Autocensura.

Cuando se carga contra el anonimato en Internet, yo saco las uñas. Me parece que la gente es lo suficientemente mala como para querer proteger nuestra identidad y lo que esta conlleva (nuestra privacidad, la de nuestros seres queridos, nuestro puesto de trabajo...) de gente malintencionada. El anonimato nos da la posibilidad de expresar opiniones de una manera más libre, sin que ese tuit estúpido sobre lo difícil que es encontrar un bikini en el que meter tus tetas sea lo que te acabe definiendo por un giro dramático de los acontecimientos.

Hasta hace algún tiempo me he sentido bastante cómoda dando mi opinión en redes sociales. Sucede que mis opiniones no son demasiado radicales, que suelo pensar las cosas y ser relativamente moderada en casi todo (aunque a veces tenga accesos de mala leche cuando se ponen en cuestión cosas basiquísimas), además de bastante respetuosa (aunque eso cada vez menos, he de reconocerlo). Pero en los últimos tiempos he notado que cada vez me autocensuro más.

¿Por qué? Porque no me gusta perder el tiempo. Yo dedico bastante tiempo a decidir cuál es mi postura respecto a ciertos temas controvertidos y a veces me cuesta mucho hacerlo. Si en una red social que se nutre de la inmediatez y del zasca intento exponer mi pequeña teoría (que no coincide con un sentir mayoritario o que lo desafía en alguna medida), ¿qué creéis que pasará? Vendrá alguien a decirme por qué estoy equivocada con muy pocas ganas de entender lo que quiero decir (no de compartirlo, ojo, de entenderlo) o, peor, me lanzará al circo de tuiteros para que me despedacen. Yo, desde luego, ya no doy un duro por el entendimiento en Internet. Twitter, la red social que más uso, se parece cada vez más a un pasillo de instituto en el que hay un montón de gente esperando a que alguien la cague para reírse o a que uno del os populares la tome con otro para gritar "¡Pelea, pelea!". Y qué queréis, amiguis: ya tengo bastante de eso en el trabajo.

Así que me callo mi opinión meditada, paso tuits y más tuits, me río con los chistes, sonrío con los vídeos de gatitos y poco más. Y al final, si muchos que también tienen este sentir hacen lo mismo, en las redes sociales solo queda ruido. Pero, ¿qué queremos? A nuestra sociedad le da tanto miedo el pensamiento como el silencio, así que es perfectamente coherente.

Cada vez tengo más claro que elaboro mis pensamientos por tener el gusto de entenderme y entender el mundo, y nada más.


Comentarios

  1. Me siento taaaaaan identificada...

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    1. ¿Sabes como consigo llevarlo mejor? Recordando que a la gente no le importa una mierda mi opinión en realidad XD

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  2. Viendo lo que se ve por ahí, no queda más remedio que autocensurarse si queremos vivir, medianamente, tranquilos...

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    1. Oscilo entre la tranquilidad que me da el silencio y el bullir de sangre de escuchar ciertas cosas. Es complicao. :P

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