Metáfora viva.
Voy a describiros una escena que presencié durante mi última visita a Valencia. Jack y yo caminábamos por la calle San Vicente, a la altura de la parroquia de San Vicente de la Roqueta. Justo cuando llegamos a la zona en la que la acera se estrecha, nos encontramos con que delante de nosotros caminaban, en paralelo, tres personas. Como no llevábamos prisa, aminoramos el paso y caminamos detrás de ellos.
Eran un matrimonio con su hijo. El niño, que debía de tener unos nueve años, caminaba entre los dos y los llevaba cogidos de la mano. Y ellos, en la mano que no sujetaba el pequeño, llevaban cada uno un bastón. Eran ciegos.
Su hijo hablaba con ellos, contándoles lo que parecían pequeñas anécdotas de su día, no lo escuché. Eso sí, las contaba con solemnidad, como si fuesen realmente importantes (¡Qué sabio!). Los padres asentían, sonreían, le hacían algún comentario. Volvían la cara hacia su hijo, aunque no pudiesen verle, y, en uno de esos gestos, pude percibir que estaban orgullosos de aquel pequeño lazarillo. Era el mismo orgullo lleno de amor que desprendían las manitas del niño al asir con fuerza las de sus padres.
Y sonreí, y casi lloro de emoción, al pensar que a lo mejor la relación entre padres e hijos tiene que ver con conducirse, mutuamente, por la vida.
Hoy estoy... dispersa.
Y estoy escuchando...Cien días - Ismael Serrano
Si que lloraste y eso te honra como persona. :)
ResponderEliminarTe amo, Vida mía <3
Soy muy llorica, eso no me honra ná. XD
Eliminarpues me has emocionado!
ResponderEliminarUn besazo
Verás, verás, que no es solo lo de conducirse. También vale lo de leerse cuentos mutuamente. Y visto lo visto, tu ñajo no tardará mucho en hacerlo :) jajaja.
EliminarMe alegro de haber puesto un poquito más de emoción en tu día :)
¡¡Bettie!! Qué momentazo... Me alegro de que pudieras vivirlo :)
ResponderEliminarCuando voy por Valencia ando con ojos y oídos muy abiertos, con todos los sentidos, la verdad. Porque hay tanta gente que la magia está ahí para que alguien la detecte.
EliminarTengo otra que contaros que es para morirse de risa.
Bonito, ¿eh? :D
ResponderEliminarEn mi barrio hay una familia igual que la que describes y cuando el niño era pequeño era digno de admirar como guiaba a sus padres y los ayudaba en sus quehaceres cotidianos. Un beso
ResponderEliminarAays... :))) La vida a veces merece la pena, oye...
ResponderEliminar(Lía desde el curro)
Así es, Lia :)
Eliminar(Hay un anuncio que cada vez que lo veo pienso en ti... El del perfume "Dolce" XD)
Oh!! que bonito!! yo también me he emocionado!!
ResponderEliminar:)
EliminarMe estoy imaginando la escena... Me ha parecido precioso.
ResponderEliminarHay tantas formas de ver...
Así es, Rosa :)
Eliminar:-)
ResponderEliminar^^
EliminarEs precioso no sólo lo que cuentas sino cómo lo cuentas, de verdad.
ResponderEliminarBsitoss
La imagen me lo pone fácil :)
EliminarGracias Angie ^^