Enamorarse de un ornitorrinco.
Esta tarde estaba leyendo El péndulo de Foucault, de Umberto Eco, y me encontré esta cita.
— Bettie (@BettieJander) 28 de febrero de 2016
No es la primera que me encuentro en el libro que me da ganas de compartirla con todo el mundo. Lo cierto es que el libro, aunque está siendo una lectura un tanto densa, tiene algunas citas que te dejan sin aliento. Pero en esta ocasión me ha parecido un tema bastante interesante, así que ya tenemos entrada de domingo. ¿Creéis que Umberto Eco, o más bien el personaje que él creó, tiene razón? ¿Creéis que a veces nos enamoramos queriendo?
Yo creo que sí. Y no lo creo de oídas: lo sé porque me ha pasado. En ocasiones he sentido tanta necesidad de enamorarme, de querer a alguien, que me he metido en relaciones que me convenían entre poco y nada y que en muchas ocasiones han acabado como el Rosario de la Aurora. O peor. Y digo enamorarme y querer, porque eso era lo principal, saberme enamorada. También habría estado bien que me quisiesen, pero eso ya era secundario. Si no era correspondido "no pasaba nada", porque al menos yo estaría enamorada y sufriendo de mal de amores. Es algo muy romántico, en el sentido más literario del término. Y es que yo era una romántica empedernida.
Ya hablé de algo parecido en la reseña de My Mad Fat Diary. Decía que a veces me había pasado como a Rae, y había interpretado la simpatía o la amabilidad como una invitación a enamorarme. Y es que cuando estás en ese estado de desesperación, cuando quieres enamorarte por todos los medios, cualquier excusa es razón suficiente y necesaria para hacerlo. Y de quién sea. Como dice Umberto Eco, podría ser un ornitorrinco.
Pensaba que era algo propio de los adolescentes, pero visto que lo dice Umberto Eco por boca de un personaje que no tiene mucho de adolescente, ya no sé qué pensar...
Creo que también puede servir de evidencia a favor de esta hipótesis el hecho de que muchas personas, yo entre ellas, dicen que encontraron el amor cuando dejaron de buscarlo. Quizá cuando dejamos de forzar la máquina es cuando podemos enamorarnos de verdad. O quizá es que, por joder, el amor llega cuando perdemos el interés en él. Como si el amor tuviese voluntad y fuese un grandísimo capullo. Es algo que no descarto, dicho sea de paso.
¿Qué opináis vosotros? Ale, coged el café, infusión, chocolate caliente o lo que os apetezca y dadme conversación :P
Ya sabes lo que pienso sobre este tema, así que solo voy a decir que tienes razón y que me estoy tomando un té de frutos del bosque. Feliz domingo, Bettie.
ResponderEliminarUhmmm... ¡Té de frutos del bosque! :D
EliminarPues yo llevo desde 2013 con intentos infructuosos de relaciones. No he forzado el amor, sí tal vez mi partida.
ResponderEliminarSigo buscando algo que me satisfaga y cada vez me resulta más difícil, ya ni los ornitorrincos me alegran los días :P
Bueno, parece ser, pues, que no es una regla universal (¿Nunca te ocurrió?)
EliminarPobres ornitorrincos...
Me acabas de recordar una broma que tenía con un compañero de clase: "Un hombre o una mujer sin amor es como un pez sin bicicleta". :P
¡Un beso!
Yo a estas horas ya no tomo café, que es muy tarde y luego no duermo. Pero estoy delante de un bol de palomitas y una cerveza (capricho dominguero...), así que, charlemos...
ResponderEliminarEn la vida todo son etapas. Y la del enamoramiento es una de ellas. Hay momentos en los que estás totalmente predispuesta y otras veces en las que, aunque tengas ante ti al hombre de tu vida, no estás por la labor...
A veces ni siquiera te enamoras; simplemente, te "encoñas" (perdón por la palabra) con alguien. Y aunque ese alguien no te haga ni puto caso, tú vives permanentemente con mariposas en el estómago.
También es verdad que, muchas veces, cuando no lo buscas, aparece de sopetón, sin esperarlo.
C'est la vie...
