El vacío que dejas.
Te vas.
Aún no me has sacudido
de las alas
el hollín de la rutina
ni has encendido
el amanecer de mi cuerpo
con tus manos.
A pesar de todo,
te vas,
sin haber aprendido,
todavía,
mi idioma.
Ya no respirarás
mi nostalgia dominical
ni aplacarás
los temblores de mi cuerpo
con tus piernas.
Te vas,
y el sonido de la puerta
me recuerda
que soy incógnita.
La casa se llena
de susurros fantasmales
y, animada por sus voces,
medito sobre el destino.
Sin buscarla,
a esta ausencia acude
una nueva certeza:
nunca quise ser misterio,
yo quería ser poema
y que, aunque no me entendiesen,
mi sintieran.
Bonito.
ResponderEliminarEstán tan bien puestas las palabras que hacen flop, se mezclan con uno y te ponen de piel vuelta.
ResponderEliminaritnaS
Qué cosa tan bonita me has dicho. Muchas gracias :)
EliminarPues nada... que te has empeñado en que me termine gustando la poesía...;)
ResponderEliminarAhí, a tope. Ese es mi propósito, sí señor XD
Eliminar