De concierto: María José Llergo.

Hace tiempo que no os hablo de música, pero hoy me apetece contaros que anoche estuve en un concierto y que todavía no me he recuperado. Hace unos meses, antes de verano, se dio a conocer el cartel de las Noches Eclécticas en el Palacio de Viana y yo lo flipé porque en el mismo cartel había dos artistazas que me moría de ganas de ver: Rocío Márquez, de la que ya os he hablado, y María José Llergo, a la que hacía poco que había encontrado y que me tenía enamorada perdida.  Tanto lo flipé que fui LA PRIMERA PERSONA en comprar la entrada para ambos conciertos. ¡El ansia viva!

Maria José Llergo es una cantaora cordobesa, para más señas, de Pozoblanco. Tiene una voz virtuosa y precisa, limpia, que no da una nota fuera de sitio y que, a pesar de esa perfección, te lo transmite todo cuando canta. No sé si os pasa, o es una cosa mía, pero las voces demasiado limpias, demasiado perfectas, suelen dejarme un poco fría. Algo más tiene que tener ella que cada vez que la oigo se me ponen de punta hasta las pestañas.

La descubrí de casualidad, en mitad del boom Rosalía, mirando por Youtube o yo qué sé cómo, llegué al videoclip de su canción "Niña de las Dunas".


Recuerdo que puse un tuit hablando de la confusión que me producía cerrar los ojos y transportarme a "Bodas de Sangre" y abrirlos y encontrarme a una chica joven, con su ropa deportiva, sus chanclas, que era la responsable de ese viaje. En cualquier caso, esa canción, escrita por ella, ya me enamoró. Pero es que dando vueltas y rebuscando me encontré esta MARAVILLA.


Y me hice fan. Y me puse a seguirla en Instagram. Y no me pierdo ninguna noticia sobre su música. La última ha sido el lanzamiento de otra canción maravillosa, la Nana del Mediterráneo, que canta a los que se duermen en las aguas de este mar para siempre.



Me moría de ganas de escucharla, así que allí estaba yo anoche, como una niña antes de entrar a Disneyland. Llegué con media hora de antelación a la apertura de puertas y aún así pillé cola, así que tuve que conformarme con un sitio modesto, pero no importaba, porque a María José Llergo no hace falta verla para que te ponga del revés. Es toda una experiencia verla tan menuda, tan niña, casi tímida, y que se arranque a cantar y te deje sin palabras. Una experiencia y un lujo.

Tampoco quiero dejar de mencionar a Marc López, el guitarrista que la acompañaba, que es un virtuoso con todas las letras. Espero que se me permita utilizar el término "acojonante" para su manera de tocar la guitarra. 

Lo disfruté lo que no está escrito. No me sabía la mitad de las canciones, pero me dio lo mismo. Me pasé el concierto entero con la carne de gallina. Y cuando cantó ese "Pequeño Vals Vienés" sin que yo me lo esperara o la "Canción de soldados", que tampoco esperaba, la lágrima me asomaba. Y no era para menos.

Tendríais que haber escuchado los aplausos. La Iglesia de la Magdalena (a donde trabajaron el concierto por la previsión de lluvia) se venía abajo. Al final del concierto, el público en pie parecía no cansarse de aplaudir. Y el último bis, al que se lanzó sin micrófono, fue la guinda del pastel. Vamos, que nos fuimos de allí porque nos echaron, porque había que irse, porque no quedaba otra. Pero que yo me habría quedado con su voz toda la noche, y casi la vida entera. 


Dadle una escucha, que lo merece. 


Y la semana que viene, Rocío Márquez. Yo no sé si mi corazón va a poder soportarlo. 


Comentarios

  1. Oye, pues me gusta mucho también. No me extraña que hayas disfrutado el concierto.
    Espero que puedas ir a muchos más.
    Besos

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  2. ¡Ojalá disfrutes del concierto de Rocío Márquez tanto como de éste! :D
    A mí también me hubiera sorprendido la inesperada "pequeño vals vienés", que es una canción que me encanta.
    ¡Un abrazo!

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    Respuestas
    1. No estuvo mal Rocío Márquez, me gustó mucho, pero las comparaciones a veces son odiosas.

      Un beso.

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