La de la caja.
En mi pueblo, al banco todavía se le llama caja, aunque las cajas de ahorros no existan desde hace algún tiempo. Tras los recortes, fusiones, cierres, EREs y demás, en la caja se ha quedado trabajando solo una mujer joven. Ella es la mujer orquesta: directora, cajera y lo que surja. Pongamos que se llama Ana. Ana siempre te recibe con una sonrisa. Tiene una paciencia infinita para explicar a todo aquel que lo necesite qué es ese movimiento en su cuenta o por qué todavía no han ingresado la paga de la jubilación. Ana atiende clientes en persona, por teléfono y por email. Todo el mundo está muy contento con "la chica de la caja". Con Ana. (Yo también. Me da pena cerrar mi cuenta en "la caja" por gente como ella).
Pero además Ana quiere ayudar. Resulta que mi madre y yo tenemos que hacer intercambios de documentos. Yo estoy haciéndole unos trámites desde aquí y tengo que hacerle llegar copia de las cosas. Si no fuese por Ana, tendría que imprimirlas yo y mandarlas por correo, rezando para que no se perdiesen. Pero Ana se ha ofrecido a recibir esos documentos en su email y hacérselos llegar a mi madre.
Ana hace que recuerde lo importante que es el trato humano y cuánto se agradece. Aquí queda mi homenaje a la sonriente, eficiente y maravillosa "chica de la caja".
Pero además Ana quiere ayudar. Resulta que mi madre y yo tenemos que hacer intercambios de documentos. Yo estoy haciéndole unos trámites desde aquí y tengo que hacerle llegar copia de las cosas. Si no fuese por Ana, tendría que imprimirlas yo y mandarlas por correo, rezando para que no se perdiesen. Pero Ana se ha ofrecido a recibir esos documentos en su email y hacérselos llegar a mi madre.
Ana hace que recuerde lo importante que es el trato humano y cuánto se agradece. Aquí queda mi homenaje a la sonriente, eficiente y maravillosa "chica de la caja".
Ese ha sido desde hace tiempo uno de mis grandes temores. Se ha impuesto que ahora la tecnología puede hacer la labor de muchas personas en muchos ámbitos, o mas bien, ahora te las tienes que arreglar tu solito delante de una pantalla. A veces viene bien, porque ahorra tiempo si se sabe lo que se hace. Aunque la realidad es que es una forma de ahorrar en personal y hacerte trabajar a ti. Aquí en Bélgica solo he encontrado un banco con gente trabajando para atenderte
ResponderEliminarMe parece bien que nos den opciones de gestionar cosas. No siempre tenemos tiempo para ir al banco. Pero el trato humano es FUNDAMENTAL, fundamental. Sin más.
EliminarEl trabajo de Ana es imprescindible. Los de arriba no saben cuánto. Y ni siquiera está bien pagado...
ResponderEliminarNo. No lo está. Ni tiene buenas condiciones. Ni sé cuánto va a durar.
EliminarQué sería sin ese factor humano :(
ResponderEliminar¡Un abrazo!
Lo vamos a comprobar pronto, me parece.
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