Retales musicales: Duermes.


¿Alguna vez os habéis parado a mirar cómo duerme alguien que queréis? Seguro que los que sois padres/madres sí lo habéis hecho. También es algo muy de enamorados. Imaginad que habéis estado enamorados de ese chico o de esa chica durante semanas o meses. Imaginad que habéis soñado cada noche con perderos con él o ella entre las sábanas de cualquier cama. E imaginad que, por lo que sea, finalmente ese sueño se cumple. Y ahí estáis vosotros, de madrugada, después del amor, con una sonrisa bobalicona en los labios, observando cómo duerme ese sueño hecho carne. Bonito, ¿verdad?

Hay algo maravilloso en ver dormir a alguien a quien quieres. En parte es la certeza de que en ese momento no sufre, que está en paz. También tiene algo que ver el hecho de ser tú quien vela su sueño, como un caballero o una guerrera protegiendo un tesoro. Y, claro, también está eso de estar ahí cuando despierte y recordarle (y recordar) lo maravilloso o maravillosa que es mientras se quita la pereza de encima tapándose la cara con los antebrazos. 

Ver dormir a alguien que amamos es casi un milagro y nos hace sentir privilegiados por ser los únicos en presenciarlo: el mundo sigue girando mientras esa persona duerme, sin ser consciente de que esa maravilla está ocurriendo y sin saber lo que se pierde. 

Hay una canción que habla de eso y que en días como hoy me hace emocionarme hasta las lágrimas. Es, como no, de Ismael Serrano, y se titula "Duermes". Aquí os dejo el vídeo, para que la disfrutéis, y la letra, que es maravillosa toda ella. 





Duermes, mientras la ciudad 

golpea el cristal con su llanto, 

ajena a tu sueño. 

Que pena que este milagro 

de verte dormida en paz 

no desborde el muro 

de esta habitación. 

Ojalá que mañana, cuando te 

despiertes, duerma mi dolor. 



Duermes, y bajo el flexo 

una estudiante reza la locura 

de huir con los muchachos 

del camión de la basura. 

Y, mientras los bares entierran 

la culpa de esta gran ciudad. 

Tantas soledades sin saber que duermes, 

no pueden amar. 



Duermes e insomne cruzo la casa 

y te busco intranquilo, 

porque sueño a tu lado, 

aunque no duerma contigo. 



Duermes, perdona mi maldita costumbre 

de despertarte, porque tengo miedo 

o porque llego tarde. 



Duermes y un hombre escribe 

versos frente a una computadora. 

Temblando en la pantalla, 

abre la caja de Pandora. 

Y en un cuarto de hotel, 

busca encendida en el minibar 

el rumor de unas olas, una pareja 

que esta noche no dormirá. 



Duermes y un hombre llora 

en un taxi mientras suena la radio. 

Una mujer desnuda lo detiene 

en un semáforo. 

Nadie sabe que duermes, 

no consta en los diarios. 

Que lástima la gente que nunca besará 

la paz sobre tus párpados. 



Duermes e insomne cruzo la casa 

y te busco intranquilo, 

porque sueño a tu lado, 

aunque no duerma contigo. 



Duermes, perdona mi maldita costumbre 

de despertarte, porque tengo miedo 

o porque llego tarde.

Comentarios

  1. Desde hace muchos años creo firmemente en que no hay nada más íntimo que dormir con alguien, que permitir a alguien vivir la experiencia que narras, abandonado en sus manos.

    Un saludo

    ResponderEliminar
  2. ¡Qué preciosa entrada! ¡Y qué preciosa canción! Comparto todo lo que dices. Y comparto también una confesión: esta entrada me hubiera gustado escribirla a mí XD
    ¡Un abrazo!

    ResponderEliminar
  3. ¡Me gusta la canción! Y ya sabes que no soy muy forofa de Ismael.
    Mi canción favorita también habla de mirar dormir a quien quieres... I don't want to miss a thing, de Aerosmith. Ains...

    Un besoteeeeee

    ResponderEliminar
  4. ¡Bonita canción! Es muy bonito ver dormir a alguien que quieres, es cierto; y si es de la forma en que se quiere a una pareja todavía es más bonito que sea a esa persona lo primero que veas al despertarte. Y ya me callo, que tengo el ñoño subido.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

¡Adelante! Deja tu retal :)

Entradas populares de este blog

Cómo aprobé el nivel Avanzado de la EOI preparándome por mi cuenta.

Tontos-a-las-tres.

Libro: La edad de la ira, de Fernando J. López