Otra manía.

Hace poco os hablaba de una manía que tengo. El otro día caí en otra y también os la voy a contar, a ver si así me siento menos rara y menos sola. No sé si es manía o, directamente, una neura o una obsesión. Sí, quizá sea esto último: estoy obsesionada con las últimas veces.

Muchas veces, cuando estoy haciendo algo (leer un libro, charlar con un amigo, tener un orgasmo,  comer algo que me gusta mucho), me pregunto cuándo será la última vez que lo haga. Me ha pasado mucho con mis parejas: "Qué beso tan maravilloso, tan apasionado... ¿Cuándo será la última vez que nos besemos? ¿Cómo será?", pero me ocurre con muchas cosas. A veces no solo me pregunto por el cuándo o por el cómo, sino también por si seré consciente de que será la última vez. Normalmente no lo somos. A veces sí, pero por lo general, al menos yo, no he sabido que estaba ante una última vez. Quizá porque es la vida la que me dirige a mí, más que yo a ella. En ocasiones es como si tomase las decisiones porque aparecen ante mí como en un letrero luminoso.



Cuando me paro a pensarlo, creo que me gustaría ser consciente de que estoy ante el último beso, o el último libro, o la última vez que veo a alguien. No saberlo de antes, pero sí ser consciente en ese momento, mientras ocurre. Aunque eso sería todo un veneno para la esperanza, supongo.

No sé. Vosotros, ¿qué opináis?

Comentarios

  1. Tengo 73 años cumplidos hace tres meses y le aseguro que la sorpresa está sobrevaloradísima. No es que no importe nada, pero según pasan los años uno se va dando cuenta de que el efecto sorpresa, la novedad y la "emoción de lo desconocido", puede que sean valores, pero solo muy relativamente hablando, cuando no inconvenientes directamente. Porque suelen ser para mal. El buen hacer, la constancia y la voluntad lo son todo. Saber donde pisa uno no tiene precio, créeme, hija mía. Bien lo sabe Dios que cuando uno llega a cierta edad (o no llega, por desgracia), al echar la vista atrás hubiera dado lo que fuera por "llevar un mapa" bien repleto de acotaciones, apuntes y señales hechas con rotulador de ese fosforito. A estas alturas de la corrida, hemos dado demasiados últimos besos sin saber que lo eran y por desgracia también demasiados sabiéndolo. Ninguno de los dos es plato de gusto, pero para mi siempre es mejor el que se da con conocimiento. Perdón por haberme extendido, doña Bettie, así hago honor a la fama que tenemos los jubilados, ¿verdad?

    Un saludo afectuoso.

    @nosoyunrobot

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Creo que yo también prefiero saber. No estoy segura, pero creo que lo prefiero. Quizá ese beso, si sabemos que es el último, tiene otro matiz.

      Gracias por tu comentario

      Eliminar
  2. Equilibro. La gracia, pienso, está en poder disfrutar/sufrir tanto de la incerteza como de la sorpresa. ¿Qué sería de nosotros anticipando cada final? ¿Quién sobreviviría a una montaña rusa infinita? Una vida sin esperanza no sería vida...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No sé. Pero a veces, ojalá pudiésemos prepararnos y abordar ciertas despedidas como se merece...

      Eliminar
  3. A Augusto Monterroso le pasaba con los libros. Le daba coraje la posibilidad de releer el Quijote por última vez. Tal vez sea que compartís manía, o como él diría, que gustais de la misma cosa. Yo creo que vivir pensando en la "última vez que" es dignificar la humanidad, reconocer su efímera existencia, no como esos arrogantes que se estiran la piel y viajan muy rápido para alejarse a toda prisa de sí mismos (y de sus rostros).

    Santi

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Madre mía, Santi, ¡cuánto tiempo sin leerte! Gracias por el cumplido, cumplidazo más bien.

      Un saludo.

      Eliminar
  4. Sinceramente, nunca me lo había planteado esto. Quizás porque me pone triste pensar que algo algo que haga puede ser por última vez. El caso es que no, no tengo esa manía.
    ¡Un abrazo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Precisamente por eso me tiene a mí tan obsesionada...

      Eliminar

Publicar un comentario

¡Adelante! Deja tu retal :)

Entradas populares de este blog

Cómo aprobé el nivel Avanzado de la EOI preparándome por mi cuenta.

Tontos-a-las-tres.

Libro: La edad de la ira, de Fernando J. López