Lejos.

Hoy he hablado con mi padre para felicitarle el Día del Padre. Su voz ha sonado cálida, confortable, como a casa. Como siempre. Cuando he colgado se me caían unos lagrimones que daba pena verme, y eso que estaba en el autobús. Lo echo de menos.

Mi padre se hace mayor, el tiempo pasa. La persona que más quiero, la persona que más y mejor me ha querido, está a 400 km de distancia. Pueden parecer pocos pero son suficiente para tenernos separados.

Ahí sigo, reafirmándome en la creencia de que esta vida no da nada sin quitarte algo antes.

Comentarios

Publicar un comentario

¡Adelante! Deja tu retal :)

Entradas populares de este blog

Cómo aprobé el nivel Avanzado de la EOI preparándome por mi cuenta.

Tontos-a-las-tres.

Libro: La edad de la ira, de Fernando J. López