El bicho raro, ¿nace o se hace?

Hoy estoy teniendo un domingo maravilloso. Me he quedado sola en casa, desde temprano. Desayuné y, en pijama, me puse una película petarda. Después me preparé la comida mientras tomaba el aperitivo, empecé una serie, lloré a moco tendido, comí, fregué, toqué el ukelele, escribí poemas, contesté correos, escuché música... Y estoy siendo muy, muy feliz. Soy muy feliz sola. 

Ayer me preguntaba esto y se lo preguntaba a Kyol: las personas introvertidas, ¿nacemos o nos hacemos? Porque en mi caso creo que podrían darse las dos explicaciones. No recuerdo cómo era de muy, muy pequeña, pero sí recuerdo que, desde que tuve uso de razón, estar con gente era malo, me hacía daño, me hacía infeliz. Aunque por lo que me han contado, tampoco es que de muy pequeña fuese lo más sociable del mundo: tuvieron que quitarme de la guardería porque no lo soportaba. Me tiraba llorando la mañana entera.

Sea por lo que fuere, crecí pasándolo bien yo solita. Mi hermano no compartía intereses conmigo, así que al final jugaba sola, leía sola, estaba sola la mayor parte del tiempo. Y tan pichi. Cuando estaba conmigo misma estaba tranquila. Le contaba a Kyol, y él se reía, que una vez rompí con unas amigas que había hecho (cosa que ya era todo un logro para mí, que era una apestada social) porque una de ellas era demasiado mandona. Así que un día, cuando fueron a buscarme a casa, les dije que prefería que ya no fuésemos amigas porque no me gustaba cómo estaba siendo nuestra amistad y que lo pasaba mejor sola. Y les cerré la puerta en las narices. Debía de tener unos 10 años. Casi siempre he llevado al extremo lo de "mejor sola que mal acompañada". Y cuando no lo he hecho, ha sido un error.

Crecí, y aunque en la adolescencia tuve mi periodo de sociabilidad exacerbada, nunca perdí la capacidad de estar a solas conmigo misma. Iba sola al cine, incluso a tomar algo. Poco a poco, mientras ese impulso social se iba apagando, yo fui disfrutando cada vez más y más de estar sola en mi espacio privado, en mi casa. Tengo fases, eso es cierto. Hay veces que el cuerpo me pide salir, ver a gente, estar con gente con mucha frecuencia. Y otras temporadas no me lo pide en absoluto. No llego a entender cuál es la causa, pero así es.

Hoy unos amigos han propuesto quedar a tomar un café. He dicho que no, que me quedaba en casa. A veces me da miedo que la gente se lo tome a mal, pero es que es lo que me pide el cuerpo. Es una manera de cuidarme a mí misma, aunque sea egoísta. Para mí, socializar, salir a la gente, al ruido, a las aglomeraciones, es un esfuerzo. Y, cuanto más cansada estoy, más me cuesta hacerlo (y últimamente estoy muy cansada, mucho). Así que he preferido quedarme sola en casa, sola conmigo misma, con mi ukelele, mis pelis petardas, mis series de llorar, mis poemas.

Así que no sé si el introvertido nace o se hace. Quizá uno nace de una determinada manera y sus vivencias lo van puliendo, inclinando hacia un lado o hacia otro. Sea como sea, así es como yo soy, y hace ya algún tiempo que decidí aceptarme y quererme mucho. Y cuidarme, que no es fácil ser un bicho raro en un mundo de personas que, al menos a primera vista, parecen normales.






Comentarios

  1. Yo creo que se nace, pero después las vivencias te empujan aún más hacia esa inclinación natural o te dejan tal y como eres, pero de forma más moderada. Creo.
    Me alegro muchísimo que hayas pasado un buen domingo, con lo que te pesan los domingos a ti :*
    Y es una suerte saber estar a solas con uno mismo, ¡¡aprovéchalo!! Sé de gente que no sabe estar sola... y lo pasa realmente mal, siempre a merced de los demás.
    Ah, y lo que cuentas de cuando eras peque: ¡Cuánta personalidad propia! :D
    ¡Un abrazo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, creo que he ido perdiendo la personalidad por el camino xD

      Eliminar
  2. Yo creo que un poco de ambas cosas... Me siento muy identificada contigo en mucho de lo que cuentas, la verdad. Yo me siento afortunada de disfrutar del tiempo conmigo misma y con mis cosas a solas, porque ya apenas tengo amistades que me avisen para nada, así que... Me di cuenta estas dos últimas veces que estuve en el hospital, que solo me escribieron mis compañeros de trabajo y me visitó parte de mi mini familia. Es lo que tiene ser asocial XD

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo entiendo que al gente se aleje de mí, no soy una persona que esté siempre pendiente de los demás, con frecuencia no me apunto a planes y se acaban olvidando de una. Lo entiendo. Pero bueno, yo es que no sé ser de otra manera.

      Eliminar
  3. Nada fuera de lo normal. A mí me pasa lo mismo y he dejado de considerarme un bicho raro. Soy parte de la, digamos, variedad humana, jaja. Claro que al tener niños pequeños la cosa cambia, siempre estoy acompañado. A lo que ahora doy más vueltas es cómo será volver a estar solo, cuando pasen ocho-diez años.
    Estar con gente por convención social también es algo que me destroza y vienen unos tiempos terribles en este sentido, ¡ay!
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, bueno, pero dentro de la variedad, yo soy rara, lo tengo asumidísimo.

      Yo no sé cómo llevaría lo de ser madre, la verdad. Mira, lo mismo es suerte que no vaya a tener que afrontarlo xD

      Ánimo con lo que se nos viene encima... Luego que por qué le tengo tanta manía a la Navidad... XD

      Eliminar

Publicar un comentario

¡Adelante! Deja tu retal :)

Entradas populares de este blog

Cómo aprobé el nivel Avanzado de la EOI preparándome por mi cuenta.

Tontos-a-las-tres.

Libro: La edad de la ira, de Fernando J. López