He vuelto a pintarme los labios.



El primer paso es darse cuenta de que algo va mal, asumirlo, pero asumirlo de verdad. Yo ya sabía que algo iba mal, pero no quería admitir que fuese TAN mal. Escribirlo aquí, aquel miércoles por la tarde, fue reconocer que necesitaba ayuda. De otros y de mí misma.

Desde ese momento empecé el camino para volver a sentirme bien. El viernes siguiente -el jueves todavía estaba demasiado tocada- volví a pintarme los labios y, desde ese día, lo he hecho varias veces. Antes de ir al médico, antes de saber nada, me he forzado a ponerme delante del espejo, escoger un color bonito y colorearme la sonrisa. Porque me lo merezco, y ya está (1).

La verdad es que tenía miedo. Pasé la semana asustada y un poco desorientada. Cuando asumes que estás mal pero aún no sabes qué hacer es todo un poco confuso. Es normal preguntarse qué va a pasar, pero cuando tienes ansiedad directamente te das la respuesta: todo va a ir mal. Y juegas con las múltiples posibilidades de que todo vaya fatal. Es buenísimo para la salud... :P  Pero, sobre todo, tenía miedo de que mi médica me tratase "mal" (mal = de una manera que yo considero inadecuada). No he ido mucho al médico, menos mal, pero las dos veces que he ido se ha mostrado más bien desinteresada y me ha despachado lo más rápido posible. No me ha atendido mal, pero tampoco me ha dado la vibración de persona comprensiva que fuese a pararse en una cosa tan delicada.  Estos temores son normales, supongo. Deben serlo si el día de antes si Bloodymarian se puso en plan madre el día de antes y me dijo que fuese al médico y no me echase atrás (2).

Me equivocaba. Mucho. La doctora me prestó atención en todo momento y le dio a mi problema la importancia que tiene. Y, lo mejor de todo, cuando acabé de hablar, me dijo, como con miedo:

-No soy partidaria de medicar de entrada a gente tan joven... Pareces inteligente y con recursos, creo que podemos probar otros enfoques.

Me explicó después que no pasa nada por tomar antidepresivos, que a veces son necesarios, igual que los antibióticos cuando tenemos una infección. "Una vez te curas, los dejas y ya está", me dijo con una sonrisa sincera.

Supongo que ese desenlace inesperado cambió mi disposición, así que saqué mi cuaderno y empecé a apuntar todo lo que me dijo y me recomendó. En resumen:


  1. Hacer deporte. Lo que peor voy a llevar, porque uno de mis problemas es que siento que no tengo tiempo para nada, y me agobio por lo que quiero hacer y por lo que debo hacer. Así que sacar tiempo, además, para hacer deporte... Especialmente cuando el deporte, en general, no es algo que me guste. 
  2. Un libro. Se titula La inutilidad del sufrimiento. Y me lo estoy leyendo -muy poco a poco, conste. Sí, señores y señoras, la menda se está leyendo un libro de autoayuda. Hay que joderse. La cosa es que, por debajo de ese lenguaje "tú puedes con todo" propio de los libros de autoayuda tiene algunos mensajes valiosos. No sé. A ver qué tal. 
  3. Un curso online de Mindfullness. Lo he empezado hoy mismo. Cuando tuve los primeros episodios de ansiedad, la meditación me ayudó bastante, pero la hacía solo de manera puntual. También cuando he estado más insomne me ha ayudado. Últimamente, no tanto. Mi estado de depresión, ansiedad y autoescarnio era tan grande que me era imposible concentrarme y calmarme. Pero bueno, voy a tomármelo en serio porque sé que me ha ayudado en otros momentos. 
  4. Un complemento alimentario a base de melatonina y zinc, para ayudarme a descansar. Es cierto que no he notado que duerma sustancialmente menos (ya duermo poco de por sí entre semana), pero sí he notado que duermo bastante peor y me noto menos descansada. Espero que me ayude. 
  5. Que me cuide. Que me quiera. Que me mime. Que me dé caprichos porque me los merezco. Que sea amable conmigo misma. Esto va a ser lo más difícil después del deporte, me temo. Soy una persona horrible conmigo misma. Pero, aparentemente, el Mindfulness también ayuda con esto, así que...
  6. También me ha mandado una analítica para descartar cualquier problema hormonal o similar. La tengo mañana. Estoy histérica. Odio hacer pipí en botes. Y odio que me saquen sangre. Pero después me voy a dar un señor desayuno porque voy a ser una niña muy, muy valiente. 

No sé cuánto tiempo estuve en la consulta, pero salí de allí sonriendo, así que supongo que el necesario (me parece demencial el poquísimo tiempo que pueden dedicar los médicos de atención primaria a cada paciente). Me quité un peso de encima. 

¿Me siento mejor? No demasiado. Sigo teniendo cambios de humor, sigo sintiéndome apática y echándome a llorar por nada. Pero voy a empezar a hacer cosas. Voy a intentar mejorar. Y uno de mis puntos fuertes es mi fuerza de voluntad cuando quiero algo realmente. Y yo quiero ponerme bien. Así que nada, vamos a ello. 







(1) Decirlo es más fácil que creérselo, pero por algún lado hay que empezar.

(2) Aprovecho para darle las gracias a todo el mundo que se ha preocupado por mí desde que escribí aquel post y me ha dado ánimos. Para que luego digan de Interné...

Comentarios

  1. Todo irá bien, Bettie, ya lo verás. Se de lo que hablas y sé de lo que hablo 😘

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias :) (Pensaba que ya había contestado este comentario xD)

      Eliminar
  2. awwwwww Bettie querida de mi alma, que alegría! La meditacion es excelente, una vela prendida tambien:)
    Besos
    Fer

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Estoy en ello. De momento me estoy encontrando mejor a ratos, pero no sé si es el "efecto rebote" y si durará.

      Gracias, bella.

      Eliminar
  3. Una gran meta para el 2019 :* :* :* Me tienes para lo que necesites.
    ¡Un abrazo!

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

¡Adelante! Deja tu retal :)

Entradas populares de este blog

Cómo aprobé el nivel Avanzado de la EOI preparándome por mi cuenta.

Tontos-a-las-tres.

Libro: La edad de la ira, de Fernando J. López