Informe semanal #3: La catalanització (y alguna cosa más)

¡Hola, hola!

Bueno, domingo otra vez. A ver si alguna de vosotras me explica CÓMO NARICES  se pasa tan rápido el fin de semana, porque yo no me lo explico. 

Esta semana me he esforzado para traer un Informe semanal un poquito cuqui, que parece que mi vida es una soberana y absoluta mierda si miro lo que escribí el domingo pasado. No es cuestión de aparentar, no: es que me lo tengo que creer también yo. 

Mirad, la semana empezó con un lunes festivo, que eso siempre está bien. Yo me había levantado temprano para ir a Correos porque soy un poquito idiota, así que, como ya estaba despierta, pensé en que quizá sí que estuviese abierto algún supermercado, y como tenía que ir al Lidl, aproveché el festivo. Compré, sobre todo, guarrerías. Necesitáis saber que tienen unos bombones que intentan imitar a los de Lindt y están muy ricos. 

Lo de ir a correos era porque mi querida Marivaki, harta ya de que todos los años llore porque no he probado nunca los panellets, me mandó un paquete con unos cuantos. Yo esperaba unos poquitos panellets, pero cuando pude abrir el paquete el martes me encontré esto: 

No solo venía un tupper bien cargadito de panellets sino que, además, traía una botella de vino dulce. Yo solo diré que dándole tientos a ese vino entendí por qué el señor de la canción de Sopa de Cabra no se tiraba nunca al río. Y bueno, chavales y chavalas, así es como empiezan a catalanizarnos. Yo si me dan panellets y vino dulce canto Els segadors en bucle sin parar,vaya :P

La verdad es que el paquete me salvó un martes bastante regulero (mis días suelen ser así, reguleros, últimamente). Y no solo eso: ha sido mi momento feliz las tardes de esta semana, que las he tenido llenas de trabajo (corregir, cursos, reuniones... Hasta el viernes no tuve tiempo para mí). Siendo como son las cosas, creo que me merezco un especial reconocimiento por haber hecho durar los panellets hasta AYER SÁBADO y lo mismo el vino. Yo solo lo digo. 

También ha habido tiempo para buenas noticias. Una amiga de la universidad me mandó un whatsapp con un vídeo de su hijo, nacido hace poquísimo. La verdad es que tenía pinta de que el bebé no iba a dejar escapar detalle de la vida, con esos ojos tan despiertos y enormes. Me alegré mucho por ella. Me gusta que la gente buena tenga hijos, me da esperanza de que oye, a lo mejor, poco a poco, vamos disminuyendo la proporción de gente de mierda que hay en el mundo (dejadme soñar, por favor :P)

Como he dicho, la semana ha sido una locura. He tenido un montón de trabajo y la semana que viene pinta parecida. Quizá por eso me he tomado el fin de semana como un oasis (si no lo hago, saldré loca). He aprovechado para ver películas. El viernes por la tarde, tal y como acabé de comer, aseguré mi posición en el sofá, me tapé con la mantita suave y me puse Holidate en Netflix. Mis amigas habían estado hablando de ella y también vi que a La Criticona le gustó, así que me dispuse a una tarde de risa, romance y petardeo. Me gustó mucho. Os la recomiendo. El sábado por la noche, además, vi con mi pareja Gaslight, la peli de 1944 y de la que procede la expresión "hacer luz de gas". Me gustó mucho, la verdad, aunque pasé toda le película resoplando y cagándome en todo lo cagable. Aún así, también os la recomiendo.

Además, este sábado, por fin, fui al teatro a ver "La pasión de Yerma", una adaptación libre de la obra de Lorca. No sabía si lo conseguiría: muchos espectáculos se están posponiendo o, directamente, suspendiendo, pero al final hubo suerte. Salir, para lo que sea, es todo un acontecimiento, así que me puse medias, vestido, me hice chapa y pintura bien (estaba guapísima, guapísima, tanto que al volver me dio pena desnudarme y desmaquillarme) y me dispuse a disfrutar del espectáculo. 

Me gustó mucho. Ahí estuve, aguantándome el llanto para no salir hecha un cristo con el rímel. Aproveché para dar un pequeño rodeo a la salida y que me diese el aire a la vuelta del teatro. Volví a casa flotando.  Me vino bien volver al teatro. 

Otras alegrías de este fin de semana me las han dado mis plantas. Quienes me conocen de hace tiempo saben que soy una asesina de plantas magnífica, pero, menos mal, parece que estoy perdiendo ese talento. Mi kalanchoe está floreciendo como una posesa, dando color a este otoño tan triste, y mi aloe, además de estar poniéndose hermosón, ha decidido echar otra hoja. 

Otra alegría me la ha dado mi pareja, que se animó a preparar una tarta de queso que nos encanta y que está endulzándonos los desayunos este fin de semana. Y es que la vida ya es bastante amarga, ¿no?

Y bueno, también hoy he tenido alguna noticia bonita de parte de la artesana que está trabajando en el champú que le propuse. A ver si pronto os lo puedo enseñar y le tiráis muchos dineros a la mujer (esto es opcional, claro), que es un encanto :)

Creo que ya solo me queda hablar de qué estoy leyendo. Actualmente leo Ni de Eva ni de Adán de Amélie Nothomb. La novela me está gustando, es agradable de leer, entretenida, tiene toques de humor... Pero a ella le estoy cogiendo una manía poco a poco... xD 

En fin, creo que eso sería el resumen, más o menos chusco, de mi semana. Creo que voy a irme al sofá (suficiente ordenador por hoy, que he estado peleando con el Concurso de Traslados, cruzad los dedos por mí) a leer y/o escribir un ratito con una infusión caliente. 

¿Qué tal vuestra semana? 

PD: Otra manera de saber de mí semanalmente es suscribirse a mi newsletter de poemas... Ahí lo dejo :P