Besotes
Encoñamiento, sin perdón XD No hablo de estar predispuesto simplemente, sino de que estás tan, tan dispuesta a enamorarte que te enamoras casi a la fuerza xD
EliminarPero sí, c'est la vie :P
Espero que las palomitas y la cerveza te hayan sentado bien :D
Pues sí, me han sentado muy bien...XD
EliminarAunque, yo sola, no he sido capaz de acabarme el bol de palomitas (me faltaba la compañía...)
Reconozco que envidio el placer de leer por primera vez El péndulo, son tantos los pensamientos que salpican la obra que leerla es largo y trabajoso como ir sacando oro de una mina.
ResponderEliminarCreo que el amor es a veces una necesidad tal que el ornitorrinco se convierte en el galán perfecto, es como la sed que te lleva a beber incluso lejía.
Me está costando, sí es verdad, pero de vez en cuando, como tú dices, encuentras oro y merece la pena.
EliminarQué buena esa metáfora, Pilar. Así es.
¡Besos!
Casi todas mis amigas han encontrado a sus actuales novios en circunstancias en las que estaban pasándolo realmente mal, otras con mucho trabajo y poco tiempo para conocer gente. Pero así de sopetón, de la manera más casual, apareció y ahí siguen. Yo soy de las que piensa que si forzamos las cosas al final salen mal, hay que fluir un poquito. Un beso!
ResponderEliminarHay que fluir, bien dicho :P jaja
Eliminar¡Besos!
Pienso como tú, y además también lo he sufrido en carnes propias. Pero mira nunca me había parado a analizarlo así... Es más yo creo que mi marido y yo, cuando nos conocimos estábamos los dos en esa tesitura. Parece ser que aquella vez nos salió bien. De momento. :-)
ResponderEliminarPuede ser. Cuando estás deseando enamorarte, puedes tropezarte con un capullo o con el amor de tu vida. Lo fácil es que ocurra lo primero, pero me encanta que vosotros seáis un contraejemplo tan guay :D
Eliminar¡Mua!
Pienso como tú, y además también lo he sufrido en carnes propias. Pero mira nunca me había parado a analizarlo así... Es más yo creo que mi marido y yo, cuando nos conocimos estábamos los dos en esa tesitura. Parece ser que aquella vez nos salió bien. De momento. :-)
ResponderEliminarPues mira, con ornitorrincos todavía no probé suerte, quizá ahí está el fallo. Lo malo es que el ornitorrinco más cercano me queda a unos cuantos miles de kilómetros…
ResponderEliminarAnda, anda... jajaja. Todo llega. A lo mejor justo cuando no lo buscamos. A veces en el amor nos damos cabezazos contra un muro >_<
EliminarCreo que es una reflexión muy acertada. En determinados momentos, nos enamoramos de la idea del amor, de estar enamorado, y no importa muy bien de quién. Podría ser de un ornitorrinco, perfectamente. En esos momentos podríamos encontrar el amor de verdad, pero es raro. Lo normal es que esas cosas no salgan bien.
ResponderEliminarbesos.
"Nos enamoramos de la idea del amor". Qué bien expresado, profe. Lo normal es que no, por probabilidad, supongo. Lo curioso es que en el fondo vemos que eso no va a ninguna parte, e insistimos. >_< jajajaj.
Eliminar¡Besos!
Totalmente de acuerdo con lo expuesto, Bettie. Y es como dice Ro: "nos enamoramos de la idea del amor". Y yo creo que casi siempre suele salir mal ir predispuesto así... es mejor que el amor venga de sopetón y sin esperarlo.
ResponderEliminar¡Un abrazo!
Es que Ro se explica muy bien. :)
EliminarEstoy de acuerdo con este señor, es más, esta tontería puede pasarte igual con 15 que con 50 años... A veces la "necesidad" puede llevarnos a confundirnos o a buscar cosas que no nos convienen... porque creemos que será más positivo que negativo, aunque la mayoría de las veces nos equivoquemos...
ResponderEliminarBesos!
Pues sí, esa necesidad a veces nos lleva a cometer locuras y no de las buenas... xD
EliminarEntiendo perfectamente lo que pones en esta entrada, porque he observado en amigos esa necesidad de enamorarse, y su consiguiente entrada en una relación. Han tenido grandes momentos, pero me pregunto si realmente hay que esperar a "algo más", o simplemente aceptar que queremos de manera diferente a los que llegan, y que incluso en aquellos casos en los que el amor surge más por la voluntad de uno, son casos igual de válidos y que hay que disfrutar.
