Razones para quedarse.



Este post va a ser una basura, básicamente porque soy yo pensando "en voz alta" e intentando ordenar mis pensamientos. Llevo unos días preguntándome por qué a veces es tan importante sentirnos atractivas y atractivos a los ojos de los demás. No hablo de sentirnos bien, de gustarnos a nosotros mismos, sino de gustar a los demás. Lo lógico sería pensar "Oh, dioses, a esta persona random que no me importa un cuerno no le parezco guapa, QUE LE DEN POR CULO" y pasar a otra cosa. Sin embargo nos importa. Quizá no a todos ni siempre en la misma medida. Pero nos importa.

También pasa a nivel de carácter. Supongo que es natural querer caer bien. Pero, aunque me cueste admitir esto, creo que llevo mejor lo de que alguien me considere antipática que lo de que no me considere guapa, atractiva o como queráis llamarlo. Y ojo, que debería estar acostumbrada: he sido la amiga simpática tantas veces... La guapa, nunca. 

El otro día, hablando de esto, me decían que es algo adaptativo. Sabemos, a nivel biológico, que no podemos sobrevivir solos, así que tenemos la tendencia de asociarnos a los demás, de ser alguien con quien los demás quieren estar o, al menos, de no ser un completo apestado. "Pero yo me refería a físicamente", puntualicé. Y me contestaron que bueno, que en esta sociedad que nos hemos montado, el atractivo físico es muy, muy deseable. Sabemos que es algo que marca la diferencia para que alguien nos quiera cerca o no, y no me malinterpretéis, no me refiero solamente al plano erótico, que también, sino al laboral y al resto de relaciones sociales. La gente guapa entra mejor. Si son unos soplapollas, pues ya lo dirá el tiempo. La gente poco atractiva tiene que probar que merece la pena estar a su lado. 

Yo qué sé, a lo mejor estoy diciendo un montón de tonterías, pero es que últimamente me vienen como flashes de las veces que me han dejado a un lado por no ser bastante guapa, de las veces que me han dicho, joder, qué graciosa eres, mientras intentaban hacerse a mi amiga la guapa*, de las veces que no me han dado la oportunidad ni de ser yo y llegar a conocerme, y yo que sé. Que no pasa nada, a ver, cada uno ocupa un lugar en el mundo, a lo mejor soy menos guapa pero tengo otras virtudes. A lo mejor la gente que me ha dejado fuera eran unos gilipollas sin remedio.  No sé por qué me da por pensar esto. Puede que sea porque me habría gustado saber qué se siente siendo la guapa. O a lo mejor porque, como cada vez soy menos simpática, no sé qué razón** le va a quedar a la gente para quedarse cerca. 






*Amiga Guapa que he de decir que tuvo una clase brutal, antes de que el término sororidad entrase en nuestros vocabularios, y me dijo, la primera vez que nos pasó esto, que el pavo podía ir a cascársela solo. Y era muy, muy guapo, de verdad. Pero también un completo soplapollas. Y ella, con 17 años, supo verlo. Y olé sus ovarios de rubia lista. 

**A lo mejor otro día os cuento por qué cada vez soy más cactus y menos erizo y por qué estoy en modo I ain't dealing with no bullshit. Pa dejar de caeros bien y eso (si es que os caigo bien, que es mucho suponer xD) :P 

Comentarios

  1. Jajaja... menudas cuestiones te planteas. Pero, la verdad, tienes razón en lo que dices. Aunque fastidie reconocerlo, es cierto... la mayoría de las veces la gente guapa lo tiene más fácil. Al menos, de primeras... luego ya, si son gilipollas será otra historia.
    Yo nunca he sido la guapa de mis amigas (creo... que yo sepa). De pequeña, en el colegio, yo era la de las gafas y en aquella época eso no molaba (ahora sí, qué suerte tiene mi hija). Y de adolescente y jovencita no era la guapa del grupo, pero tampoco sentí eso de que intentasen utilizarme para camelarse a alguna de mis amigas. Todo fluía bien, sin notar que entre nosotras hubiese guapas ni feas.
    Y la belleza suele ser subjetiva, salvo casos excepcionales en los que la belleza es tan obvia que es imposible negarla (pero esos casos escasean).
    Y tú eres guapa por dentro y por fuera.
    Ahora me muero de ganas de saber por qué cada vez eres más cactus y menos erizo...

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    1. A ver, yo no creo que fuese la más fea de mis amigas, pero sí era la gorda, y eso, hija mía, pesaba mucho (ba dum tssss xD) y podías estar con una tía "fea", pero una gorda era una degradación imperdonable. Había que estar muy desesperado y tener muy buena justificación para liarte con una gorda XD Así que sí, se notaba.

      Lo del cactus y el erizo quizá lo cuento algún día. Y si no, te lo cuento a ti, seguro.

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  2. Yo lo de no ser el guapo nunca lo tengo asumido desde siempre. Una batalla que siempre di por perdida. Asumido completamente. Pero respecto a lo de caer bien... hace años que me da igual. Quiero decir, bueno, de entrada no quiero caer mal, espero dar buena impresión. De entrada. Pero no es un tema que me quite el sueño, ni me preocupe. Si no caigo bien pues no caigo bien. Creo (creo, vamos) que soy una persona amable, y que no me gusta dar malas respuestas a nadie. Y aún así siempre puedes caer mal. Pero desde que me da igual, siento que paradójicamente me ha ido mejor.
    Y en tu caso, tiene razón Rosa, tú eres guapa por dentro y por fuera. Y la gente que te dio de lado por no ser la guapa (según ellos) se lo perdió.
    Un abrazo.

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    1. Ellos se lo perdieron y yo me quedé con estas preguntas sin respuesta para escribir en el blog, ¿puede ser que haya salido ganando?

      Podría ser... xD

      ¡Un abrazo!

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