Un espectáculo
Apenas hace una hora que me he levantado pero, ya desayunada, me dispongo a ponerme en marcha. Los labios todavía me saben a chocolate caliente. Voy hacia el dormitorio y me quito el camisón. Me echo por encima una camisola de manga corta con escote trasero, que deja al descubierto uno de mis hombros (casi siempre el izquierdo) y buena parte de mis lunares. Me lavo la cara con agua fresca y me miro al espejo: tengo los ojos bien abiertos, brillantes y descansados y buen color en la cara. Sonrío y vuelvo al salón. Allí me esperan los cascos bluetooth (el derecho está anunciando su muerte). Los conecto al móvil y abro la app de Spotify. Pongo mi lista más reproducida en lo que va de año: #Palante (2022 playlist). Me dirijo a la cocina a por el plumero mientras empieza a sonar El cielo es de nosotros de Mundo Divino . No me lleva ni medio segundo ponerme el mango por micro y empezar a hacer playback (playback, sí, que no es cuestión de estropear la canción) como si estuviera en el WiZi