La vida es bella hasta que se demuestra lo contrario, esto es, con frecuencia.

 Ayer escribí un poema. ¡Y qué poema! Estaba yo imbuida de un cierto optimismo (cosa que no me pasa todos los días) y, mientras esperaba que acabara de centrifugar la lavadora (había salido muy húmeda tras lavarla, debí equivocarme al poner el programa) me puse a escribir contradiciendo a Rosario Castellanos. De ella había leído este poema. 


«¡Claro que el amor es también polvo y ceniza! ¿Es que hay algo humano que no acabe siendo algo así? ─me dije─ ¡Pero eso no significa que haya que dejar de amar!». Como ves, estaba poseída por una intensidad desbordante y, como ya he dicho, optimista. Todo lo optimista que últimamente llego a ser. 

Así que, como te he contado, me puse a escribir. Y me salió un poema del que me sentí orgullosísima. Hablaba de cómo ser humano es tener siempre las manos sucias, estar hincado en la mierda hasta las rodillas y que todo sueño se enturbie al hacerse realidad. Una cosa así. Pero acababa diciendo que, a pesar de todo, seguimos buscando la hermosura y consumiéndonos por lo que creemos que es bello o bueno.  ¡Ah! Qué sensación al acabarlo. Hasta se me aceleró el pulso. Después de días creyendo que la vida era una especie de rutina vacía es como si este poema hubiese escrito una cerilla en la oscuridad. Y entonces pitó la lavadora: el centrifugado extra había acabado.

Allá que me fui, con el corazón henchido de esperanza, convencida de que el sábado iba a ser especial, un bálsamo para los dolores de la semana. Y comprobé que la ropa seguía chorreando. Tras varias pruebas llevada un poco por la intuición pude concluir que la lavadora se había roto. Al menos la función de centrifugar. Tenía una lavadora de ropa chorreando en invierno. Por suerte en mi ciudad no llueve demasiado, podría subir la ropa a la azotea que le diese bien el sol y el aire y... Ah, no, que aunque aquí no suele llover dan previsión de lluvia para toda la semana. Y bueno, como deducirás, el estado de gracia y la esperanza en un sábado balsámico se fueron a la mierda. Ni luz de cerilla ni leches. La hostia real y metafórica fue interesante.

Y aquí andamos, pasado ya el acelerón de ayer, de vuelta al domingo pre lunes laborable, triste, poseída otra vez por la sensación de que mi vida es una rueda que gira sin demasiado sentido o, al menos, sin que yo le saque demasiado provecho, sintiéndome sola, prescindible, flotando en medio de la nada y acojonada de nuevo porque esta mañana casi no soy capaz de salir de la cama y bueno, por qué no decirlo, porque me he sorprendido pensando en las razones que me impiden quitarme de en medio. Así que nada, voy a seguir buscando psicólogos en Google con sensación de traición y derrota. 


Comentarios

  1. Ains ♥ esto es de hace casi un mes, no sé si sigues en búsqueda, pero te puedo recomendar donde voy yo (bueno ya puedo decir iba porque hace ya meses que no tengo sesión).

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    1. Empecé justo antes de navidad con uno nuevo. A ver qué tal. La primera sesión me dio buenas vibes.

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