Escondite






Había una vez una niña a la que le gustaba jugar al escondite. Podía pasar horas escondida en los rincones más remotos de la casa y nunca nadie la encontraba.

Un día empezó a tentar a la suerte y decidió salir de la casa y dar un paseo. Cuando volvió la recibieron como si no hubiese salido de allí y le encargaron alguna tarea, como de costumbre.

La niña convirtió aquellos paseos en hábito, pero cada día daba unos pasos más, alejándose un poco más de casa, tardando un poco más en volver. Pero nunca la echaron de menos: siempre había vuelto cuando la necesitaban.

Sorprendida de su capacidad para escabullirse se animó a llevar a cabo el experimento final: salió de casa y caminó y caminó, llegando a lugares en los que nunca había estado. Siguió caminando, en línea recta, cuesta arriba, con la mirada puesta en las montañas. Y no volvió nunca.

Nadie se dio cuenta.


Comentarios

  1. Bueno, seguro que aunque ella no lo supo, hubo gente que sí se dio cuento, la echó de menos y hasta la buscó.
    ¡Un abrazo!

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

¡Adelante! Deja tu retal :)

Entradas populares de este blog

Cómo aprobé el nivel Avanzado de la EOI preparándome por mi cuenta.

Tontos-a-las-tres.

Libro: La edad de la ira, de Fernando J. López