You get what you pay for.

O lo que es lo mismo, tienes lo que pagas. En mi casa se dice, más bien "¿qué pensabas que te iban a dar por na'?". Suele utilizarse cuando pagas muy poco por algo y lo que recibes es de mala calidad, para indicar que no hay razón para sorprenderse de ello. 

Pero no es de la relación calidad-precio de lo que quiero hablar hoy. De lo que quiero hablar es de la polémica desatada por las declaraciones de una profesora del CEU Cardenal Herrera, de Valencia. Estoy segura de que todos estaréis al tanto de lo que ha pasado, y si no, echadle una miradita al artículo. En resumen, una profesora de esta universidad privada y católica dijo, en clase, cosas como que aguantar el maltrato es una muestra de amor, que hay que aguantar las infidelidades, que la homosexualidad es una enfermedad o que el aborto en caso de violación no es tolerable porque, dentro de lo terrible que es una violación, sacas algo bueno, que es un hijo, un don de Dios. Vaya perlas, ¿verdad? Todo el mundo está revolucionadísimo con las declaraciones en cuestión. 



"Pero, ¿por qué se escandalizan?", pensé yo en un primer momento. Está claro que esas afirmaciones son unas burradas enormes, pero, dentro del contexto no son sorprendentes. A veces yo creo que los medios de comunicación, y, en general, la sociedad, nació ayer o se ha caído de un guindo. A ver: Universidad privada y católica, asignatura "Doctrina social de la Iglesia". ¿Qué esperaban? A ver si es que la gente piensa que las universidades católicas son centros súper plurales y en los que se permiten todo tipo de opiniones... Invitaría a todos esos medios tan políticamente correctos y que se la cogen con papel de fumar a indagar un poco más en colegios y universidades católicas.

Estoy curá de espanto.

Para muestra, un botón. Una amiga mía, a la que conocí en la carrera, decidió abandonar y estudiar Medicina, su primera opción, y a la que no pudo acceder por el tema de la nota de corte. Decidió repetir la selectividad y hacer lo que fuese necesario para entrar a esa carrera. Para su fortuna, sus padres estaban en condiciones de permitirle estudiar en una universidad privada si no había suerte en ninguna universidad pública de España. Mi amiga repitió la selectividad, pero quedó a las puertas de varias facultades, algunas de ellas por un par de décimas. Así que la balanza se inclinaba hacia las privadas. Recuerdo conversar con ella sobre la entrevista previa que tenía que hacer. Se había informado, y esa entrevista versaba sobre sus convicciones morales y religiosas, sobre todo. Tenía que hacer explícita su postura sobre temas como el aborto, la homosexualidad, la experimentación con células madre,... Y esa postura, evidentemente, debía concordar lo máximo posible con la de la institución. Además, también se le podían hacer preguntas sobre la doctrina de la Iglesia. Ella, que no era practicante y que tenía más bien poco interés por serlo, estaba bastante angustiada.  Además, me planteaba que casi prefería no pasar las entrevistas...¿qué tipo de formación médica le iban a dar en una universidad así? ¿Qué le iban a decir en la asignatura de bioética? ¿Qué temas estarían vetados? Estaba segura de que su formación sería deficiente, comparada con la de un alumno de una Universidad Pública.  Al final, mi amiga pasó de las entrevistas, hizo las maletas y se fue a Hungría a estudiar medicina. 

No es el único caso que conozco. El año pasado, por ejemplo, supe de una estudiante de primero de magisterio de una universidad católica que tuvo que aprenderse varias encíclicas papales para aprobar una asignatura, contenido, como todo el mundo sabe, muy útil, es más, absolutamente necesario, para ser maestra de infantil. Y salidas de tiesto parecidas a las de la profesora del CEU eran casi cotidianas. Por eso, cuando me enteré, no me sorprendí en absoluto. Si hasta yo, que estudié en una universidad pública, tuve que escuchar expresiones como "parejas de deshecho" y leer un artículo en el que se criticaba el aborto diciendo que una cría de chimpancé tenía más derechos que un feto humano...  Pero claro, ahí está la libertad de cátedra, y en mi caso, aunque consideré intolerable alguna afirmación del profesor de turno la asumí como una opinión suya, porque todos sabíamos de qué pie cojeaba. He de decir, por otra parte, que él también sabía de qué pie cojeaba yo y otros compañeros y eso no afectó a nuestras notas ni nada parecido.



Pero eso de la libertad de cátedra es una especie de manta elástica que se estira y se encoge al gusto de quien la maneja. Mientras esta señora decía esas barbaridades, los de NNGG de Castellón iniciaban una campaña para fomentar la denuncia de profesores en colegios e institutos, por adoctrinamiento.  Esas, repito, barbaridades, han sido calificadas por la consellera de educación de la C. Valenciana como expresiones de la libertad de cátedra, mientras por ejemplo, asignaturas tan inocuas, y casi diría asépticas, como Educación para la Ciudadanía son consideradas el colmo del adoctrinamiento. Aunque no me sorprendan las declaraciones, no deja de ser llamativa la doble moral de estas personas...

