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Mostrando entradas de junio, 2012

Barreras mentales: la religión.

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Me encanta saber cosas. Dicho así, no estoy siendo muy elocuente. Intentaré explicarme. Desde pequeña me ha encantado leer. Yo no era de esas niñas que preguntaban "¿y por qué?": me iba, buscaba un libro y encontraba la respuesta -o al menos lo intentaba. Ojeaba atlas y enciclopedias por gusto, por curiosidad. Y luego iba a la primera persona que se me cruzase y le decía: "¿A que no sabes por qué ...?" lo que fuese. Me encantaba descubrir cosas nuevas.  En eso soy muy cartesiana...."Daría todo lo que sé por la mitad de lo que ignoro". No sé si eso tiene algo que ver con que me metiese en este embolao que es la Filosofía.Supongo que no. O sí, en parte. Desde luego, la carrera no ha saciado mis ganas de saber cosas nuevas. Y le pego a lo que se me ponga por delante. Lo que sea. Por eso no entiendo que la gente se levante barreras mentales en ciertas cosas y diga "hasta aquí, más allá no me interesa". Y en esto, la madre del cordero aca

Libro: Cincuenta sombras de Grey, de E.L. James

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No tenía ni idea de la existencia del fenómeno que ha supuesto este libro y los otros dos que completan su trilogía. La verdad es que hasta que un libro no es un best seller más que consagrado, yo ni me entero. Voy leyendo lo que me recomiendan o me apetece sin mucho orden ni concierto y no suelo estar al día de las novedades o los boom editoriales.  Me enteré de la existencia de  50 shades of Grey , o, como se lo ha traducido al castellano, Cincuenta sombras de Grey , hace una semana. En un principio leí varias críticas y pensé “¡Vaya! Esto promete”. Así que me decidí a leerlo. Pero, como en todo, me hace pensar que en el mundo de los libros también hay intereses ocultos, o si no, yo no me lo explico. Vamos a la crítica, a ver si consigo hacerme entender. ¿De qué va el libro? Anastasia Steel está a punto de graduarse en la universidad cuando conoce al atractivo multimillonario Christian Grey. Entre los dos – vaya usted a saber por qué – se establece un lazo de atracció

Desde unos ojos musulmanes.

“Però el fet que em sentís tan vulnerable davant dels periodistas occidentals em va fer entendre que els musulmans sabem ben poca cosa dels occidentals com a éssers humans, com a cúmul d’esperances y anhels contradictoris, de somnis imcomplerts. Si els consideréssim vulnerables, ens hi sentiríem més propers. Però confonem els occidentals amb Superman, amb arquitectes de la NASA que, sense cor i com uns robots, inverteixen tots els seus sentiments en la construcción de naus espacials inhumanes i exorbitantmen cares per descubrir galàxies llunyanes, mentre s’obliden del seu propi planeta.” [1] [1] MERNISSI, F., L’harem occidental , Barcelona, Edicions 62, 2001, p. 31 Traducción (más o menos, que nadie se ponga tiquismiquis xD): "Pero el hecho de que me sintiese tan vulnerable delante de los periodistas occidentales me hizo entender que los musulmanes sabemos bien poco de los occidentales como seres humanos, como cúmulo de esperanzas y anhelos contradictorios, de sueñ

La vida hecha.

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Soy de pueblo. Esto es así, y no tiene caso ocultarlo. Rezumo encanto rural por cada uno de mis poros (jaja) y, por más rebelde que he sido desde pequeña hacia lo que no me parecía bien argumentado (sí, yo era una de esas niñas de ..."¿y por quéeee?") hay valores de la cultura de pueblo que han calado en mi persona. Y punto.  Banner del blog "Me llaman promiscuo" . Muy ilustrativo. Una de esas concepciones que han calado es la de tener "la vida hecha" o "la vida resuelta". Si lo pienso friamente, sé que no tiene sentido. Que la vida no está hecha hasta que no te mueres, o así, al menos, lo entiendo yo cuando lo pienso. Pero si dejo de racionalizar y me pongo a sentir, si dejo que sean mis entrañas las que se ponen en marcha, lo veo de otra manera. Bueno, no. Lo siento de otra manera. Lo de tener la vida hechaes muy propio de la vida en el pueblo, donde poco hay que hacer. Donde las cosas parecen no cambiar nunca. En las ciudades todo

