Colgados del teléfono.

Muchos adolescentes han pasado horas y horas así. Colgados del teléfono. Esperando la llamada de aquel chico o chica que conoció en un pub, o que le presentó un amigo común. Yo, por suerte o por desgracia, no fui mucho de eso. No recibía muchas llamadas. Pero nunca puedes decir nunca, porque nunca es tarde. Y ahora, pasada ya mi adolescencia, vivo colgada del teléfono. 


Eso sí, por razones distintas. Últimamente estoy monotemática, pero sí, hablo de nuevo del trabajo. Cuando empiezas a buscar trabajo, o convives con alguien que lo está buscando, el teléfono se convierte en algo imprescindible. Cuando lo olvidas, o cuando encuentras una llamada perdida, cuando se te queda sin batería o pierdes la cobertura, vives un drama. Esperas con ansia descolgar y que al otro lado te propongan una entrevista de trabajo. Lo esperas con todas tus fuerzas. Y cada vez que suena el móvil, te sobresaltas, se aceleran las pulsaciones.

Pero cuando por fin has conseguido la entrevista la agonía es mucho mayor. Siempre esperas que detrás del "Ya le llamaremos" haya algo de verdad. Que realmente vayan a llamarte. Y cuando el teléfono suena ocurre algo así...



Pero ya ha pasado el viernes, y dijeron que llamarían durante esta semana. Otra esperanza más que se desvanece. Otra oportunidad más que expira. 

En fin, seguiremos colgados del teléfono, ¿no, cielo?

Comentarios

  1. Ánimooooooooooo...!!!!!

    Un besete,
    Nere

    ResponderEliminar
  2. ainsss el teléfono si yo te contara...A lo mejor escribo un post referente a esto. Me has dado una idea. Te dejo aquí un saludo, estoy leyéndote y cotilleando por tu blog, me gusta mucho. Espero que el teléfono suene pronto y sea para bien, no, para mejor!!!

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

¡Adelante! Deja tu retal :)

Entradas populares de este blog

Cómo aprobé el nivel Avanzado de la EOI preparándome por mi cuenta.

Tontos-a-las-tres.

Libro: La edad de la ira, de Fernando J. López