Admirando y aprendiendo.

Como ya os dije, este año me han dado un carguito en el trabajo. Aún no entiendo muy bien por qué. Tampoco entiendo muy bien por qué acepté, con la ansiedad que me da a mí meterme en jaleos. Bueno, en parte sí sé por qué acepté: porque iba a trabajar con una mujer que me fascina en muchísimos sentidos. Y sabía que si ella estaba guardándome las espaldas ante un posible traspiés, todo iba a ir bien. Y, por supuesto, que iba a aprender una barbaridad.

Y no me equivoqué. Estoy aprendiendo mucho de su tacto, de su sexto sentido, de su organización, de su manera de hacer y afrontar las cosas. Cada instante que comparto con ella en el despacho, crece más mi admiración. También porque la veo humana, con inseguridades, frustraciones, estrés, falta de tiempo, preocupación... Quizá ella también es un poco como yo -salvando la distancia y la experiencia- y no sabe que es mejor de lo que cree.

Ella ha sido una de esas personas que me ha reconocido el trabajo y el esfuerzo. Lo recuerdo. Se paró, me miró, puso su mano en mi antebrazo y me felicitó. "Estás haciendo un gran trabajo", me dijo. Caí rendida a sus pies. Supongo que lo entendéis, ¿no?

Deberíais ver qué combinación entre delicadeza, comprensión y severidad tiene. Cómo se preocupa por los niños y niñas. Cómo sabe ver qué hay más allá. Cómo sigue adelante cuando todo el mundo ha tirado la toalla.

En estos tres años de trabajo me he encontrado con grandes profesionales, pero sin duda ella está entre los mejores. Me siento muy afortunada de poder trabajar a su lado.

Y bueno, ya estaría. Este es mi retal quitapenas de hoy. :)

Y vosotros, ¿admiráis a algún compañero de trabajo?


Comentarios

  1. Eres una gran profesional y creo que haces un trabajo increíble. Estoy muy orgulloso y muy contento por ti.

    ResponderEliminar
  2. ¡Enhorabuena! No esperaba menos de ti. Si te quieren tus alumnos, ¿Cómo no te van a querer tus compañeros? Es muy bonita la admiración que sientes por esa persona, ya que es importante que sepa ver más allá, sobre todo en estos tiempos. Estando yo de prácticas en un cole en 2009, tenía a dos alumnos en una clase que traían a mi tutora por la calle de la amargura, uno de ellos en particular. Suspendía siempre, pasaba de clase, hasta la insultaba en notas que ella dejaba a los padres. Ella lo daba por perdido y al otro, también, pero por distraído. Pero yo me esforcé en saber su historia, de su mano, no de la profesora y detrás de toda esa mala idea, estaba un niño pidiendo ser escuchado. Mucha tutoría y reuniones de padres, pero pasando del niño. En menos de un mes, aunque sus calificaciones no mejoraron mucho, tampoco empeoraron y ambos alumnos me prestaban atención como el resto de sus compañeros y seguían las actividades con ganas, sobre todo él, el peor, según decían. La tutora me felicitó por ello y a mí me dio rabia que tuviera que ser yo, inexperta en comparación, la que realmente le diera al niño la oportunidad de abrirse. Por eso, personas como la que tienes al lado merecen la pena: Porque empatizan con las personas. Espero que siga siendo así.

    Natalia.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La empatía en esta profesión es muy importante, aunque a veces ni por esas nos salvamos. Este curso estoy ejerciendo de profesional de la empatía, y ya estoy que me tiro por la ventana. Es difícil cuando no nos dan los medios y los tiempos para atender a nuestros alumnos también así. Y es fundamental.

      Pero bueno, seguimos intentándolo.

      Hay en ti toda un alma de docente, Nat! :)

      Eliminar
    2. Gracias, pero, de verdad, no me llena. Te leo a ti y siento que lo tuyo sí es verdadera vocación, mientras que en mi caso fue algo que, se me dé más o menos bien, no termina de ser mi sitio. Aún me estoy encontrando, aunque creo que, ya sí, voy por el buen camino.

      Eliminar
    3. Con todo mi respeto, Natalia, las prácticas del máster distan mucho de la responsabilidad, los agobios y el cansancio que aguantamos los profesores en nuestro día a día. Tu venías "fresca" y, más allá de aprender, no tenías otra responsabilidad: pudiste centrarte en los dos casos complicados - lo que te honra mucho- porque sobre ti no pesaba la responsabilidad de sacar adelante al grupo completo. No conozco a tu tutora, pero como profesora te diré que intento ganarme la vida honradamente, como cualquier trabajadora, que llevo cinco grupos de entre treinta y treinta y seis alumnos y que, aunque amo muchísimo mi profesión, es desesperante ver cómo, por falta de motivación o las ganas de llamar la atención, en ocasiones uno o dos chicos echan a perder tu esfuerzo e impiden el aprendizaje de sus compañeros. Como tampoco tenemos autoridad, ni, muchas veces, recursos, para hacer frente a esas conductas disruptivas, y solo podemos tirar del "aguantoformo" día tras día, hay veces en las que nos desmotivamos, o desesperamos, o tiramos la toalla. Somos humanos. Procura no ser tan dura juzgándonos e intenta ponerte en nuestra piel.

      Eliminar
  3. Siempre es un placer encontrar a personas a las que admirar y de las que aprender. Que no falten!

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

¡Adelante! Deja tu retal :)

Entradas populares de este blog

Cómo aprobé el nivel Avanzado de la EOI preparándome por mi cuenta.

Tontos-a-las-tres.

Libro: La edad de la ira, de Fernando J. López