Liebster blog. :)

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Después del trastorno que me ha supuesto leer "Lobster blog" (blog langosta XD) me dispongo a cumplir con la nominación del primer premio que le han dado a este cuadernillo de retales. Viene del blog de una monstruita situado Más allá del arcoiris gris . Sirve para dar a conocer blogs de menos de 200 seguidores. No sé si yo quiero volver a tener un blog medio-conocido. Pero igualmente, se agradece. ¡Gracias guapa! Ahora, al lío... Estas son las normas. Normas para los premiados:  Copiar y pegar el premio en el blog enlazándolo con el blogger que te lo ha otorgado  Premiar a 5 blogs con la condición de que tengan menos de 200 seguidores y notificarles que son ganadores de este premio  Confiar en que continúen la cadena premiando a otros 5 blogs Y ésta la imagen del premio: Antes de nada, decir que yo no obligo a nadie a cumplir la norma de seguir con la cadena. Lo hago porque me apetece dar crédito a alguno de los blogs que leo, de esos blogs que pasan por el

La gente tiene muy claro lo que le interesa.

Voy a ser un poco contradictoria, espero que se me disculpe. Últimamente hay mucha crítica en diversos círculos hacia aquellas personas que vemos el fútbol y que disfrutamos con los éxitos de la selección española. Que si borregos, que si tal, que si cual. Yo soy una de las personas que ven los partidos. No muero si no veo uno, pero me divierte, lo paso bien. Y sería tonta si me privase de un momento de esparcimiento que sí me puedo permitir. Por eso, cuando comento algo por Twitter sobre el partido, o por Facebook e inmediatamente después veo un mensaje despectivo hacia la gente que se alegra por las victorias en el fútbol cuando el resto de cosas van mal me da un poco de rabia. Pero lo entiendo. Creo que es razonable que la gente no quiera sufrir. Se supone que el ser humano huye del dolor y busca el placer. No podemos culpar, entonces, a los que intentan evitar el dolor a toda costa, aunque sea cerrando los ojos.  Sin embargo, también creo que es razonable que la gente

Película: Primos. ¿Correcto? Correctísimo.

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Acabo de ver esta peli, y he sentido el impulso irrefrenable de venir y recomendarla. Tal cual. No son muchos los que leen este cuaderno, o debería decir cuadernillo, de retales, pero para los que lo lean, ¡mirad esa peli, por favor! Os garantizo que pasaréis un buen rato. ¡Maaaaaaarchando un trailer! <p>Ppues</p> Se trata de una peli súper graciosa, simpatiquísima, pero además, muy tierna. Los personajes se te ganan. Es una de esas películas que quieres que acabe bien, porque crees que los personajes se lo merecen. Y sobre todo, ¡por fin me topo con una comedia romántica en la que los protas no son dones y doñas perfectos y perfectas! ¡Alegría! De verdad, qué sensación más agradable me ha dejado esta peli. :)

Dicen que la gente no lee...

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... y puede que tengan razón. Probablemente haya mucha gente en este país que no coja un libro ni aunque se lo recete un médico. Estoy segura de que hay varias razones para este fenómeno y no sólo una. Una de ellas, creo, es que los hábitos se transmiten: como los padres de familia normalmente no leen, los hijos no están habituados. También supongo que falla algo en los programas de fomento de la lectura de los colegios. En fin, que seguro que vosotras/os podéis darme alguna razón más. Pero hoy a mi me preocupa algo: va a ser difícil cambiar eso - si es que realmente interesa que eso cambie - si los precios de los libros siguen siendo precios de artículos de lujo.  Esto viene a cuento de que hoy ha salido a la venta el 5º libro de la saga "Canción de Hielo y Fuego", titulado "Danza de dragones". Cuando he entrado a Twitter he visto que Danza de Dragones era TT, y, evidentemente, como fan de la saga, no he tardado ni un segundo en mirar a ver qué se decía. Algun

Summer is here, por desgracia para mi.

