El tarro de cosas bonitas #2020

 

¡Hola, hola! 

Aquí vengo, a mantener tradiciones que no me apetece perder. La de hoy es, como ya habrás adivinado, la apertura y revisión de los papelitos del tarro de cosas bonitas. 

Escribo esta introducción después de haber abierto los papelitos y haberlos escrito aquí. Es cierto que son muchos menos que el año 2019, que llegué a 87, pero claro:

─En 2019 no hubo una pandemia mundial que nos tuvo encerrados en casa.

─En 2019 sí tuvo algún que otro viaje, entre ellos, el viaje a Italia, del que salieron bastantes papelitos.

─La dinámica de 2019 era muy distinta a la de 2020. Por lo que sea, este año he tenido menos presente el bote de buenos momentos y cosas bonitas. 

No obstante, no me ha hecho falta revisar los papelitos para darme cuenta de que este no ha sido el peor año de mi vida. Sí, es cierto que la pandemia lo ha teñido todo, pero no he perdido a ningún ser querido, la gente cercana a mí que lo ha cogido lo ha pasado sin demasiadas complicaciones (hasta ahora, y que siga así). Además, he disfrutado de ciertas situaciones inauditas (la pausa, el silencio, la quietud) y me he visto a mí misma en situaciones a las que no estoy acostumbrada, descubriendo que, mientras que la vida normal muchas veces me sobrepasaba, llevé el encierro sorprendentemente bien. 

Entiendo, claro, que muchos estuvieses deseando darle la patada al 2020, pero yo, ya sabéis, pesimista irredenta, no tengo muchas esperanzas de que 2021 vaya a ser mejor que 2020. ¡Vaya pájara de mal agüero estoy hecha! Sea como sea, espero conservar la capacidad de encontrar cosas buenas. 

Y no me enrollo más: voy con la transcripción de los papelitos. En cursiva, los comentarios que hago ahora.

1. Me entrevistaron como especialista para un periódico local y aparecí en él, con nombres y apellidos. 
2. Pasear por Córdoba. Lo de pasear es algo que ya valoraba, pero que este año valoro más, si cabe. Poder pasear tranquilamente fue, durante muchas semanas, algo inalcanzable. 
3. ¡Torrijas!
4. Celebrar un cumpleaños de mediasnoches y refrescos con amiguis. Cosa que, por ejemplo, este año no va a poder ser :P
5. Ser la "tita" Bettie. Eso es lo que ponía en el regalo que me hicieron la hermana y los sobrinos de mi pareja  :) Nunca había sido la tita de nadie. 
6. Vivir en Andalucía.
7. Me mimo regalándome un pañuelo para hacerme turbantes ¡y me animo a llevar turbantes! Lo de llamar la atención era algo que no solía llevar bien, pero la salida de la cuarentena me sentó muy bien y me envalentoné mucho con muchas cosas :P
8. Que a mis alumnos les gusten mis poemas.
9. Regalo sorpresa de mi amiga Míriam, compinchada con mi pareja para regalarme un libro sin que me entere (La gula del picaflor)
10. La alegría de mis alumnos al volver a verme.
11. Salir de despedida de soltera con amiguis y bailar mucho. 
12. Las flores de Blankipur. Participé en la iniciativa de @blankipur comprando ilustraciones de flores cuyos beneficios iban íntegros a una asociación contra el cáncer de páncreas. Las flores son preciosas. 
13. El primer objeto de decoración para mi nuevo piso: un portafotos metálico con fotos de mi pareja y mías, regalo suyo. 
14. Comer por primera vez en el Tandoori Mahal. Es un restaurante indio en el que comí por primera y última vez el día de mi cumpleaños del año pasado. ¡Estaba todo tan bueno! 
15. Tocar «Miedo» de M-Clan con el ukelele.
16. Mi versión con ukelele de la canción de Baby Yoda de @Danieliju.
17. Maquillarme, quedar guapísima y que me aguante el día entero el maquillaje. 
18. La postal de Boscderoures. 
19. Ir al teatro a ver una adaptación de Yerma protagonizada por María León. 
20. Los comentarios de mis alumnos en Google Classroom durante las teleclases. En aquellos días tan raros, la amabilidad, cariño y preocupación de mis alumnos por mí y mi familia me sacaron muchas sonrisas, así como su reconocimiento hacia mi trabajo. 
21. Tomar el sol en el balcón. Una costumbre que he cogido a raíz de la cuarentena es la de hacer la fotosíntesis en el balcón. Me encanta y me hace sentir muy bien. 
22. Mi pareja me echó una macolla confinada hecha de cartón, ¡mi primera macolla!
23. Ver Ted Lasso
24. Conocer a Fran.
25. Recibir abrazos a demanda. Este año hay mucha gente que no ha tenido abrazos. Me he sentido afortunada por esa parte. 
26. Mi pareja dijo ante amigos que se emocionaría al verme llegar al altar, llevase lo que llevase, y se emocionó diciéndolo. Es más tierno...
27. Ponerme mis pantalones de pana. Me siento guapísima con ellos. 
28. Hacer ejercicio. Siempre lo había odiado, pero este encierro también me ha servido para apreciar mi cuerpo y cuidarlo, y disfrutar de él. 
29. Leer a Terry Pratchett.
30. La tarjeta de felicitación navideña de Rosa.
31. Ceno pizza de la pizzería Verde Rucola por primera vez y está buenísima. 
32. Tener pelazo. ¡Bendito método curly! Puede parecer una cosa superficial y estúpida, pero me ha dado muchas cosas buenas que van mucho más allá de verme mejor. 
33. Comer castañas.
34. Ver la peli «Marriage Story»
35. Merendar tortitas de avena y plátano con chocolate.
36. Dormir hasta que se tienen ganas de levantarse.
37. Seguir con la newsletter poética. Es una de las cosas que me hace feliz de manera cotidiana. Si estás suscrito o suscrita, gracias por la parte que te toca.
38. Empezar el cuaderno de poemas hecho a mano que me regaló mi amiga Rosa. 
39. Tener más regalos de Reyes de los que esperaba.
40. La libreta hecha a mano de Rosa. Me gustó tanto que la he puesto dos veces: al recibirla y al empezarla, jaja.
41. Primer paseo por Córdoba después de 7 semanas de confinamiento total.
42. Sentirme loca y absolutamente enamorada.
43. El retrato en lettering que me hizo Ana (@LadyRugionaria) (y Ana, en general).
44. Poner límites a la gente y las cosas que no me hacen bien.
45. Una Nochebuena tranquila y feliz.

Y tú, ¿te animas a empezar un bote de cosas bonitas este 2021? ¿Lo has hecho en 2020? 

Espero que hayas entrado a 2021 de la mejor manera posible y te mando un fuerte abrazo virtual, que esos siguen estando permitidos.

¡Muaks!