El tema de la libertad de cátedra es más complejo de lo que parece. De hecho, el año pasado tuve que hacer un trabajillo sobre la libertad de cátedra en Educación Secundaria. Un profesor llegó a decirnos que tal cosa prácticamente no existe, ya que estamos ante menores de edad que, presumiblemente, no son capaces de discernir posturas y oponerse a ciertas opiniones, y que los profesores de secundaria sería mejor que nos ciñésemos al temario y santas pascuas. Y yo ante estas cosas me pregunto qué imagen tiene la gente de los profesores y maestros...¡Señores y señoras, que si hubiésemos querido pontificar, nos habríamos subido a un púlpito! Bueno, yo no. Yo me habría hecho política, que en la Iglesia las mujeres no pontifican.   Yo sí creo en la libertad de cátedra, creo que la educación es algo más que asimilar contenidos y aprender cosas de memoria. Y parte de ese algo más es convivir con diferentes visiones de la vida. Pero eso no es adoctrinar. ¡Ay! Si los profesores tuviésemos la capacidad que se nos presume de inculcar ideas tan fácilmente... 



Pero también creo, por otra parte, que la libertad de cátedra tiene sus límites, y por eso me parece una irresponsabilidad excusar las declaraciones de esta señora con ese pretexto. ¡Por favor! ¡Que sus declaraciones justifican delitos! ¡Que por mucho menos a algunos se les llama violentos y terroristas! Que por mucho que no me sorprenda, creo no está bien hecho. Iba a decir "seamos serios", pero en esta sociedad nuestra he perdido casi la esperanza de que eso sea posible. 


Adiós mundo... Hola inframundo, ¿estáis más cuerdos por aquí?


Comentarios

  1. Muy interesante tu reflexión, pienso lo mismo pero tu sabes expresarlo muy bien. Este mundo está loco!

    Bsos

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  2. Citando al clásico, "con la Iglesia hemos topado, amigo Sancho"...

    Aunque peor que la Iglesia son los "beatillos" y demas fauna hipócrita...

    En fin, como suelo decir en estos casos "MUERTE y DESTRUCCIÓN".


    ;)

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    1. Ese "con la iglesia hemos topado"es con minúscula ;P es una iglesia edificio, xDD Pero sí, se aplica. Muakis :D

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  3. Jolín, por muy católico que sea el centro, a mí me parecen fuertes esas declaraciones de la mujer xD Bueno yo ya lo compartí por twitter xDDD

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    1. Si no digo que no sean fuertes... pero digo que no es raro. Que estas cosas, o si no, parecidas, se dicen en las universidades católicas día sí y día también. Y que no sé qué esperaban los alumnos que les contasen en una asignatura así en una universidad así.

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  4. Yo, que estudié en la universidad pública llegué a escucharle a un profesor que por qué una simple y pobre limpiadora tenía el mismo derecho a voto que él, que era jefe de cirugía del hospital.

    El mismo que otro día soltó una perla machista y que cuando me vio murmurar me preguntó qué había dicho y se lo dije: me parece usted un machista, al igual que su comentario.

    Reconozco que temí represalias en las notas, pero no las hubo.

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    1. Yo también he estudiado en una U. Pública, y tuve que oir a un profesor decirle a una compañera que la Filosofía no era como cuidar niños, así que si no se veía capacitada... u.u' La cuestión es... si en la pública hay de todo...¿qué no habrá en una privada de este estilo? u.u'

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  5. Me encanta tu reflexión, totalmente de acuerdo en todo. Te agradezco además esos datos que aportas de las entrevistas para las universidades católicas y apostólicas.

    Estoy totalmente de acuerdo con el QUE SE ESPERAN...y por supuesto me hierve la sangre con lo de la pérfida Educación para la ciudadanía y el poder de adoctrinamiento de los profesores, ¡jejejejejeje!!! cómo se nota que la gente no se ha metido en un aula. Igual en algún centro religioso-ultra si existe ese poder, no se, se me ocurre pensar que si como profesor te hacen pasar por una serie de cuestiones morales y religiosas incluso te obligan a llevar una vida concreta (tengo un buen amigo, un exnovio, que vivía con su pareja y al que en junio "invitaron a casarse" si quería tener posibilidad de seguir siendo profesor del centro, del opus), pues quizá ahí, donde los alumnos son escogidos y seleccionados entre los mejores, o sea que están calladitos en clase, ahí tal vez sí se adoctrine. Pero en un centro publico...en fin, 5 días estuve en uno y como mucho sentí deseos de huir muy lejos.

    Un olé por tu amiga, la que se fue a Hungría. Yo tengo ahora el dilema de mandar mi currículum a una amiga para que me "eche una mano" en una televisión religiosa y creo que, por si acaso hubiera suerte de encontrar trabajo, no se lo voy a mandar en vistas a tener la mala suerte de trabajar para y por algo en lo que no creo, pero debo respetar.

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    1. Puntualizo: A mi amigo le invitaron a casarse en junio, al acabar el curso, para que estuviese ya casado en septiembre....Y así lo hizo.

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    2. Hay mucho sectarismo en según qué ámbitos afiliados a según qué creencias. Eso es así, hay que saberlo de antemano. Uno es libre de meterse donde quiera, pero claro, lo suyo es informarse antes.

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