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Hoy he visto un tweet que me ha hecho mucha gracia. Es una pena que su autora lo haya borrado instantáneamente, antes de que me diese tiempo de hacer RT. Decía algo así como: "Que digas que te gusta el verano si eres de Montreal tiene un pase, pero si eres de Madrid es para darte una leche". Algo así, vaya. No sé cómo es el verano de Madrid, pero sé cómo es el de Valencia, y podría suscribir una afirmación similar.  Quienes me conocen, lo saben: no puedo con el calor. Mi estación favorita del año es el invierno. No me importa ir tapada de pies a cabeza, llevar capas y capas de jerseys, envolverme en una larga y gruesa bufanda, o ponerme dos batas para estar en casa. De verdad, no me importa.  Sin embargo, en cuanto empieza el calor me pongo irritable, me siento mucho más cansada, me cuesta concentrarme o realizar cualquier tarea con rapidez. El cuerpo me pide descansar en un sitio fresquito, o todo lo fresquito que sea posible, y no salir a la calle y moverme lo meno

Cosas que echo de menos.

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Por bajar un poco el post sobre mi querida UV, y por no ir perdiendo la costumbre de escribir, voy a hacer un post-macedonia. A lo mejor eso no tiene mucho sentido, pero para mí lo tiene: mi madre hacía macedonia cuando quedaban frutas sueltas que estaban empezando a pasarse de maduras: un plátano, un melocotón, una manzana...  Pues eso, que hoy, con un poco de aquí y un poco de allá voy a escribir este post. Lo cierto es que son cosas que he ido pensando estos últimos días, así que tampoco es del todo descabellado. Lo que ocurre es que intentaba buscar cosas alegres sobre las que escribir, puntos positivos. Pero bueno, a veces la nostalgia es bastante reparadora. Siempre es agradable recordar que en algún momento las cosas te fueron mejor, porque eso quiere decir que pueden volver a irte bien, ¿no? Una de las cosas que me ha dado por echar de menos últimamente es el terraceo. Bueno, en general, salir a tomar algo a un bar o pub. Es curioso, porque no soy demasiado de bares, n

Sobre la Universitat de València: Hay más inútiles en el mundo que perros descalzos.

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Estoy que tiro fuego por la boca. Una de las cosas que me irrita sobremanera es que, a pesar de que una persona haga las cosas bien, en tiempo y forma, y cumpla con todos los requisitos que se le imponen, pueda acabar siendo perjudicada. Me estoy refiriendo a trámites administrativos, o, como lo ha llamado esta mañana una amiga: a la BURROCRACIA.  En la Universitat de València, en la que he estudiado, no sé si por suerte o por desgracia, este tipo de problemas son el pan de cada día. Yo en seis años sí que he tenido suerte: salvo en 1º de carrera, en el que me amenazaron con anularme la matrícula si no pagaba 6 euros de unas tasas administrativas (qué drásticos, ¿eh?), no había tenido más problemas en 5 años de licenciatura. Pero sí que he podido ver como a algunas personas les cobraban dos veces la matrícula, o que a pesar de hacer los trámites para incorporar unos créditos al expediente, en tiempo y forma, no se incorporaban porque "había pasado el plazo y no habían p

Teorías sobre la felicidad de una mujer.

