Mi sindromecito de Stendhal.

Yo lo sabía. Yo sabía que Córdoba me iba a curar todos los males. Y así es. Ya puedo sentirme fatal, que si tengo la oportunidad de salir y callejear por Córdoba, el alma me pesa menos. Lo malo es que no siempre tengo tiempo...

Pero hoy lo he sacado. Lo necesitaba. Y no me he podido aguantar. Me pasa mucho. A veces tengo que hacer una parada y escribir. 

Os dejo un trocito de esta ciudad que me ha robado el corazón vista a través de mi pluma, aunque el homenaje no le haga justicia. 


Ya veo el puente romano.
¿Me esperas, Córdoba sultana?
Despunta el amanecer
y el sol te lava la cara.

El Guadalquivir susurra
su amor con palabras de agua
y furtivo te acaricia:
"¿Me quieres, Córdoba gitana?"

Arrebolados los versos
se agolpan en mi garganta.
Ya pisan mis pies tu suelo.
Te extrañé, Córdoba amada. 


Comentarios

  1. Ya solo te falta ponernos aquí una foto vestida de andaluza... Ya estás tardando...;)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Por aquí no será, pero ten por seguro que la verás :)

      Eliminar
  2. Qué bello poema, Bettie :)
    Y aprovecha de estos paseos por la ciudad todo lo que puedas.
    ¡Un abrazo!

    ResponderEliminar
  3. Ay Bettie, disfruta mucho de la primavera cordobesa y que te siga inspirando y alegrando el alma :*

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

¡Adelante! Deja tu retal :)

Entradas populares de este blog

Cómo aprobé el nivel Avanzado de la EOI preparándome por mi cuenta.

Tontos-a-las-tres.

Libro: La edad de la ira, de Fernando J. López