No me toquen los ovarios.
"Queridos" representontos, ya basta de estupideces. Hace tiempo que me tienen harta, pero es que ya me están tocando los ovarios, y las trompas de falopio, y el útero. En definitiva, me están tocando el aparato reproductor, en general. Y eso sí que no.
Miren, de verdad que yo intento ver pros y contras, que intento hacer de abogado del diablo muchas veces, y que creo que casi cualquier cosa es debatible, que se pueden buscar y aportar argumentos a favor y en contra. Eso sí, jugando limpio. Argumentos, no falacias, no acusaciones. Vamos, que lo oportuno es que se comporten de acuerdo a la altura intelectual y moral esperable de un representante electo, ¿no? Eso pienso yo, al menos. Como mínimo podrían hacer el esfuerzo. O hacer ver que lo hacen. No sé, disimular un poco.
Y bueno, hay cosas que podemos llegar a pasar porque ya en ciertas situaciones te tienes que reir, conforme está el patio. Porque tiene hasta gracia que tengamos un Presidente del Gobierno tan saludable que hasta se salude a sí mismo. Te ríes, porque un lapsus lo tiene cualquiera. Y hasta puede que te compadezcas un poco del pobre Mariano, que se queda ahí plantado, sin saber muy bien a qué vienen los aplausos, con sus tics nerviosos incluidos. Lo estropea, el pobre, con esa réplica pueril del final: "No me refería a ninguno de ustedes, no sé por qué aplauden", con su correspondiente tonillo de "me enfado y no respiro, ale".
Lo dicho, esas cosas pueden tener hasta gracia. Pero con otras no se hacen bromas. Y uno de esos temas en los que creo que sobran sus muestras de ineptitud y vileza es en el tema del aborto. ¿Les digo yo a ustedes cuando tienen que tener o no tener un hijo? Entonces, ¿por qué me lo dicen ustedes a mí?
Seamos serios, señorías. Ustedes no han aportado argumentos convincentes. Admítanlo: tienen una deuda con cierto colectivo y quieren tenerlos contentos. Se ve en el lugar que adopta la Religión en la nueva reforma educativa, se ve en el enfoque desde el que quieren tratar la educación sexual, y, desde luego, se ve en la ley de aborto que quieren aprobar. Pero eso no es óbice para que intenten buscar argumentos racionales para defender su postura y la de aquellos de quienes son deudores. Por lo menos, para que quede bonito.
Pero nada. Se empeñan en mostrar que se puede ser diputado o ministro sin más mérito que haberse arrimado a un árbol que diese buena sombra. Y hasta diría, por su insistencia en esta actitud, que están orgullosos. Les pediría, de nuevo, que disimulasen, pero ya casi que mejor me lo ahorro, ¿verdad? La cuestión es que, en lugar de argumentar, como decía, prefieren soltar sandeces, falacias y globos sonda. Y yo que pensaba que ya se habían quedado a gusto equiparando femineidad con maternidad...
Empecemos por la intervención de Beatriz Escudero. Sí, esa que hizo a Celia Villalobos abandonar el hemiciclo y abstenerse en la votación. Que miren que hay que decir una burrada grande para que en el PP alguien rompa la disciplina de voto... Pues lo consiguen. Tienen un talento innato para el despropósito, señoras y señores, no lo pueden ocultar. El caso es que esta señora, primero, quiso hacer de abanderada y defensora de las mujeres que se enfrentan al drama de un aborto. Y creo que eso es lo único que dijo que era verdad: el aborto es un drama, no una fiesta, no es algo que las mujeres estemos deseando hacer. Lo que vino después, aparte de un despropósito, era falso. Dijo que las mujeres que se ven abocadas a este drama, son, en su mayoría, las menos preparadas. Vamos, que las mujeres con estudios no abortan. Como decía, según datos oficiales disponibles en la web del Ministerio de Sanidad y Política social (pag. 14 del documento), si sumamos los porcentajes de mujeres sin estudios, mujeres con estudios primarios, mujeres con estudios no bien especificados y sin especificar, no llegaríamos al 30%. Vaya mayoría aplastante, ¿verdad? También dijo que las mujeres asalariadas abortan más que las paradas. Y esto sí es cierto, según esos mismos datos. Pero se trata de las asalariadas por cuenta ajena, más de un 49 % de los abortos. ¿No se le ha ocurrido a esta señora, puesta a erradicar del mundo los dramas a los que la mujer debe enfrentarse, pensar que la mujer que se queda embarazada puede verse en la calle, y por eso muchas deciden que no están en la situación de tener un hijo? No sé, es una suposición, pero...¿podría ser? ¿Nadie se lo ha preguntado? ¿Nadie se ha planteado hacer algo al respecto, si es así de hecho? En fin, alguien debería decirle a esta señora que ya que es imposible que nos libre de todos los dramas, nos deje decidir a nosotras a qué drama preferimos enfrentarnos.