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Aviso: este post es un post chorra, básicamente contiene divagaciones personales y tontás varias. Porque hoy podría hablar de la prima de riesgo, o de que el bono español a 10 años ha pasado el 7% de interés. Pero es que hasta una misma se cansa ya.  No sé si lo leí, lo escuché, o me lo contaron. Pero en algún momento de mi vida tuve conocimiento de una teoría que decía que uno puede saber cómo de feliz es una mujer por las veces que se cambia el color o el corte de pelo. La relación es inversamente proporcional: a más tintes, menos felicidad.  Cuando ví la película "Olvídate de mí" recordé esa teoría: el personaje que interpreta Kate Winslet suele cambiar con bastante frecuencia de color de pelo, y lo cierto es que desprende cierta tristeza... ¿Qué opináis? Tiempo después, comenté esto con alguien, no recuerdo quien. Y ese alguien que no recuerdo me dijo que no sólo con el pelo. Que la felicidad de una mujer es inversamente proporcional a la cantidad de veces q

Todo gran viaje empieza con un paso.

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Hoy vengo en plan autoayuda, y mira que no me gusta este rollo, pero de vez en cuando hay que pararse y mirar para adentro, y sobre todo, reflexionar.  Tenemos motivos para estar de mala leche y tristes. Claro que los tenemos. Sobre todo cuando muchas de las cosas que nos pasan escapan a nuestro control: no podemos hacer nada para cambiarlas.  No se trata de una sensación agradable: te sientes ajeno a ti mismo, espectador de tu vida, impotente. ¿Cómo afrontarlo sin volverte loco? Tengo una amiga que siempre me dice eso, que un gran viaje empieza con un paso. Ella, en un determinado momento de su vida se encontraba mal en varios sentidos, algunos de los cuales no dependía de ella. Pero no se dejó vencer: miró entre todo lo que estaba mal en su vida, escogió lo que qureía cambiar en ese momento, y se puso a ello. Paso a paso, con mucha fuerza de voluntad, lo fue consiguiendo. Con constancia. Y siempre cuenta que, a medida que ese aspecto de su vida fue mejorando, el resto de

El harén invisible de Occidente.

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Con motivo de mi Trabajo de Fin de Máster he leído, por fin, un libro  que hacía tiempo que una compañera de clase me recomendó. Se llama El harén en occidente , y su autora es Fatema Mernissi, una socióloga marroquí. Yo lo he leído en catalán, pues es el ejemplar que encontré en la biblioteca, y por si os interesa, se titura, L'harem occidental . Bien, el libro empieza cuando la autora nos cuenta algo que la dejó perpleja de los occidentales. Cuando viajaba por occidente, presentando otro de sus libros, pudo observar que los hombres se ruborizaban o sonreían pícaramente cuando ella pronunciaba la palabra "harén". No lo entendía.  Ella nació en un harén de Fez y no entendía qué podía tener de divertido o sonrojante un harén.  Eso la lleva a interesarse por el concepto que los occidentales tienes del harén, que probablemente sea el que tenemos todos los occidentales, o la mayoría: un lugar cerrado, lleno de mujeres exquisitamente vestidas y adornadas, dispuestas a

Post-it

Sobre la prueba de ayer... No la pasé. Para ser televendedora hay que valer. Gracias por vuestros ánimos.

De los nervios.

Será por la falta de costumbre, pero estoy atacada de los nervios. Yo prácticamente solo he trabajado como profesora particular. Ahí estoy en mi salsa. Enseñar es lo que sé hacer, lo que me gusta y se me da bien.  En todo lo demás tengo la sensación de que soy un poco incapaz, o bastante.  Supongo que por eso, en parte, tengo la ansiedad que tengo ahora mismo con vistas a la prueba de esta tarde.  No he dormido, practicamente. Y desde que me he despertado tengo un nudo en el estómago y una presión en el pecho que hacía tiempo que no sentía. He tenido hasta naúseas. Creo que no me ponía así de nerviosa desde los exámenes finales de 4º de carrera. Pero además estoy enfadada. No sé si me contratarán, probablemente no, pero, ¿y si lo hacen? Evidentemente, sería una buena noticia. Nos hace falta el dinero ahora mismo. Mucha. Pero claro, eso me hace pensar. Llega un punto en el que te preguntas si puedes permitirte ser cómo quieres ser. Y cuando la respuesta es no, te encuentras en

Habemus entrevistam.

