El síndrome del sucedáneo.


Seguro que habéis oído hablar del síndrome del impostor. Seguramente no lo voy a definir bien, pero por si alguien no lo sabe, voy a intentar explicar en qué consiste. El síndrome del impostor es el conjunto de pensamientos que tiene una persona cuando le pasan cosas buenas que cree que no merece. Por ejemplo, cuando por fin consigue el trabajo que quería empieza a pensar que no se lo merece o que no está a la altura. Cuando obtiene un reconocimiento, en lugar de alegrarse, piensa que se han equivocado, que es un farsante y que, tarde o temprano, todo saltará por los aires y quedará expuesto como el fraude que es. Me ha pasado. La vez que más fuerte me dio fue cuando CASI publico la novela.

Pero lo que me pasa mucho, sobre todo (será por mierda mental...), es lo que he llamado "síndrome del sucedáneo". Me lo he inventado yo, porque total, estoy de vacaciones y tampoco tengo nada mejor que hacer. ¿En qué consiste? En pensar que estás donde estás como sustitutivo de otra cosa. Como los que dicen que el chocolate es un sustitutivo del sexo. Pues bueno, pues bien, el chocolate siempre está bien, pero a mí no me vengáis con cuentos. Ojo, que tampoco el sexo me vale como sustitutivo del chocolate, por si alguien tiene dudas.

Total, que ese pensamiento lo he tenido un montón de veces. Lo sigo teniendo en muchas ocasiones. Estoy prácticamente incapacitada para creer que se me quiere por mí misma. ¿Por qué se me quiere, entonces? Pues en mi mente porque había un hueco, una vacante, y llegué yo. Como en el teatro, cuando el protagonista se pone enfermo y lo tienen que sustituir: bien, no eres la mejor opción, no eres lo que queríamos, pero estás por aquí y haces el servicio.

Así que ahí vivo, con la sensación, más o menos permanente, de que estoy sustituyendo a alguien. De que si alguien no se hubiese roto una pierna, o faltado a clase, o si no se hubiese equivocado al rellenar un papel o no hubiese vivido tan lejos, pues yo no estaría. Habría otra persona en mi puesto. Y bueno, un poco es como el síndrome del impostor: tengo algo que no me pertenece. Pero, en cierto sentido, peor: habrían preferido dárselo a otra persona, si hubiese sido posible.

Y ya está. No sé si es algo que solo me pasa a mí o qué.

Hay que ver la de cosas sobre mis taritas que os estoy contando últimamente, ¿eh? xD Menos mal que los blogs se están muriendo y esto ya no lo lee casi nadie.

Comentarios

  1. Me ha encantado la última frase, que risa me ha dado XD
    Es verdad, hace tiempo que lo pensé pero ahora no sé si te lo llegué a preguntar o no (lo de la novela). Estoy fatal XD
    Da igual que síndrome sea, ya sea inventado o no, tener esa sensación constantemente es una mierda ya que no te deja disfrutar de nada.
    En mi caso es un poco diferente, lo del sucedáneo ocurrió de verdad hace años XD hasta que fui consciente y mandé esa persona a paseo porque no me convenía.
    Y el del impostor me pasa al revés: a veces me flipo con mis movidas y luego tengo que frenar el carro, en plan, que tienes mucho que mejorar xD Pero yo creo que como me he pasado tanto tiempo sin que me valorasen una mierda, ahora es como la jauja.
    Aunque estas cosas al final tienes que creértelas tú, nunca está de más que te digan ♥ yo creo que eres muy válida por ti misma y que a veces caemos de rebote en ciertos sitios o personas, pero eso no significa que seamos segundo plato. Incluso puede pasar que sientan que eres demasiado buena para ellos y no se atrevan a tener contacto, por miedo al rechazo. Esta última frase puede sonar rara, pero yo la he vivido xD

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias por tu súper comentario, Lansy. ERes un amor, y me has dado que pensar en algunas cosas :)

      Eliminar
  2. Esa sensación constante de que "tarde o temprano, todo saltará por los aires"
    Y lo que rompe.

    ResponderEliminar
  3. Tú eres una persona bonita. Y las personas bonitas no son sucedáneos de nada. Uno puede conocer a más gente bonita si tiene suerte, e ir sumando. Pero si uno te pierde, no encontrará sustituto para ti. Puede tener la suerte de conocer a otra gente que merezca la pena, sí. Pero una gran persona no se sustituye por otra gran persona. Sumas o restas. Pero no sustituyes. Y tú eres insustituible.
    ¡Un abrazo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ojalá creerme eso. Pero me temo que no me lo voy a creer nunca XD

      Eliminar

Publicar un comentario

¡Adelante! Deja tu retal :)

Entradas populares de este blog

Cómo aprobé el nivel Avanzado de la EOI preparándome por mi cuenta.

Tontos-a-las-tres.

Libro: La edad de la ira, de Fernando J. López