Luego está el Ministro del Interior, diciendo que el aborto tiene algo que ver con ETA, pero no demasiado . Pasamos de referirnos a las mujeres que abortan como las pobres mujeres que tienen que enfrentarse a un drama para pasar a llamarlas terroristas, asesinas, o qué se yo. Pero se han dado pasos más allá, claro. También se las ha llamado nazis. Es una manera de atacar a las mujeres y "legitimar" su eliminación del supuesto de malformación fetal grave en su ley. En fin, mal está una ley de supuestos, porque no me parece lógico ni normal que una mujer tenga que dar cuenta de lo que ocurre en su cuerpo a un tercero para que este decida si le da permiso o no para abortar. Pero peor está si eliminan supuestos como este. ¿Cuál es su argumento? Pues que una discapacidad no debe ser motivo de discriminación, ni del nacido ni del no nacido. ¿Problema? Mezcla de conceptos. Cuando hablamos de malformaciones graves no estamos hablando de ceguera, o sordera, o imposibilidad de caminar correctamente. Hablamos, en muchos casos, de fetos con malformaciones que comprometen su vida más allá de unos meses, o muy pocos años. Y en ocasiones estos bebés son muy deseados, no son fruto de la inconsciencia de las madres, pero están condenados antes de nacer. Lo pintan como si las mujeres abortan porque están esperando un niño perfecto. Deberían informarse de casos como este. Si tuvieran conciencia, les preguntaría si la tienen tranquila al pensar en el dolor que pueden causar.
Y si ya hablamos del derecho a la vida, pues se puede mencionar el aumento de las tasas de pobreza infantil, los recortes en sanidad, el poco interés que hay en invertir en educación... Que los niños nazcan, que vivan, sí. ¿Cómo? Eso ya no es su problema, ¿verdad? Vamos, que lo que quieren ustedes es decidir sobre el embarazo de la mujer, pero una vez el niño haya venido al mundo, que se las arregle como pueda, y, en definitiva, que cargue con las consecuencias de una decisión que ustedes no le dejaron tomar.
Hagan el favor de ejercer de representantes, que es lo que son, o deberían ser, y dejen de gobernar como padres déspotas, imponiéndonos lo que creen que es mejor para nosotras.
Por seguir con los post con banda sonora, os dejo otra canción que ha sonado mientras escribía este post y que creo que le puede ir bastante bien a la actitud de este, nuestro gobierno...
Lo de que no se permita el aborto en casos de malformaciones o discapacidades me parece tan fuerte que he tardado días en asimilarlo y aún no me lo creo. Es que me parece básico, esencial, fundamental, legal, lógico, justo, etc no obligar a asumir a nadie algo para lo que, a lo mejor, no tienen ni dinero ni posibilidades, o teniéndolas, no tienen ganas ni ánimo. Es que nadie es nadie para decir a nadie lo que tiene que hacer. No me explico los abortos de más de seis meses en fetos sanos, por ejemplo, porque para eso lo pares y lo das en adopción que alguien habrá que lo quiera y lo cuide -aunque vete a saber las circunstancias de cada cual-, pero en casos tan flagrantes como el de las malformaciones o violaciones, ¡por favor! En general, oigan señores políticos, que es mi cuerpo y mi útero, déjenme en paz. Estos son temas que deberían sacarse de la refriega política del día a día y legislarse con eso tan raro y que tan poco abunda: SENTIDO COMÚN.
ResponderEliminarAins!
no puedo decirlo mejor...
Eliminarque barbarides se han escuchado estos días, que faltas de respeto tan humillantes, CASI he querido que no hubiera libertad de expresión!
Yo soy partidaria de una ley de plazos. Hasta tantas semanas, no tienes que dar explicaciones, porque tú sabrás tus circunstancias. Pero es que una ley de supuestos que elimine el de malformaciones... Tú ten a tu hijo, que no pasa nada. Dedícate a cuidarlo y a sufrir meses, a verlo rodeado de tubos, sondas, y demás. Y espera a que un día de estos se te muera. Que no pasa nada.
EliminarA ellos me gustaría verlos pasar por ahí.
O que no se muera, que lo sobrevivas, que se quede solo en la vida, sin nadie, sin recursos, que esa es una posibilidad que no se pone sobre la mesa. Sí, muy bien, tenemos estos hijos, pero, ¿hay detrás un colchón que lo recoja si la familia (des)fallece? No, no lo hay.
EliminarEn fin. En fin. En fin.
Esa es otra. Y de las gordas. :S
EliminarEstos días algunos aparatos reproductores masculinos son más ovarios que nunca.
ResponderEliminarSanti
;)
EliminarGenial entrada explicándolo todo.
ResponderEliminarEs una barbaridad lo que han hecho. Solo me salen improperios e___e
No te prives. Si aquí no se priva nadie...
EliminarGracias por la entrada Bettie. Y perdona que no me extienda. Porque con estos temas LLORO literalmente.
ResponderEliminarAins ;( :*
EliminarYo propondría algunas reformas, eso sí, ninguna obligaría a una mujer a hacer algo que no quisiera.
ResponderEliminarEsto es (sálvense las distancias) como el tabaco: se permite, y que luego cada uno decida si fuma o no, pues igual, si lo único que se debería pretender es que la mujer que aborte lo pueda hacer en un sitio con buenas condiciones higiénicas y que precisamente no pongan en peligro su vida.
Que hay mujeres que en un momento dado no quieren, por lo que sea, y tiempo después tendrán ese hijo o 4 más, o los que quiera pero CUANDO QUIERA.
Exacto. Yo es que tampoco lo entiendo mucho, no creas. No quieren que las mujeres aborten, pero no quieren que haya educación sexual ni que se usen métodos anticonceptivos. También están en contra de la píldora del día después. Pues mira, lo que quieren es MAGIA. El método de la peseta, que decía el cura en mi instituto: ponerte una peseta en las rodillas y no dejar que se cayese. Vaya tela.
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