Pues sí. Hoy me he ido un poco al quinto pino a hacer una entrevista. He pasado más calor que una tonta, me he perdido,  me he encontrado y en fin, al final la cosa se ha desatascado en que mañana tengo que ir a trabajar un día gratis. Es rollo competición, ¿sabéis? De todas las candidatas, la que más visitas concierte (el trabajo es como teleoperadora, concertando visitas),  es la que se queda. Resulta que de las tres que estábamos, yo era la única que no tenía ninguna experiencia. Creo que me van a atropellar. Qué poco me gusta ese rollo. Pero cuánta falta me hace. Ya os contaré.

Libro: Autobiografía de Malcolm X.

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Hace tiempo que mi novio me recomendaba leer este libro. Lo que ocurre es que yo tengo un problema con las biografías: me aburren. Aún así, después de leer Criadas y señoras , pensé que era un buen momento para intentarlo. ¡Y lo conseguí! :P ¿De qué va el libro? Pues la cosa no tiene mucha complicación, y el título lo dice todo: es la autobiografía de Malcolm X . A lo mejor alguno de vosotros ha visto la película y sabe de quién se trata, pero es posible que muchos de vosotros no sepáis mucho de él. Yo recuerdo que la primera vez que oí este nombre fue en un capítulo de El Príncipe de Bel-Air , pero seguí sin tener ni idea de quién era Malcolm X, que quería, o qué hacía. La primera persona que me habló de él fue mi novio. Y hace poco pude ver la película basada en este libro, que motivó que escribiese este post . Lo que quiero decir es que es normal que muchos de nosotros no supiésemos  mucho sobre este personaje. Pero todo tiene remedio, y la lectura de este libro es un

El género de los insultos.

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 El otro día, Ana Pastor, la presentadora de Los Desayunos de TVE, tuvo un encontronazo con un twittero . Podéis leer en el enlace cómo y por qué fue, más o menos. A mí no me interesa demasiado el contenido de la bronca, pero sí las formas.   Esto fue lo que dijo Ana Pastor ese mismo día. https://twitter.com/anapastor_tve/status/210453677813661696 Y creo que tiene razón. Hace unos cuantos días, también se insultaba en términos similares a la Delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes.  Ana Pastor y Cristina Cifuentes son dos personas que me merecen opiniones totalmente distintas. Pero se las insulta en los mismos términos. Y esos insultos sí que merecen para mí la misma consideración.  No me meto con el hecho de que se insulte. A veces la mala leche es incontenible, y más viendo según qué cosas. Lo que me interesa a mí es la categoría de los insultos. A lo mejor son cosas mías, pero los insultos que se dirigen a personajes públicos masculinos y a personajes

Titulitis reumática

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La titulitis es una enfermedad que aqueja a España.  No sé si en el extranjero pasa lo mismo, no conozco el caso. Si alguien tiene noticias, que me lo comunique.  Es la fiebre de los títulos. No se puede ser inteligente si no se tiene un título. Los títulos te dan dignidad. De hecho, no se entiende que una persona inteligente no tengan un título y esté apoltronada en un despacho.  Hace unos días, a una chica muy inteligente le dijeron precisamente que era demasiado inteligente para estar detrás de un mostrador.  Aún intento buscarle la lógica. A ver si va a resultar que todos los que no están en despachos, aulas, laboratorios y demás son tontos de remate. O a lo mejor lo que pasa es que muchos despachos y demás están ocupado por totales incompetentes y enchufados. Pero esa titulitis con el tiempo se ha vuelto reumática, porque nos impide movernos con facilidad. Yo conozco personas de 40 o 50 años que tienen una titulación universitaria en, por ejemplo, magisterio, y están d

He crecido.

