Del libro a la pantalla, pequeña o grande.

Desde bien pequeñita me ha gustado leer. Además, soy de esas personas que, si están leyendo un buen libro, se meten tan dentro que acaban sintiendo como propias las venturas y desventuras de los personajes. Y no lo digo por decir. Lloro, río y me enfado cuando leo. Hasta digo tacos. Y compensa. Para mí, sentirme parte de una historia es uno de los grandes placeres de mi vida.

Claro que quizá tenga algo que ver con este nivel de implicación mi imaginación. Cuando leo un libro le pongo cara y cuerpo a los personajes, me imagino sus casas, los paisajes, sus vestidos.  Por eso, cuando me entero de que uno de los libros que me han gustado va a ser llevado a la gran pantalla, o a la pequeña,  me muero de ganas de verlo. Me gusta comparar mi imagen mental con la que voy a ver.

Pero debe de ser que no me conozco muy bien a mí misma, porque por norma general, bastante a menudo, al menos, estas interpretaciones me acaban decepcionando. Eso sí, unas veces más y otras menos. Puedo pensar que el casting está mejor o peor hecho. Que la actitud de un determinado personaje se ha exagerado en la película, o que se ha primado un aspecto de su personalidad que a mí no me pareció tan importante al leer el libro. Son cosas que pasan.

Pero lo que realmente me fastidia es cuando empiezan a cambiar la historia. Me pone de los nervios. Me pasó con Watchmen, por ejemplo, cuando decidieron cambiar el final.  Y ahora, me pasa con Canción de Hielo y Fuego. Hoy he leído esta noticia y he empezado a temblar.

Intentan justificar esos cambios: que si la trama es amplia, que si los personajes son muy ricos, que si es muy difícil...¡Claro que es difícil! Son grandes libros, llenos de matices, y es eso, entre otras cosas, lo que los hace especiales. Si no te sentías capaz de hacerlo ¿por qué asumiste esa responsabilidad?

Cambian y disponen como si la historia fuese suya. Y no lo es. Si querían ser libres para hacer cualquier cosa, ¿por qué no escribieron una historia propia  desde el principio? Se ve que es más fácil coger un libro genial y masacrarlo para hacerlo más comprensible, para que sea más comercial, para que sea más comprensible, para que no hiera sensibilidades. Porque, no nos engañemos. Detrás de esos cambios no hay solo problemas de dificultad o de extensión. Hay otros intereses.

Entiendo que este es un punto de vista MUY personal. Claro, como que es el mío. Suelen decirme que soy bastante radical en este tema, pero no puedo evitarlo. ¿Por qué dicen adaptar cuando significa falsear? 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Cómo aprobé el nivel Avanzado de la EOI preparándome por mi cuenta.

Tontos-a-las-tres.

Libro: La edad de la ira, de Fernando J. López