Reescribir la historia.

Nadie es perfecto. Todos cometemos errores. Somos humanos. Y, a veces, además de humanos somos personas de mierda y, ya no es que no ayudemos, es que metemos palos en las ruedas de los demás y les hacemos la vida imposible. Porque algunas personas somos así. (El "somos" es por cortesía, este mensaje está inspirado en una persona muy concreta)

La cosa es que, a pesar de eso, de nuestro "anti-apoyo" incondicional, a veces puede ser que una persona salga adelante y las cosas le vayan bien. Incluso muy bien. Tan bien como para que la gente se maraville de lo que ha conseguido y le dé la enhorabuena. Tan bien como para que nos digan: "Jo, estarás orgulloso". Sí, eso a veces pasa.

Pero como somos personas de mierda, tenemos que sentirnos partícipes del triunfo de esa persona como sea, así que se nos olvida que se lo pusimos muy difícil y ahora nos dibujamos como seres comprensivos, que han apoyado siempre a esa persona, que le han dado ánimos en los momentos bajos. Y cuando habla de lo bien que le va nos permitimos decir: "¿Ves? Ya te lo decía yo, que este día llegaría...".

Y cuando nos dicen que no, que eso nunca ocurrió así, ponemos tal cara de desconcierto e indignación que nuestro interlocutor no puede hacer otra cosa que reírse, a pesar del rencor y del resentimiento. Es una risa amarga, porque ese triunfo que iba a ser, en parte, su venganza con nosotros, se ha convertido en un mérito, en algo de lo que nos sentimos orgullosos.

Pero no pasa nada. Ahora ya no le importa vengarse. Y eso es buena señal.

Comentarios

  1. Las personas de muierda nos hacen crecer (con una pinza en la nariz, pero nos hacen crecer). Otra cosa es darles las gracias, eso mejor reservarlo para las otras personas, ésas que apostaron por ti desde el silencio (para no anular el poder transformador de las personas de mierda).

    Santi

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No tengo mucho que agradecer, no se me pasaría por la cabeza. Pero creo que me alegra darme cuenta de que no soy tan rencorosa como creía que iba a ser. :)

      Un abrazo, Santi.

      Eliminar
  2. No lo tengas en cuenta. En estos días, que tengo en casa a mi madre otra vez convaleciente de una operación, mi hijo le preguntaba por qué no me habían dejado estudiar lo que yo quería. Y ella decía que no se acordaba. No se acordaba! Lo hicieron por dinero, porque me tenía que ir fuera, pero no es que estuviéramos mal de dinero, ni muchísimo menos. Y mi hermano mayor no quería estudiar, y con el pequeño me llevo seis años. Pues no quisieron hacer ningún sacrificio, cero sacrificio para que su hija estudiara. Ni para mandarme fuera un verano, y eso que insistía y que me encantaban los idiomas. No quisieron porque sí, porque encontraban cosas más interesantes en las que invertir su dinero. Como te lo digo. Y ya he dicho bastante que esto es público.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. :( En todas partes cuecen habas... Pero yo no puedo dejar de tenérselo en cuenta, la verdad.

      Eliminar
  3. Creo que sé a qué te refieres... y me identifico completamente :( Que te pongan mil trabas en tu camino y que cuando llegues a la meta busquen hacerse la foto contigo en el podium... y lo peor: sabes para qué quieren después la foto.
    ¡Un abrazo, campeona!

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

¡Adelante! Deja tu retal :)

Entradas populares de este blog

Cómo aprobé el nivel Avanzado de la EOI preparándome por mi cuenta.

Tontos-a-las-tres.

Libro: La edad de la ira, de Fernando J. López