El carpe diem y la hipervelocidad.
El otro día estaba hablando con mi padre de salud mental y me descerrajó, con toda la naturalidad del mundo, la misma idea a la que yo llevo dándole vueltas meses y meses: estamos mal porque el mundo va demasiado rápido, más rápido de lo que podemos soportar sin perder la cabeza. Os juro que lo dijo así, como si estuviera diciendo cualquier cosa. Mi padre, casi analfabeto, tiene una clarividencia que no deja de asombrarme.
Y creo que es eso. Si antes tenía bastante convicción, después de que mi padre coincida conmigo estoy segura: la vida nos pasa demasiado rápido como para que podamos disfrutarla. El carpe diem en los tiempos de la hipervelocidad es todo un reto.
Creo que esta va a ser la última entrada del año. Nos veremos a primeros de enero para la tradicional apertura del bote de las cosas bonitas. Te dejo hasta entonces con un consejo: tenemos que resistirnos a los hombres grises.
¡Carpe diem!
Tu padre ♥ no lo conozco, pero es la esperanza que tengo con esa figura, la verdad :D
ResponderEliminarY sí, es horrible como corre todo :/
Yo ya no doy más de mí. Así que me temo que me quedo atrás y que me recoja el coche escoba jaja.
Eliminar