Ya van...

... 32. Sí, 32 años, 32 vueltas completas alrededor del Sol. 32, que parece que fue ayer cuando andaba yo diciendo que 20 años no es nada y cantando eso de Ara que tinc vint anys,y, ay de mí, estoy más cerca de los 40 que de los 20.

Pero lo bueno es cumplirlos, supongo, y si, además, se cumplen bien, ya no hay ni que pensar en quejarse*. Y yo, este año, he cumplido los años en un estado de gracia poco usual. Yo, por condicionamiento o vaya usted a saber, suelo encontrarme regular cuando se acerca mi cumpleaños. Este año parecía que no iba a ser distinto, pero el viernes salí de trabajar con la sonrisa puesta. Ya me había ido de buen humor y con los labios pintados, el día prometía. De hecho, mientras desayunaba, tomé la decisión de montar una pequeña merienda de cumpleaños, con sus mediasnoches, sus refrescos y sus gusanitos. Y su tarta, claro. Así que el viernes por la tarde tocó ir de compras y prepararlo todo. Aproveché para hacer una parada en mi futura casa y descubrí, con gran alegría, que ya están trabajando en la 5ª planta. Mi casita ya tiene suelo y techo (no paredes, ahora es open concept total xD) ¡Me hizo tanta ilusión! A medianoche, abrí mis primeros regalos (púas de fieltro para el ukelele y una MiBand 4, que mi MiBand 2 ya no se veía ni queriendo xD). Me acosté FELIZ, sintiéndome afortunada.

Y debí de dormir bien, aunque no demasiado, porque a las 9 de la mañana (aunque me había acostado tarde)  me desperté y fui incapaz de volver a dormirme. Aproveché para desayunar, ver un documental sobre Carmen Laforet (gracias Míriam), subir a redes sociales dos vídeos míos tocando el ukelele (uno con las mañanitas y otro con una versión de la canción que un tuitero le compuso a Baby Yoda xD), me maquillé, me arreglé (quede GUAPÍSIMA) y me fui a comer a un restaurante indio que han abierto hace poco. La velada fue ESTUPENDA en su conjunto. Al volver a casa Kyol y yo nos pusimos a preparar mediasnoches y cositas para la merienda. La merienda se alargó tanto que a las 11 de la noche estábamos yendo a cenar xD También tuve algunos regalos, pero lo importante es que últimamente puedo celebrar cumpleaños a los que la gente viene porque quiere estar conmigo y porque se alegran de que yo esté con ellos. Puede parecer una chorrada, pero en mi vida las cosas no siempre han sido así.

Y no solo eso: resulta que también hay gente que está lejos y que habría preferido estar cerca. Yo qué sé. Soy una tía afortunada. Tanto, que lo que pedí al soplar las velas fue...¡Que no, que si no no se cumple!

Por si todo eso fuera poco, contra todo pronóstico, ese buen humor me llega hasta hoy. Ha sobrevivido al domingo y ha durado toooodo este lunes. Habrá que aprovecharlo, ¿no?

Así que nada, felicitadme los que no lo hayáis hecho, que más vale llegar tarde que no llegar, a ver si así se os contagia un poquito de mi buen humor.

Yo, mientras tanto, voy a darle caña a la newsletter, que parece que solo quedan poemas pesimistas y eso, un día como hoy, no lo puedo permitir.


¡Besos!





*Es un decir. Quéjense cuando gusten, que, de momento, es gratis.