Soñar flojito

 No tengo sueños grandes. Ni siquiera esos que, dentro de ser accesibles, son grandes. Algún día, hace mucho tiempo, los tuve, lo recuerdo vagamente. Bueno, los tuvo alguien que se parecía a mí pero no era yo. Yo, la que soy hoy, no los tiene. De hecho, cuando toca hablar de ellos, por lo que sea, hasta me permito despreciarlos con cinismo como si fueran tonterías superfluas, cuentos para niñas o producto del autoengaño. 

Pero a veces me pregunto si no tengo sueños grandes porque no quiero o porque es mi manera de protegerme. Si solo me autorizo a querer aquello que creo que puedo alcanzar sin hacerme daño. Aquello, en definitiva, que contribuirá a consolidar la zona de confort que tanto me ha costado levantar. 

Me pregunto si tal vez no he cambiado, si en realidad no soy otra... Sino solo la misma mujer que, con el tiempo y la vida, ha aprendido a soñar flojito. 

Comentarios

  1. No hay manera de protegerse. Ni con sueños grandes, ni con pequeños, ni con medianos. Creo yo, vamos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No, no hay manera de protegerse, pero no te haces el mismo daño saltando desde una silla que desde u nsegundo piso xD

      Eliminar

Publicar un comentario

¡Adelante! Deja tu retal :)

Entradas populares de este blog

Tontos-a-las-tres.

Cómo aprobé el nivel Avanzado de la EOI preparándome por mi cuenta.

Libro: La edad de la ira, de Fernando J. López