¿Por dónde empiezo?

 Creo que estoy teniendo una crisis de los treintaytantos bastante típica: pasé por la fase de «diossanto voy atrasadísima en la vida», desde hace unas cuantas semanas tengo el reloj biológico desatado y estoy asumiendo que estoy rotísima y que necesito un montón de ayuda. Tanta que no sé por dónde empezar. 

Necesito ir a terapia porque tengo cosas que poner en su sitio. Lo que he pasado en mi vida no ha pasado no lo ha hecho sin dejar huellas y cicatrices. Y quiero arreglarlo, lidiar con ello, hacer las paces. Avanzar con un poco menos de peso en la mochila, no sé si me entiendes.

Y hablando de peso, eso sería otra cosa a abordar. No solo mi peso, sino mi relación con la comida, mi «huella dietante», curarme la gordofobia y el autodesprecio que me han grabado a fuego, acabar de hacer las paces con mi cuerpo y honrarlo como se merece. Y ojalá el problema lo tuviera solo con el cuerpo: también estaría bien hacer las paces conmigo misma y dejar de machacarme en cuanto los ánimos se tambalean un poco, por favor y gracias, que cuando las cosas se ponen feas no es el mejor momento para ponerse palos en las ruedas. 

Así que necesito un equipo de profesionales: psicóloga, nutricionista, entrenadora/gimnasio... Y no me da la vida ni el dinero para tanto, la verdad. En fin, que it is very difficult todo esto.





PD: Anda que, como pa plantearme en serio lo de tener hijos, estando, como estoy, y aunque no se note, en ruinas. 

Comentarios

  1. la terapia es buena cuando sabes lo que quieres, yo cuando fui no lo sabia. No es dinero perdido, pero capaz un poco desaprovechado cuando uno de los principales temas era el trabajo que termine dejando
    Besos
    Fer

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo tengo tantas cosas que arreglar que si encuentro a una persona solvente estoy segura de que va a ser una buena inversión.

      Un beso, Fer.

      Eliminar
    2. entonces adelante, mucha suerte guapa!

      Eliminar
  2. Hola! soy una persona de 32 años haciendo el máster de educación... te he descubierto justamente por una antigua entrada del 2012 que criticas, con mucha razón, el infame MAES...
    No te preocupes con lo de los 30ypico años, en mi caso también he tenido esa sensación, pero todo lo que he hecho en la vida, lo que me ha hecho retrasarme, me ha hecho crecer y mucho, y aquello que ha sido una pura pérdida de tiempo, también te hace cuestionar tu existencia más tarde o más temprano y por ello es también útil y genuino. En mi caso ha sido encaminarme hacia lo que es mis verdaderas vocaciones, las plantas y la música (aunque también amo la filosofía, de otra manera).
    No sé como lo estarás pasando ahora pero quisiera que me dieras tu sensación de cómo es ser profe de filosofía, si te sientes a gusto y qué consejos darías a un primerizo (pienso estar unos años de interino en Canarias).
    Un abrazo, y espero que todo te vaya muy bien.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me gusta mi trabajo. Me gusta dar clases de filosofía y me gusta tratar con mis alumnos, en general (momentos de me quito de estoy y me hago barrendera los tengo a veces jaja). Pero la parte más ingrata también está ahí: papeleo, falta de reconocimiento, ser un aparcaniños, que nuestra seguridad no se tenga en cuenta... De momento, me compensa, porque tengo un trabajo estable que tiene sus momentos buenos y que se me da bien. No obstante, este último curso y medio me están pasando mucha factura. Tambiéń supongo que no es solo cosa mía ni de los docentes.

      ¿Consejos? Sé considerado y respetuoso con tu trabajo y con las personas con las que trabajes. Y no te maltrates por no ser un súper profesor. La experiencia nos va enseñando. Ten la mente abierta, pero no dejes que entre cualquier cosa. Y atesora los momentos buenos, que los malos ya hacen por quedarse solos.

      Un abrazo.

      Eliminar

Publicar un comentario

¡Adelante! Deja tu retal :)

Entradas populares de este blog

Cómo aprobé el nivel Avanzado de la EOI preparándome por mi cuenta.

Tontos-a-las-tres.

Libro: La edad de la ira, de Fernando J. López