Entradas

Mostrando entradas de abril, 2021

Mi viaje como gorda: 2. La adolescencia: llenando la mochila de piedras.

 La primera parte de esta historia que ojalá fuera ficción está aquí.   Cuando llegó la adolescencia yo ya tenía más que asumido que ERA gorda. No estaba gorda, no: ERA la gorda. Una de ellas, al menos.  No fue el peor momento de mi vida, de todas maneras. Suele serlo, pero en mi caso hubo bastantes cambios positivos: el bullying cesó al irme del colegio al instituto, me uní a un grupo de amigas (hasta entonces no había tenido amigas, por mucho que os cueste creerlo), empecé a sentirme menos isla. Estoy hablando de los 14-15 años.  Evidentemente, eso no impidió que el mundo siguiera recordándome que mi cuerpo era un horror. Me costaba muchísimo encontrar ropa juvenil, bonita y de mi talla. No me extrañaba, claro: yo me veía enorme. Pensaba, de verdad, que era una persona con un problema severo de peso. No recuerdo cuanto pesaba, pero sí recuerdo la talla que usaba con 17 años: una 42. Y sí, era una talla que me costaba encontrar. Los 2000, la época de mi adolescencia, fueron un momento

Mi viaje como gorda: 1. Cómo me convencieron de que era gorda.

 Hoy he visto en Twitter este vídeo y, la verdad, me ha parecido muy importante la idea de contar el viaje de gorda y visibilizar lo que es cargar con este estigma durante toda la vida. Un estigma que acaba, en muchísimas, muchísimas ocasiones, convirtiéndose en una profecía autocumplida.   Quiero contar mi viaje de gorda. Iré por partes, porque esto tiene bastante tela que cortar. A mí me convencieron de que era gorda. Y digo "me convencieron" porque me engañaron. Me siento estafada. Cuando veo fotos mías de pequeña e incluso de adolescente siento que me han robado la vida que podría haber tenido, una vida distinta, con otra autoestima, otra relación con la comida, con mi cuerpo, con la ropa, con la gente...  Pero esta es la vida que tengo y que me han dejado.  Yo, de niña, no era gorda. No lo era. Siendo honesta conmigo misma, jamás habría dicho a mi yo de 4, 5 o 9 años que era gorda. Sí era una niña bastante alta, robusta. Tenía, por supuesto, esa tripilla típica de mucha