De buenos y malos.

Hay ocasiones en las que las circunstancias favorecen las confesiones entre profesores y alumnos y, sobre todo, entre alumnos y profesores. Son situaciones en las que las barreras del aula bajan un poco y las distancias, no tanto físicas como simbólicas, se reducen. Algunas de estas situaciones son, por ejemplo, las excursiones. 

Yo pensaba que este año no iba a ir a ninguna excursión. Desde luego, ganas no me han dado. Pero mis muchachos y muchachas me lo pidieron y yo a ellos no les puedo negar nada, así que accedí. Y claro, en esa excursión una coincide con otros alumnos que también van y se entera de muchas cosas. 

Por ejemplo, una se entera de que sus alumnos están muy interesados en saber si tiene o no pareja, pues le han buscado un novio potencial y están intentando mover fichas, así como quien no quiere la cosa. Por ejemplo, me han ofrecido la cuenta de Twitter del susodicho, para que le eche un ojo.  Desde luego, no están haciendo las indagaciones cara a cara. Estos alumnos le han preguntado a su tutora, claro. Resulta que me vieron con un chico el otro día y quieren saber si hay algo o solo es un amigo. Y la pobre tutora, que no sabe por dónde salir, viene y me lo cuenta, entre muerta de risa y un poco picada por la curiosidad. Hay que ver.

En una excursión, por ejemplo, también puede ocurrir que a una se le "declaren". Así, tal cual. Que le griten "Profesora, te amo" porque una ha hecho un comentario de lo más normal sobre un grupo de música o porque ha mencionado un meme de Internet. Estas cosas pasan. 

O, en una excursión puede ocurrir que una se lleve alguna sorpresa. Puede que unos alumnos, ante las quejas de una sobre el comportamiento de algunos de sus compañeros le digan: "Pues a nosotros nos han dicho que eres muy buena en esos grupos. Dos personas distintas, además. Y qué personas..." Una no pregunta, porque sabe que se lo van a contar igual, o quizá con más motivo si no pregunta. Y se lo cuentan. Y le citan a dos piezas de museo de esas que no sabes qué hacer con ellas. Dos miembros del cuerpo estudiantil -por decir algo- que siempre están metidos en problemas, que contestan mal a los profesores, que no saben comportarse en un aula y a los que, por consiguiente, siempre se les está echando la barrila. Una servidora, también. Más de lo que le gustaría. En esos grupos tengo que entrar con cara de haber mordido un limón pasado y de mala leche. Y si no entro así, no pasan 15 minutos sin que me haya puesto de mal humor. No me gusta, pero es lo que hay. Y aún así dicen que soy buena... 

No me lo esperaba, desde luego, pero ya que piensan así, no estaría mal un poco de reciprocidad... 


Comentarios

  1. Los chicos siempre sorprenden, y es imposible que les caigas mal, eso está claro.

    Besos.

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    1. No sé yo qué decirte. Pero de no caer mal a decir que soy buena, cuando parezco un perro de presa en sus clases... XDDDD

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  2. Momentos que ayudan a sobrellevar el duro día a día. Señales que no todo cae en saco roto ;)

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  3. Las excursiones dan para mucho...jeje
    Y tus alumnos empeñados en buscarte novio...jajaja
    Me alegra que hayas disfrutado la excursión
    Besos

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    1. La verdad es que parece que les va la vida en ello... XD

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  4. Para qué veas lo gran profe que eres :D
    ¡Un abrazo!

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