Tan, tan cansada.
Hoy he cerrado la puerta de casa y me he echado a llorar. Tal cual. Ha sido inmediato. Y no ha sido un llanto leve, no. Parecía que se me hubiera muerto alguien. O algo. O yo qué sé.
Y no me pasa «nada». Solo que estoy cansada, pero mucho. Exhausta. Un nivel de cansancio capaz de hacerme llorar como les pasa a los niños pequeños cuando están agotados.
Pero estoy bien. Y por bien quiero decir que no estoy deprimida, que no es como el año pasado. Mi ánimo mejora en cuanto encuentro tiempo para mí y para descansar. El problema es que no lo tengo.
Me parte el corazón que este esté siendo, últimamente, mi estado normal.
Espero que tú, al otro lado, estés mejor :)
cuídate mucho mucho, por favor. Esto también pasará!
ResponderEliminarBesos
Fer
Mucho ánimo! Te entiendo mucho, y creo q aún es más frustrante porque sabes cómo puedes estar mejor pero no te lo puedes permitir.
ResponderEliminarMuchos besos y abrazos!
Respira, a veces nos olvidamos de hacerlo. Y si no respiramos, nos morimos.
ResponderEliminarEl otro día escuché en una canción de Fito (y Fitipaldis) una frase que me lleva dando vueltas en la cabeza toda la semana: la gente ha dejado de fumar porque no tiempo tiempo para toser...
ResponderEliminarSi te sirve de consuelo (qué estupidez acabo de decir), yo a veces me encuentro sentada en el autobús o parada en un semáforo y de repente se me empañan los ojos y me entran unas ganas tremendas de llorar, así, sin más. Pero supongo que tampoco tengo tiempo ni para llorar...
Qué tristísimo eso de no tener tiempo ni para llorar :(
Eliminar