Que vienen, que vienen...(2)

...las elecciones (otra vez).

Que yo no quería, en serio, no tenía intención, pero es que me buscáis la boca y los dedos, y no puede ser, acabo haciendo una segunda entrega del...

Cursó básico de lógica (informal) para sobrevivir a las elecciones. 

(chan-chan)

En la entrega de hoy, queridos amiguitos y amiguitas, la falacia más usada en elecciones, junto al tu quoque. Allá que voy. Con todos ustedes, hoy...

2. La falacia ad populum.

(Si has llegado aquí por error y estás más perdido que un cartero en Barcelona, pero quieres quedarte, te recomiendo que leas los primeros párrafos de esta entrada).

Ya sabemos lo que es una falacia, ¿verdad? Que sí, que sé que lo sabemos :P Pues ahora voy a explicar, brevemente, en qué consiste la falacia ad populum (al pueblo) que, como ya os he avanzado, es una de las que más se usan. Más que nada porque los políticos creen que capacidad de razonar tenemos la justita. Y debe de ser verdad, porque oye, este tipo de argumentos falaces les funcionan. O, al menos, calan entre la población con muchísima facilidad.

 (aplausos y vítores xD)

Estamos ante una falacia ad populum cuando se intenta convencer a alguien de una determinada cosa apelando a ciertas pasiones (miedo, odio, desesperación). Es un argumento que se ve muy claramente en las campañas de asociaciones o partidos con tintes xenófobos o racistas: vienen a quitarnos el trabajo, a llevarse a nuestras mujeres, van a ponerle velo a tus hijas, no vas a poder caminar tranquilo por las calles, ...

En esos casos se ve muy claro. Pero en otros, como se utiliza tanto, lo tenemos tan asumido que ya casi ni nos damos cuenta. Parece que lo lógico cuando queremos convencer a un ser racional (y suponemos que los votantes lo son, a lo mejor sin razón para hacerlo) es aportar razones que apoyen nuestra postura, nuestra candidatura, nuestro programa,... Pero casi resulta difícil encontrar este caso en los discursos políticos durante la campaña electoral. Lo que encontramos con muchísima facilidad, a diestra y siniestra (y lo digo con toda intención) son promesas electorales que buscan dorar la  píldora a un votante que, contento con la promesa, no se va a preguntar nada más, no va a pedir razones ni justificaciones. Habrá quien tenga más fe que yo en la racionalidad de los votantes y se pregunte cómo esto puede funcionar. Bien, para muestra...


Y sí, el hecho de que Cospedal sea presidenta de Castilla-La Mancha hoy por hoy no se debe solo a estos carteles, pero hay muchísima gente que votó al PP convencido de que iban a crear empleo. ¿Cómo? Ni idea. Pero lo habían dicho, así que... En resumen: en un país castigadísimo por el paro en plena crisis, prometer empleo, así sin más: ad populum. Podría ponerse un argumento un poco más actual: Esperanza Aguirre promete Wi-Fi gratis en Madrid. En una época en la que el smartphone, la tablet y otros dispositivos son casi parte de nuestro cuerpo... ad populum. Mención especial merece la palabra "gratis". No, gratis no: lo pagarán los madrileños con sus impuestos. Y ese dinero no podrá ir a otras partidas. Pero bueno, si explicamos esas cosas, la falacia ad populum (Vótame, porque pondré Wi-Fi gratis) pierde fuelle.

Para que nadie diga que se nota de qué pie cojeo -que se nota- diré también que en los mítines de Podemos -y en casi cualquiera, insisto- es difícil no pillar unas cuantas de estas falacias al vuelo. En su caso, apelan a la situación de desesperación, desempleo y demás que sufrimos buena parte de los españoles para arrimar el ascua a su sardina. Lo mismo vale los partidos que han hecho campaña contra otros apelando al miedo, por ejemplo: "Si ganan los de Podemos, serán las últimas elecciones democráticas". Siento poner tantos ejemplos parecidos, pero es que son tan llamativos...

Edito y añado un EXTRA. Sabía que había visto una de estas hoy, pero no me acordaba, y me ha venido de repente. Susana Díaz avisa de que pueden pararse los servicios públicos si no se elige gobierno.  Esto es: elegidme presidenta o se paraliza la región. ¿Qué genera esto? Miedo. O si no miedo, al menos incertidumbre, nerviosismo. Intenta presionar con esa amenaza para acelerar su elección. Pero lo cierto es que ella es presidenta del gobierno en funciones, por lo tanto si los servicios se paran sería responsabilidad suya...

Insisto, si se aportan datos, justificaciones, razones que apoyen una determinada tesis o medida, no estaríamos ante una falacia. Pero si nos sueltan la promesa con la intención de dorarnos la píldora: ad populum. Intentad contarlas la próxima vez que veáis a un político en la tele durante estos días.

Por cierto, el uso de esta falacia como estrategia se llama demagogia, otra palabra muy guay que unos y otros se dedican a lanzarse. A veces cuando unos y otros se acusan de demagogos, a mí lo que me parece es que les da rabia que no se les haya ocurrido hacer cierta promesa grandilocuente a ellos antes.



¿Por qué es esta falacia tan utilizada en política? Simple: porque funciona. Es altamente eficaz. El pueblo es bastante voluble y manejable si sabes qué teclas tocar, creo que hay ejemplos de sobra en la historia. Y esas teclas, como ya he señalado, poco tienen que ver con la racionalidad. El miedo, la inseguridad, los prejuicios de un pueblo, son poderosos condicionantes de la conducta y aquel que los conoce y sabe cómo utilizarlos tiene un gran poder sobre él.

Que nadie, nadie, tenga ese poder sobre vosotros. Preguntároslo todo. Incluso esto.



