo es expectación. Y no os hacéis una idea de cuantísimo pesa. Pero bueno. Estas oposiciones van a ser una excusa para viajar en tren. Adoro el tren. Creo que es mi medio de transporte favorito. El paisaje era

Libro: El efecto matrimonio, de Graeme Simsion.

Imagen
Hace unos días leí El Proyecto Esposa , de Graeme Simsion . Me pareció tan divertido que cuando me enteré de que tenía una segunda parte supe que tenía que leerla.Vamos allá con la reseña.  ¿De qué va el libro? Don Tillman, contra todo pronóstico, consigue conquistar a Rosie y ella accede a casarse con él. Su vida es perfecta y Don ya se ha acostumbrado a los rituales y a la ausencia de ellos. Justo cuando empieza a acomodarse en esa estabilidad un terremoto sacude su mundo: Rosie está embarazada. Hablando del libro... Ya os comenté en la reseña de la primera parte que Don Tillman es un personaje altamente inteligente, pero un poco-bastante inepto social. Nadie, ni siquiera él mismo, acaba por comprender cómo una mujer como Rosie (la mujer más guapa del mundo, según sus palabras) ha acabado a su lado. De hecho, yo diría que pasa los días esperando a que ella se de cuenta de su "error".  Podéis imaginar que si Don no está seguro de poder ser un buen mari

Retales musicales: BSO - Banda Sonora Opositeril

La vida sin música sería un error, según Nietzsche. Sin arte, en general, la vida sería un error. Pero la música, en concreto, tiene sobre mí un poder impresionante. No soy una melómana que disfrute de la teoría: apenas sé nada de música. Sin embargo, disfruto muchísimo escuchándola. Supongo que es lo que tiene el arte :) Como se avecinan tiempos turbulentos, se me ocurrió que sería una buena idea preparar una lista de reproducción con canciones que pudieran serme útiles en el trance opocalíptico. Canciones para animar, para motivar, para relajar, para soltar tensión,...  Ayer estuve apuntando en la agenda las canciones que se me iban ocurriendo, y ya tengo mi lista a punto. Por si a alguien le interesa, aquí os dejo los títulos y por qué he elegido esa canción. Me temo que será un post largo, porque mi idea era coger 20 o 30 canciones. Hay 42 finalmente. ¡Ups! xD Hijo de nadie - Loquillo. Me la descubrió Letraherido , porque yo de Loquillo he escuchado muy, muy poco. La v

Adivina la canción (II)

 Bueno, ya sé que ayer puse la canción rebuscadilla, pero es que escuchándola me apeteció empezar con ella. Hoy he cogido una canción -creo-bastante más conocida. Y me parece que es bastante sencillo. A ver si lo acertáis :)  (Si no sabes de qué va esto, clic aquí) ***  -¡Eres un cerdo! -Pero muñeca...-intento detenerla sin demasiado interés. -¡Gilipollas! -grita, ya a lo lejos, mientras intenta parar algún coche. Me quedo solo. No me importa. Casi. La ciudad se extiende ante mí en todo su esplendor, pero su sórdida belleza no significa nada si la comparo con nuestros sueños. Cruzar el océano, empezar de nuevo al otro lado. ¿Sigues soñando con Los Ángeles? Ni puta idea. De lo que estoy seguro es de que ya no piensas en mí. Lo sé porque me siento perdido. Recuerdo a la rubia: una belleza típica que solo me llamó la atención en serio mientras me insultaba. Quizá porque me recordaba a ti. Iluso de mí. Enciendo un cigarro y me recuesto en el asiento trase

Adivina la canción (I)

Imagen
Hace unos días leí un relato de Fran Rodríguez que estaba basado en una canción. Tanto el uno como la otra se titulan "La última estación" y podéis leerlo/escucharla aquí . Y hoy a mí se me ha ocurrido, como diría Gru, una idea brillante. Sí, me cuesta xD Me gustó mucho el relato, así como la idea de traducir a prosa las canciones. Así que he pensado que sería un ejercicio literario interesante y divertido. Además, podemos añadirle un plus: os voy a lanzar un reto. Mi traducción a relato de las canciones no tendrá título, tendréis que titularlo vosotros encontrando el título de la canción que ha inspirado el relato. Vaya, dicho en simple: que leyendo el relato tenéis que intentar adivinar en qué canción se basa ¿Qué os parece? ¿Aceptáis? :) Al final del relato dejaré alguna pista en blanco (tendréis que seleccionar el texto para poder leerla) y el enlace a la solución, para que no os quedéis con la duda. Así, además, podéis decirme qué tal está la adaptación :P V

Amor con condiciones.