ResponderEliminarSoy de las que nunca se han enamorado de verdad, y me aterra la palabra relación jaja pero por algún motivo sigo esperando a esa persona, y ese sentimiento, cuya sombra sentí en la adolescencia cuando las hormonas implicaban que te gustaran chicos hasta la médula.
Creo que surge sin querer, pero uno tiene que estar en la disposición de quererlo, estar dispuesto a meterte de cabeza en el sentimiento y a abrazarlo. Si no, no funcionará.
Un saludo Betty! :)
Me parece bastante valiente decir que nunca te has enamorado de verdad, eso es un poco tabú y la gente suele mirar raro :P
EliminarHay que disfrutar SIEMPRE, lo mismo si el romance surge espontáneamente que si surge de una manera más forzada. Lo malo es cuando fuerzas y no sale algo digno de ser disfrutado, sino todo lo contario xD
Coincido, sin embargo, en lo de la disposición. No solo es querer, sino estar dispuesto a darte cuenta de lo que tienes delante, jaja.
¡Besos, Adler!
Creo que es totalmente cierto, yo lo he visto en gente cercana, tienen tantas ganas de tener pareja, de enamorarse que no distinguen, no ven, creen que es el ideal y no, es el ornitorrinco y luego sufren, siempre sufren. El amor tiene que llegar y cuando llega se abre camino eso seguro y sin forzarlo.
ResponderEliminarEstas cosas suelen desembocar en algo doloroso, sí >_<
EliminarHola, la verdad es que estoy totalmente de acuerdo contigo. Creo que a mucha gente le ha pasado quizá porque en ese momento de su vida necesitan cariño, alguien a su lado o simplemente el hecho de ver a toso tu entorno con pareja y enamorado te hace querer estarlo tú aunque ni siquiera sepas porque. Y si que puede ser que sea más propenso en la adolescencia pero creo que esto ocurre a cualquier edad...
ResponderEliminarTambién están las personas que saltan de novio en novio, lo dejan con uno y a la semana ya están con otro y es que no saben estar solos o solas.
Saludos!!
Yo he tenido épocas de esas de saltar de una pareja a otra, y la verdad, aprendí de ellas, a base de palos. Porque al final, para no estar sola, solía forzar cosas. Y no salía bien.
Eliminar¡Besos!
Tila en mano te digo que, si bien creo que no me ha pasado, juzgando desde fuera (donde todo es muchísimo más fácil), te diría que sí, que claro que existe.
ResponderEliminarPero, por gusto o no, sigue siendo amor... ¿no?
Pues no sabría qué decirte. A veces sí y a veces no. En mi caso, al menos.
EliminarSí, suelo escuchar que el amor viene cuando dejas de buscarlo. La verdad es que he perdido el interés por él, no siento necesidad. Pero bueno, que si viene, vendrá.
ResponderEliminarEsto va a sonar a abuelilla, pero es que tienes toda la vida por delante :P Ya llegará, si tiene que llegar :P
EliminarCuando pienso en algunos de mis enamoramientos (o casi todos), me pregunto cosas como "¿qué vi en aquella chica?"; no sé si por lo que comentas, o por que era un chaval sin criterio alguno (o las dos cosas), pero siempre con la necesidad de ser amado. Creo que de eso se trata, de querer a alguien que te quiera. No ser correspondido me resulta demasiado frustrante.
ResponderEliminarCreo que las personas a veces nos sentimos realmente desesperadas y tratamos de aferrarnos a lo que sea, no necesariamente con un enamoramiento, sino con cualquier otra cosa. Es como si necesitas urgentemente un pasatiempo y terminas buscándote uno chungo (creo que lo he explicado fatal...)
De Umberto Eco sólo he leído (y hace unos cuantos años) El nombre de la rosa, y me pareció muy bueno.
No, no te has explicado tan mal. Y sí, creo que a veces esa necesidad de ser queridos nos empuja enamorarnos de ornitorrincos. Y en otras cosas también funciona.
EliminarEl nombre de la rosa me encantó. :)