No he tenido un buen día. Hoy ha sido uno de esos días en los que una desearía que un adulto responsable tomase el mando para poder rendirse. Y ya se sabe que, a perro flaco, todo son pulgas. Por eso mi cerebro ha decidido repetirme con insistencia que nunca nadie más me va a cuidar. 

You are on your own, kid.

Lo peor es que lo creo. Nadie me va a cuidar como él me cuidaba. Nadie me va a conocer como él me conocía. Él me avisaba cuando iba a arrugar una botella porque sabe que me sobresaltan los ruidos. Él sabía cómo estaba con solo mirarme a la cara, sin importar lo bien puesta que llevara la máscara. Él sabía que elijo las tazas según mi estado de ánimo y habría entendido por qué esta noche he escogido la taza de La Bella y la Bestia. Él habría hecho como que me arrancaba la ansiedad del pecho y los malos pensamientos de la frente. Y, probablemente, habría funcionado, aunque fuese un poco. 

Solo escuece más porque es reciente.

No se va a curar y qué más da.

Nadie va a volver a saber tantas cosas de mí. Y estoy segura de que va a ser así no solo porque nadie va a querer conocerme tanto (que también) sino porque yo no voy a querer volverme a mostrar tanto. 

Volveré a ser un animal nocturno,

racionaré el amor por turnos.

Le echo de menos, claro. Echo de menos que me cuide. Pero también echo de menos cuidarle. Y no es porque no tenga bastante con cuidarme a mí misma, que me está costando. Es porque realmente le quiero, y quiero que esté bien. Y me gustaría contribuir a ello, sosegar sus miedos. Pero sé que ahora no podría cuidarle, que no sería cuidarle. 

Si no lo puedes tener lo tendrás que soltar...

Solo espero que algún día... 

Que quan acabe este parèntesi

jo seguiré esperant-te ací


Comentarios

  1. Yo soy de las que piensa que no necesitamos a nadie que nos cuide, que nos cuidamos solitas. Pero, en realidad, no hay mayor acto de amor que cuidar y que te cuiden...

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

¡Adelante! Deja tu retal :)

Entradas populares de este blog

Cómo aprobé el nivel Avanzado de la EOI preparándome por mi cuenta.

Tontos-a-las-tres.

Libro: La edad de la ira, de Fernando J. López