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Mostrando entradas de abril, 2019

La erótica del consentimiento.

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Esta campaña electoral nos ha dejado unos cuantos momentos bochornosos, pero como mujer quiero destacar el que protagonizó Cayetana Álvarez de Toledo cuando puso en entredicho el concepto de consentimiento que se viene enfatizando desde hace unos años: SOLO SÍ ES SÍ. "¿De verdad están ustedes diciendo "sí, sí, sí" hasta el final?", dijo Cayetana, quedándose más a gusto que después de salir de la bañera de hidromasaje. Yo entonces pensé en ese maravilloso orgasmo fingido en "Cuando Harry encontró a Sally", ese "YES, YES, YES, YES" y en la carga erótica que esa escena tiene. De hecho, estoy convencida de que ese "sí" enfático, repetido, desbocado, tiene mucha de la culpa de que, viendo esa escena, muchos hayan deseado que sus parejas reaccionasen así a sus aproximaciones eróticas. No sé qué puede haber más excitante que el hecho de que tu pareja desee y disfrute cada uno de tus movimientos, y eso es, al fin y al cabo, lo que ese s

Gato.

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Gato es un poco como yo. Ayer lo pensaba, mientras ronroneaba sobre mis piernas. Sí, ese animal que todo el mundo tiene por arisco y despegado se tiró media hora o más sobre mis piernas, hasta que tuve que bajarlo porque llamaron a la puerta. Lo que ocurre es que a él, como a mí, hay poca gente que lo ve en realidad, como es, no como lo que creen que es. Gato fue, desde bien pronto, una decepción. Fue un regalo para mi hermano, que esperaba otra cosa de él. Cuando se pasó la novedad, esa bolita de pelo preciosa se convirtió en un coñazo: había que cepillarlo con frecuencia, dedicarle mucho tiempo. Y, para colmo, era un aburrimiento: un gato tranquilo, que por no hacer, ni maullaba, que disfrutaba recostado en los rincones más raros y poco más. Mi hermano esperaba un gato juguetón, activo, un poco loco, como él, y se encontró un gato calmado y curioso, que podía pasar horas mirando el desagüe, intentando descubrir por dónde se escapaba el agua. Como yo. Así que, como no era lo q

Hay personas.

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Hay personas que son hogar, en las que quieres quedarte para siempre, en las que te sientes a salvo, y hay personas que son posada, un refugio temporal antes de continuar el camino. Hay personas que son arroyo, agua suficiente para calmar nuestra sed, para lavar nuestras heridas y para mantenernos vivos, y hay personas que son mar bravo: beber de ellos no es aconsejable y es imposible mantenerse en pie frente a ellas. Hay personas que son claridad, que no ocultan nada, que nos dan luz, y hay personas que son una vela: parecen iluminar pero esconden más de lo que muestran. Hay personas que son etéreas, casi perfectas, fantasía, de esas que captan tu atención y tu deseo en un instante fugaz. Y hay otras que son materiales, tangibles, existentes, como tantas otras que te cruzas cada día por la calle y a las que no dedicas media mirada. Y no sé. Ser real, tangible, está bien. Si tan solo pudiera sentirme fantasía de vez en cuando...

Me voy.

A estas horas, si no ha pasado nada, estoy montada en un avión. Me voy de viaje unos días. Bueno, puede ser el viaje más largo que haya hecho en mi vida y el más lujoso. Tampoco es que haya que esforzarse mucho para eso, que yo soy una pobretona cutre. Cruzad los dedos para que todo vaya bien. Os cuento a la vuelta :)

En marzo

Se me había olvidado este post, pero bueno, aún llego a tiempo para recapitular. En la mesilla: Un cuaderno nuevo para mis poemas. ¡He acabado el anterior! Y vaselina para los labios secos.  En la cómoda/armario: Huecos. Mucha ropa en la maleta para mi próximo viaje.  En el sofá: Ausencia. Paso poco tiempo tumbada y perezoseando. Marzo ha sido un mes muy loco. En la nevera: Un imán, recuerdo del viaje a Cuenca. En la caja de galletas: De vez en cuando, algunas chuches que me trae @Kyol. En la ducha: Más silencio que de costumbre, yo que soy de cantar mucho bajo el agua. En los labios: Mucho bálsamo labial y muchas ganas de besos. En la cabeza: Mal humor. No tener tiempo para mí me pone insoportable. Y este mes ha sido, como ya decía, una locura. En la pared: Nada nuevo.  En la calle: Demasiado calor para esta época. En la mochila: Una sorpresa durante todo el mes :) ¡Y salió bien!  En todas partes: ¡Ganas de vacaciones!

Indicios.

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Es difícil saber la respuesta a las cosas importantes así, de repente. Con frecuencia nos toca ir recogiendo pruebas. Por ejemplo, una pregunta fundamental podría ser: "Esta persona, ¿merece la pena?". Es muy complicado saberlo. Solo el tiempo guarda la respuesta. A veces se la calla durante mucho, muchísimo tiempo y, cuando nos la desvela, nos deja desiertos y desolados, como si nos hubiese caído encima una bomba. Pero hay indicios. Uno de ellos es su resistencia a la prisa. Cuando no hay tiempo para nada, vivir con calma es un acto de resistencia. Detenerse y prestar atención al mundo cuando todo nos empuja hacia delante, una muestra de carácter. Si se para a mirar, quédate.