"What if I fall?"

Ayer tuve un día terrible, horroroso, de esos que deseas que pasen rápido para poder volver a esconderte bajo el escudo más impenetrable que ha inventado el ser humano: las sábanas. Estaba ofuscada -supongo que todxs conocéis esa sensación- y nada me parecía bien. Ni siquiera sabía qué música ponerme. Me odio en esos días.

Pues producto de esa ofuscación estuve a punto de deshacerme de #ProyectoHL, la novela que he estado escribiendo durante el mes de noviembre. Sí, sí: ayer, justo el día en el que acababa el NaNoWriMo, después de más de 63000 palabras, estuve a punto de borrarla y olvidarme de ella, como he hecho ya con algún otro manuscrito. Eso sí, nunca tan avanzado. 

Por suerte no lo hice. Mi actitud, nada positiva, fue: lo acabo y lo olvido. Y solo porque le prometí a Jack que la acabaría. Es mi regalo de navidad para él. Pero ayer nada de mi novela me parecía bien. Pensaba que era un texto pueril, estúpido, de mala calidad, repetitivo, que no aportaba nada nuevo,... Y, en definitiva, que merecía arder. 

Me sentí fatal. Creí que estaba perdiendo el tiempo. ¡A pesar de todo lo que estoy disfrutando! Pues ayer no me acordaba. Todas las ilusiones que tenía al empezar, desaparecieron. No es que yo crea que las editoriales van a pelearse por mi novela, pero sí pensaba, no sé, mandarla a concursos de novela romántica, a alguna editorial que publique ese género, no sé, algo así. Ayer esa Bettie a la que detesto no paraba de repetirme: no lo hagas, harás el ridículo. Y se pone tan, pero tan pesada e insistente, que hasta me la creí. 

Tan obcecada estaba que hasta perdí la memoria. La noche del sábado, mientras hacía un descanso de la escritura, descubrí un poema que pensé que debería tatuarme o algo por el estilo. Es el siguiente.

There is freedom waiting for you,

On the breezes of the sky,

And you ask "What if I fall?"

Oh but my darling,

What if you fly?

La autora es Erin Hanson, una jovencita que, por lo que se ve, se ha hecho bastante popular con sus poemas cortos en Internet. De hecho, tan popular es, que la gente paga -o pagaba- para que les enviase una carta manuscrita, de las cortitas. Y yo aquí, mandando cartas por la face. No tengo visión de negocio. ¿Y quieren que yo dé clase de emprendimiento? Chungo.

La cuestión es que soy una persona con tanto miedo a caer que no vuelo mas que cuando me obligan. Y siempre, indefectiblemente, pienso que voy a caer en picado. Dependo demasiado de las opiniones de los demás y solo después de muchas opiniones positivas sobre lo que hago soy capaz de ponerlo en valor. Y a veces ni aún así. La mayor parte de las veces, a decir verdad.

Es difícil confiar en que volarás si crees no tener alas. 

Creo que yo, en vez de tener transtorno dismórfico corporal tengo transtorno dismórfico espiritual. Eso, ¿cómo se cura?

Yo de momento, intento paliarlo con material de papelería. Algo es algo. 

Pensamiento mágico: esta ridícula idea mía de que un boli nuevo puede arreglarme el día. Lo mío con los artículos de papelería no es normal.

— Bettie (@BettieJander) diciembre 1, 2014

Hoy estoy... un pelín triste

Y estoy escuchando... Pequeña serenata diurna - Silvio Rodríguez