¿Por qué escribo un blog?

El otro día me crucé con uno de esos hilos pretendidamente ejemplificadores o, no sé, tal vez inspiradores. No acabo de verle todavía la intención final. Era uno de esos discursos que habla de cuál debe ser la motivación de la escritura. La motivación verdadera, la válida, la pura. Y no os voy a mentir: yo he estado ahí, yo he hecho eso. Pero de decirle a los demás lo que tienen que hacer también se sale. Creo.

El hilo empezaba hablando de alguien que había dicho que iba a cerrar su blog porque ya nadie lo leía. La persona que escribía decía que esa no era la opción correcta, que uno no escribe para que lo lean, sino porque lo necesita. Que el que otros te lean no es la motivación correcta para escribir. Hay que escribir por amor al arte. 

Yo puedo coincidir hasta cierto punto. Ha habido parones de escritura en mi vida, pero nunca lo he dejado del todo. Siempre he escrito. Pero no siempre lo he hecho de manera pública y ni siquiera en mis momentos de más actividad en blogs he hecho público todo lo que escribía. Sí, escribo porque me gusta, porque me hace sentir bien, porque me sirve como terapia, porque me conozco y me redescubro a través de la escritura. Ahora bien, eso no significa que tenga que escribir un blog, o publicar mis escritos, sabiendo que no voy a recibir ninguna retroalimentación. De hecho, mentiría si digo que no he pensado en más de una ocasión dejar morir este blog por la falta de movimiento (tanto por mi parte como por la de los lectores). Si no lo hago es, precisamente, porque aún hay gente que lo lee, aunque sean pocos. Pero estas chorradas que tienen bien poco interés podría escribirlas en un cuaderno, en un documento de procesador de textos o en cualquier otro formato. El mundo no se estaría perdiendo gran cosa. 

Escribo por mí, pero no publico por mí. De hecho, lanzar un escrito ahí, al mundo, me supone un trago relativamente amargo. Nunca sabes cómo va a reaccionar la gente o si te vas a meter en un embolao. Y, además, está lo de que la gente no te haga ni caso. Haceos a la idea. Ahí estás tú, con tu poema, tu relato, tu dibujo, lo que sea. Has puesto trabajo en él y, de alguna manera, también te has puesto tú. Y estás orgullosa del resultado. Te parece que es digno de enseñarlo. Te decides a hacerlo. Y lo que pasa después es: 




Qué queréis que os diga, habrá gente que eso lo lleve bien. Yo no soy una de ellas. ¿Qué necesidad tengo de darme un mal rato si puedo quedarme mi poema, mi relato o mi dibujo para mí sin más? 

Si decido publicar algo, tanto aquí, como en la newsletter poética (a la que podéis suscribiros aquí, queridos) es para conectar con otra gente. Para intentar encontrarme a medio camino con otras personas, conocidos o desconocidos. Me ha funcionado bien en bastantes ocasiones. Pero si deja de funcionar, si empiezo a creer que esa conexión ya no es posible en cualquiera de los medios que utilizo, subiré las sillas a las mesas, apagaré la luz, echaré la persiana y seguiré con mis cuadernos. 

No está de más recordar (y recordarme) en estos tiempos que nos ha tocado vivir que se pueden hacer cosas sin que nadie se entere.



Comentarios

  1. Buenos días Betty, no pienses que el no contestar no significa que no te leamos. Yo por ejemplo, te leo absolutamente todo. Otra cosa es que te responda, unas veces por falta de tiempo, otras por pudor.... No sé, si dejases de escribir sentiría que me falta algo... Me gusta mucho cómo escribes y lo que dices. Que lo sepas!!!!!

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    1. Sí, cuento con la gente que lee y no comenta. De vez en cuando alguien me dice "te leo siempre, pero no digo nada". O de repente alguien comenta, reconociéndose lector habitual. Pero ¡hay que animarse! La gracia de esto es, como digo, conectar :)

      Gracias por tus palabras, Elena :)

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  2. Yo te leo (aunque muchas veces no responda). Y me gusta leerte.
    Creo que, en el fondo, todas las personas que publican algo sienten esa necesidad de retroalimentarse. Si no existiera, aunque sea en su mínima expresión, ¿para qué publicarlo en vez de escribirlo y guardalo privadamente?

