Madre.




Me habría arrancado tu sangre
y tú habrías hecho lo mismo.
¿Será este el peor de los pecados?
Renuncié a tu legado
de ropa interior planchada,
suelos de brillo impoluto
y juguetes para niñas.
Fui lo que nunca quisiste
de manera militante.
Y aún así, tú
me llevaste a la biblioteca.
Todo te lo debo, todo.
También este peso inmenso
de tanto decepcionarte.

Comentarios

  1. Un nudo en la garganta me has dejado, amiga.
    Un beso.

    ResponderEliminar
  2. Lo he leído como siete veces y aún me da para otras tantas lecturas. ¡Chapó!

    ResponderEliminar
  3. Igual tía, lo he leído tres veces. Es conciso y desgarrador, me encanta ♥
    La pena es lo que refleja :*

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, reina mía, por leerme. Te lo agradezco mucho, de verdad :)

      Eliminar

Publicar un comentario

¡Adelante! Deja tu retal :)

Entradas populares de este blog

Cómo aprobé el nivel Avanzado de la EOI preparándome por mi cuenta.

Tontos-a-las-tres.

Libro: La edad de la ira, de Fernando J. López