Sé bailar ye-yé.



Hay veces que, para hacer la gracia, cuando estoy con gente hablando de sus talentos, bromeo diciendo: «Cuidado, que no os quiero enamorar, pero sé bailar yeyé». Detrás de esa afirmación hay una historia bastante tierna (a mí me lo parece) en la que está involucrada ─redoble de tambores─ mi madre.

Me pone un poco triste hacer memoria y ver que hay muy pocas anécdotas tiernas o divertidas de mi infancia en las que participe activamente mi madre. No obstante, hay dos momentos clave en los que participó: la recuerdo vigilando mis recreos desde la reja del colegio para evitar que me hicieran daño y la recuerdo llevándome a la biblioteca y haciéndose un carnet para que yo pudiera sacar libros cuando tenía solo 5 o 6 añitos. Pocos recuerdos, pero importantes.

El de hoy, en cambio, no es tan relevante, pero me resulta imposible recordarlo sin sonreír y eso es muy bueno, así que lo voy a compartir aquí.

Resulta que era un sábado cualquiera. Yo era pequeña, debía de tener unos 6 años. Mi madre y yo estábamos viendo una película de Paco Martínez Soria en «Cine de barrio»: Abuelo Made in Spain. A mí, de pequeña, me hacían una gracia horrorosa las películas de aquel señor tan de pueblo. Puede que hoy si las viese me horrorizasen, es más, casi seguro que es así, pero de cría las disfrutaba una barbaridad. 

En una de las escenas el abuelo acaba en una discoteca. Tenéis suerte: la he encontrado.




Yo me quedé muy muy concentrada pensando en lo que estaba viendo y, como era costumbre, pregunté: no me gustaba quedarme con dudas.

─Mama ─en mi familia la palabra "mamá" es llana─, ¿por qué bailan tan raro?
─Raro, ¿cómo? ─preguntó mi madre.
─Pues raro, como si se les hubiera metido un bicho por la espalda. 

Mi madre lo entendió. Le dio la risa.

─Están bailando yeyé. Se baila así. Así bailaba yo cuando era joven ─mientras escribo esto caigo en la cuenta de que mi madre entonces debía tener 30 o 31 años y la guantá de realidad ha sido épica. Era más joven que yo ahora mismo. 
─¿Síiiiii? ─pregunté, extrañada.
─Claro, mira.

Y entonces mi madre se levantó y empezó a bailar "yeyé" sin música. Sus hombros subían y bajaban y parecía, efectivamente, que le corría un bicho por la espalda. Yo me moría de la risa. Entonces mi madre dijo:

─Ven.

Yo me levanté de la silla de anea y me situé junto a ella en el centro de la cocina. Mi madre me hizo gestos con las manos para que la imitase. Así que sí, justo lo que estáis pensando: me imaginé que tenía un ciempiés paseándose arriba y abajo por mi espalda. 

─Vaya, qué bien lo haces ─me dijo mi madre, y yo me sentí una campeona. 

Desde entonces siempre que suena una canción de ese estilo me acuerdo de aquella escena tan tierna y tan atípica. Los recuerdos de mi madre son siempre tristes o, al menos, grises, marcados por su enfermedad.  Sin embargo hay momentos como este en los que se intuye que mi madre fue alegre, bailó y fue feliz. La verdad, no sé cómo me hace sentir todo ello en conjunto, así que me limito a recordarnos bailando yeyé en una cocina todavía sin muebles (solo teníamos un fregadero, una cocina de butano, la nevera, una tele pequeñita, la mesa y 4 sillas) y a sonreír.

De mi madre me he negado a aprender muchas cosas pero justo esta, que me enseñó sin esfuerzo, sin intención de que se quedase, se me ha quedado. Bailo yeyé como si hubiera nacido en los 60.  Otro de mis múltiples talentos inútiles. 

Y vosotras, ¿sabéis bailar yeyé? ¿Cuál es vuestro talento inútil favorito? 

¡Un abrazo! 

Comentarios

  1. Cantar bien cuando nadie me escucha, jajajaja. Me encantan las historias relacionadas con tu familia y tu pueblo.

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    1. ¿Solo cuando nadie escucha? Yo recuerdo que tenías una voz muy bonita, aunque creo que nunca te oí cantar como tal.

      El costumbrismo es guay :) Gracias, linda :)

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  2. Me ha encantado leer esa anécdota con tu madre. Es entrañable. Y me gusta saber que también ha tenido sus cosas buenas.
    Yo de pequeña también veía esas películas del Paco Martínez Soria y me reía... creo que si las volviese a ver hoy en día me enfurecería.
    Espero verte algún día bailando ye-yé... ;)
    Besos

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    1. Apúntalo en tu lista de cosas que hacer juntas, que estoy muy graciosa xD

      ¡Besos!

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