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    1. Eso justo es lo que quería decir yo con este post tan largo xDD Sé que estás ahí :) ¡Gracias!

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  3. Yo siempre te leo y te comento, al menos te garantizo eso.
    Y muy de acuerdo con tu reflexión, incluso yo, que con escasos comentarios me conformo de sobras, si de golpe ya no me comentara NADIE, me lo replantearía.
    ¡Un abrazo!

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    1. Bueno, las garantías duran X tiempo xDDD

      ¡Un saludo!

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  4. Obviamente, al que escribe le gusta que alguien lo lea. Y el que diga lo contrario, miente.
    Yo llevo 14 meses con mi blog y los comentarios son escasos; la mayoría de los días, inexistentes. Pero sé que alguna gente lo lee y, aunque sea poca, a mí me anima.
    Abrí el blog precisamente porque muchos amigos llevaban tiempo pidiéndomelo. Y, mira, la mayoría de los seguidores que tengo son gente que no me conoce de nada.
    Yo ya sabes que te leo siempre y comento casi siempre. A veces se me pasa, pero te lo comento por otro medio. Me gusta mucho leerte, así que a mí me encanta que sigas con tu blog aunque las entradas sean más esporádicas.
    Sigue escribiendo, Bettie... "pa" fuera o "pa" dentro, como quieras.
    Muac
    (P.D.: Voy a echarle muchísimo morro y voy a aprovechar para hacer publicidad de mi blog, por si alguno de tus seguidores quiere leerme (jajaja... sé que me lo perdonarás): www.lallavedelaspalabras.wordpress.com)

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    1. Eso es genial. Al final conectas con gente que de otra manera no habrías conocido. Como tú y yo, por ejemplo :P

      Nada de echarle morro, yo te promociono de vez en cuando, así que date bombo, platillo y lo que haga falta. ;)

      ¡Muak!

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  5. Tú me encandilaste denunciando lo cateto (de mente, claro), compartiste tu complejo encaje familiar (el amor diferente a tu padre lo supimos sin que lo dijeras, como en la poesía), luego vino la conquista de la Filosofía en tierra de Séneca y Maimónides (con un par) y yo te envidié por Andalucía y por la Razón (por el Sur y por el Norte). Desde el Este, gracias.

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  6. "Pero estas chorradas que tienen bien poco interés podría escribirlas en un cuaderno, en un documento de procesador de textos o en cualquier otro formato. El mundo no se estaría perdiendo gran cosa."

    Bueno, eso es lo que tú crees... pero no tienes idea de cuántas mentes engranan con la tuya a través con tus escritos... personas que piensan como tú, pero no tienen la facilidad para decirlo.

    Además, recuerda lo que dijo Ludwig: "Al fin y al cabo todos escribimos para darnos gusto, quien lo niegue se niega a sí mismo".

    Saludos desde México.

    Ըᶒեվ.

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    1. Qué afortunada soy, entonces. En ocasiones tengo la sensación de que me leen las 4 personas de siempre, y son suficientes para que siga con el blog, no se me malinterprete, pero gracias a este post estoy descubriendo que son algunas más. Qué bien :)

      Un abrazo transoceánico :)

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  7. Vaya, esto guarda mucha relación con mi último post. Te dejo un pequeño feedback, como se dice, añadiendo como hacen otros que no siempre comento por pudor o no tener mucho que aportar. Me gusta escribir, ser leído está bien, pero últimamente saco más placer en pensar, definir y corregir un relato que en la fase posterior. Cada vez tengo más dudas al hacer público lo que escribo, es como si perdiera todo su encanto, el que tiene en secreto. Con lo de publicar, llevo una racha de ofertas editoriales vamos a decir sospechosas (coedición, con más o menos cara dura) y paso por una fase de desencanto con el tema. Quizá es puro miedo, quizá deseos de autoprotección (soy muy sensible cuando la crítica es destructiva), quizá desapego porque con los años uno ya no depende de la palmadita en la espalda para seguir haciendo lo que le apasiona.
    Un abrazo.

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    1. De nuevo -vengo de responderte en otro post- coincido. Llega un momento en el que las cosas que se hacen por placer, por diversos motivos, no tienen por qué requerir publicidad. No hay que mostrarlo todo, no tenemos por qué.

      Un abrazo.

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