Hoy he leído en Facebook que un antiguo amigo había empezado a leer La voz Dormida . Que llevaba la mitad del libro y que no entendía por qué no lo había leído antes, siendo republicano. Yo he pensado que quizá tenía algo que ver con que ese libro se lo regalé yo. En ese estado se ha desarrollado una conversación relacionada con otro que yo publiqué hace unas semanas en el que me preguntaba qué pasaría si apareciese con una bandera de España en una manifestación anti-recortes cualquiera.  Él me ha dicho que como podía ser que yo, que le había regalado ese libro, con una dedicatoria tan emotiva, ahora fuese diciendo de llevar "estanqueras"* a las manifestaciones. Los hay que no pillan cuándo se trata de una pregunta retórica o de un caso hipotético.  Le he dicho que parecía mentira que no me conociera, si creía que había cambiado tanto. No es que crea que cambiar es malo, desde luego, y mucho menos que uno tenga que defender toda su vida las creencias de su adolescencia.

Aventura: Salir de Yoigo. Capítulo 1: la liberación del móvil.

Pues sí, hace tiempo que decidí que en cuanto se me acabara la permanencia, me largaba de Yoigo. No es que esté descontenta con la compañía... Tengo una tarifa muy buena (que ya no existe) y pago muy poco por lo que hablo. El problema es que pago tan, tan poco, que no llego ni al consumo mínimo. Total, que estoy pagando, a final de cada mes, algo más de 7 euros por un consumo de no más de 4.   Eso es lo malo de las permanencias: cuando yo me hice el contrato en esta casa entraban ingresos y gastaba bastante más el teléfono  móvil. Pero apenas 20 días después de iniciar mi contrato, se acabó el trabajo y dejé de gastar tanto. Total, que he estado 17 meses cargando con una tarifa y un contrato, todo porque necesitaba un móvil. En fin, mea culpa .  Pero la feliz fecha de fin de permanencia fue el día 2 de Junio, así que hoy mismo llamo a Yoigo para pedirles mi código de liberación del móvil. Vaya, considero que en 18 meses pagando 7 euros y pico de los cuales he consumido aproxim

Y aún nos pasa poco...

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Esa frase la suelen decir mis padres cuando a alguien le ocurre algo malo que se ha buscado con ganas, pero no tanto como podría haber sido.  Ejemplo: persona que va con el coche como loca, que tiene un piño y destroza el coche. Pero salva la vida y sale relativamente ileso. Momento perfecto para decir: "Y aún le ha pasado poco...". Intenten imaginar más ejemplos. A mí se me ocurre uno, y tiene que ver con el país entero. Fijaos bien en que la situación no está para tirar cohetes.Es más, podríamos decir que estamos  tirando a mal con bastante energía. Pero también podría decirse que aún nos pasa poco. Evidentemente, no se puede generalizar, y hay gente muy decente, cabal y sensata en esta tierra, pero digamos que es difícil reparar en ello con noticias como esta: "Los toros ganan al empleo en el referéndum de Cáceres" Resumiendo el caso: Un municipio formado por tres pueblos tiene un presupuesto de 15.000 euros para festejos, pero desde el Ayuntamient

Colgados del teléfono.

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Muchos adolescentes han pasado horas y horas así. Colgados del teléfono. Esperando la llamada de aquel chico o chica que conoció en un pub, o que le presentó un amigo común. Yo, por suerte o por desgracia, no fui mucho de eso. No recibía muchas llamadas. Pero nunca puedes decir nunca, porque nunca es tarde. Y ahora, pasada ya mi adolescencia, vivo colgada del teléfono.  Eso sí, por razones distintas. Últimamente estoy monotemática, pero sí, hablo de nuevo del trabajo. Cuando empiezas a buscar trabajo, o convives con alguien que lo está buscando, el teléfono se convierte en algo imprescindible. Cuando lo olvidas, o cuando encuentras una llamada perdida, cuando se te queda sin batería o pierdes la cobertura, vives un drama. Esperas con ansia descolgar y que al otro lado te propongan una entrevista de trabajo. Lo esperas con todas tus fuerzas. Y cada vez que suena el móvil, te sobresaltas, se aceleran las pulsaciones. Pero cuando por fin has conseguido la entrevista la agonía e