Hoy he estado hablando con una amiga. Me ha contado que acababa de venir de viaje, que había pasado el fin de semana fuera. -¿Dónde? -le he preguntado.  Me ha dicho que en Madrid. -¿De turismo? -me he interesado. -Algo así -ha contestado ella, con la mirada triste y una sonrisa enigmática.  No suelo meterme en la vida de los demás, ni siquiera en la de los amigos, así que he sonreído y he esperado a que me contase su secreto. Porque cuando los labios y los ojos no coinciden suele haber algo que contar.  Ha sido así, efectivamente. Mi amiga ha tragado aire, como si temiese ahogarse durante su relato. Después ha alzado la mirada y ha comenzado a hablar. Resulta que hace un par de meses conoció a un chico en un foro de Internet. Yo pensaba que esas cosas ya no pasaban. No lo de que la gente se conociese por Internet, sino en los foros. Resulta raro que en el mundo de las redes sociales y las apps de ligoteo la gente todavía se conozca hablando, sin fotografías

Libro: Lágrimas en la lluvia, de Rosa Montero.

Imagen
Me enteré hace unos pocos meses de que Rosa Montero también escribía ciencia-ficción. Me quedé un poco picueta, la verdad, no me la imaginaba en este género por lo que había leído de ella. Pero la ciencia-ficción me gusta, y había oído hablar muy bien de este libro, así que me animé. Vamos allá con la reseña. ¿De qué va el libro? Estados Unidos de la Tierra, siglo XXII. Concretamente, Madrid. Un buen día los tecnohumanos, o como suele conocérseles, los replicantes, empiezan a volverse locos y a suicidarse en extrañas circunstancias. Tan extrañas que casi parece que no se trate de suicidios aleatorios, de accidentes, de casualidades. La investigadora privada Bruna Husky es contratada para investigar estas muertes y acaba metida, de lleno, en medio de una situación que cada vez se torna más compleja. Hablando del libro... Bueno, bueno, bueno. Primero quiero compartir un pensamiento que he tenido que repetirme durante buena parte de la novela: "Bettie, esto es FIC

Con cuentagotas.

Hoy me he enterado que Ro y yo estaremos a partir de la semana que viene en empeños parecidos: de oposiciones. Eso sí, ella, por suerte, ya está del lado de los correctores, y no de los examinandos. (Todo llega, Bettie, todo llega). La cuestión es que ella ya sabe que le toca "pringar" de tribunal, pero aquí la información llega con cuentagotas. El sábado 20 es el acto de presentación, y todavía no sabemos a qué hora ni dónde tenemos que acudir. Del día del examen (27) ni hablamos. Todavía no sabemos cuándo ni cómo tenemos que entregar las programaciones didácticas y para qué seguir. Conste que yo lo estoy llevando sorprendentemente bien. Con lo maniática del orden y la organización que soy... En fin, que le estoy haciendo caso a Epícteto: me preocupo de lo que está en mi mano (estudiar), y no de lo demás. Qué remedio... Pero creo que a falta de poco más de una semana para empezar mis propios "Juegos del Hambre" ya es el momento oportuno para ponerme pedig

De Superman al chándal de táctel.

La verdad es que las conversaciones que Jack y yo mantenemos son de lo más extrañas.El domingo estábamos hablando de la última peli de Superman. A partir de ahí la sucesión de temas fue la siguiente: Superman >> Tim Burton >> Los remakes >> Retomar éxitos pasados como signo (o no) de decadencia >> Rocky y Rambo >> ¿Dónde debería haber finalizado la saga de Rocky? >> El concepto de acabar en altobajo >> Rocky IV y su encanto videoclipero >> Los 80 >> El chándal de táctel.  Llegados a este punto he de reconocer que la conversación se puso interesante. Jack, que creció en los 80, suele hablar del encanto de esta época. Pero yo, como soy de pueblo, crecí en los 90 casi como una niña de los 80, así que en este punto podemos intercambiar experiencias (a mi pueblo todo llega con retraso). Y debéis de tener razón en eso de que capto bien el encanto de las cosas cotidianas, porque a Jack le ha encantado mi descripción del chándal d