Nota: buscando imágenes he visto que se confunde la falacia ad populum con la falacia ex populo, así que para que nadie se confunda, la explico brevemente. La falacia ex populo es la que apela a la aceptación o rechazo mayoritarios de una determinada cuestión como razón para aceptarla o rechazarla. Por ejemplo: "Vamos a quitar la filosofía de la educación reglada (o las plástica, o la música) porque todo el mundo está de acuerdo en que no valen para nada y en que hay que priorizar las materias instrumentales" o "Todo el mundo considera que la sanidad pública no funciona bien, por lo que privatizarla es una buena idea".


Bueno, ¿habéis escuchado/leído algún ejemplo de estas falacias tan majas últimamente? :)

Comentarios

  1. Vaya, argumentar sin aportar razones o datos fiables está a la orden del día. Los campeones son los de siempre, claro, mas que nada porque la experiencia es un grado, y eso se nota.

    De hecho, muchos dan la sensación de creerse sus propias falacias incluso, cual si fueran el flamígero dedo divino grabado en mármol.

    :) Me encanta este mini-curso que nos estas impartiendo, Amor! Que sepas que estás haciendo el bien! <3


    Te amo, Pequeña :)

    ResponderEliminar
  2. Si l@s escucho, me pongo de mala leche porque sólo se dedican a tirar puyitas contra los otros partidos, y es para nada leerse los programas que no se van a cumplir así que ¿pa qué?
    Sinceramente aún no sé a quién voy a votar.
    Lo que sí he notado es que este año está habiendo mucha más publicidad.
    Gracias por estos conocimientos :)
    Bsitoss democráticos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Uy, de nada. :)

      Yo estoy en las mismas, no creas. Es un poco frustrante. O un mucho.

      Eliminar
  3. Cuando leo el título del post, no puedo evitar pensar en los Reyes Magos... jajaja.

    Contándolo como lo cuentas, me voy a fijar más. O, al menos, lo intentaré... porque la verdad es que estoy tan asqueada que no suelo ver ni leer lo que dicen todos estos politiquillos, porque me ponen de mala leche.

    En la primera parte ya te comenté que tenía muy claro a quién no iba a votar, pero ni idea a quien votar... Pues bien, resulta que ahora me encuentro con un dilema más grande todavía. Llevo estos dos días viendo los carteles de propaganda que han puesto por toda la ciudad, con las fotos de los candidatos retocadas para que parezca que tienen 10 años menos (y con cara de buenos). Entonces pienso: este no, esta tampoco... Tengo que leerme todos los programas, a ver que mejores opciones tengo. Pero... hoy me he dado cuenta que iba mal encaminada leyendo esos programas alternativos. Trabajo en la ciudad, y vivo en las afueras, a 7 kilómetros. Y hoy, de camino a casa, me he dado cuenta de que ¡¡¡yo pertenezco a otro ayuntamiento!!!... y ya no me acordaba. Lo mío tiene delito, porque ya he votado ahí unas cuantas veces, que ya llevo 15 años viviendo en esa casa... jajaja.
    En fin, lo que tengo claro es que no voy a votar a los que están, pero por una razón simple y tonta. Nuestro alcalde nos manda cada año una felicitación de navidad a casa, con una participación de lotería de 15 céntimos (ya ves, vaya manera de comprar votos...). Peeeeeero... la carta siempre viene a nombre de mi pareja, lo cual me ofende, porque los dos vivimos ahí, estamos empadronados ahí y no estamos casados. ¿Qué pasa? ¿que se la manda a él porque es hombre y a mí nada por ser mujer?. Pues ya no me gusta... ea...

    Así que nada, a seguir escuchando falacias ad populum...

    Un besote

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A mí la lectura "programil" me la han facilitado bastante. Aquí no hay demasiadas candidaturas, así que... Pero sigo sin decidirme al cien por cien, la verdad.

      Espero que esas felicitaciones las pague él de su bolsillo. Es rastrero, pero por lo menos no os cuesta dinero...:/

      Eliminar
  4. Me ha encantado esta entrada (y la prmera parte), ¡muy didáctica! Jejejeje ;P

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jajajaja, voy practicando. Y yo que quería hacerlo en podcast, rollo clase XDDD

      Eliminar
  5. Bettie, sigue con el curso. De momento ha sido una maravilla. Algunos asesores de campaña podrían tomar nota de lo que dices para cambiar de estrategia y hacer algo un poco mejor.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jaja, gracias, gracias. Aunque no es para tanto.

      A los asesores de campaña no les conviene tomar nota. Estas cosas FUNCIONAN. Los que tendríamos que tomar nota somos los ciudadanos, y no dejarnos tomar el pelo, sobre todo.

      Un saludo :)

      Eliminar
  6. En vez de comentar tu entrada comentaré tu último comentario: desgraciadamente muy cierto u.u Los asesores ¿qué notas van a tomar de las mentiras y promesas incumplibles? Funcionan. Y si el pueblo tuviera más ganas de aprender y más interés las falacias funcionarían menos. Y fíjate que no hablo ni siquiera de sabiduría y cultura (¿cuándo se termina el aprendizaje para autoconsiderarse sabio y culto?), hablo de ganas de aprender e interés.
    ¡Un abrazo!

    ResponderEliminar
  7. Genial Bettie, genial. Como la anterior, esta entrada también me ha encantado. Te explicas requetebien :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jajaja, gracias. Me alegro. Espero que, aunque te faltase una lección, no te engañase nadie en campaña :P

      Eliminar

Publicar un comentario

¡Adelante! Deja tu retal :)

Entradas populares de este blog

Cómo aprobé el nivel Avanzado de la EOI preparándome por mi cuenta.

Tontos-a-las-tres.

Libro: La edad de la ira, de Fernando J. López