Ningún número te define.

Hace ya algún tiempo escribí que los currículos no me representan. Pero ni a mí, ni a nadie. No creo que haya ninguna persona que se agote con lo que puede escribirse en un curriculum vitae. Pero lo cierto es que damos mucha importancia a estas cosas. Ojalá fuésemos como los gatos, que, como saben quién son, no necesitan ni nombre. Pero las personas necesitamos datos, etiquetas, que nos definan. O eso parece. Y a veces, por colgarnos esas etiquetas damos demasiado. Sacrificamos demasiado.

Hablo, por ejemplo, de los estudios. Durante mi vida he conocido mucha gente agobiada por los estudios. Y no hablo de agobio normal (como el mío) sino de agobio de dejar de comer, o de comer y no dejar de adelgazar, o de romperte psicológicamente por no poder soportar la tensión. Hablo de ese agobio que te quita la salud. Y queridos, queridas, la salud es lo primero.

Es cierto que cuando empiezas a meterte en la vida académica, especialmente a partir de Bachillerato, las notas parecen algo importantísimo. Vital. Y cuando te importa hacer las cosas bien, cuando te tomas en serio lo que haces, esa presión puede tornarse insoportable. A lo mejor los profesores tenemos parte de culpa, porque a veces, quizá de manera casi inconsciente, ponemos el acento en lo importantes que son los buenos resultados. Y lo son. Pero no a cualquier precio.

Hoy lo digo aquí: ningún número te define. Eres más que tu nota (mucho más). Eres más que la carrera a la que puedas acceder. Más que el trabajo que consigas (o no). Más que tu sueldo. Mucho más. Y no merece la pena sacrificar eso que eres para conseguir ese número. No merece la pena sacrificar tu alegría, tu salud, tu vida por ello. Esforzarse sí, perderse no. 

Y, por supuesto, por si no te lo habían dicho nunca, que fracases no te convierte en un fracaso. 


Comentarios

  1. Tienes razón. Es así. Pero... el mundo te valora con sus parámetros. Y cómo escapar del mundo.
    ¡Un abrazo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No tienes que escapar del mundo. Solo tienes que relativizar. Por no decir que te tiene que importar más o menos una mierda.

      ¡Besos!

      Eliminar
  2. No somos todos iguales, y en algún punto siempre tenemos una limitación que otros no tienen; y no por ello somos mejores o peores: cada uno es bueno en algo, pero no todos somos buenos en lo mismo. Con cosas como estas siempre me viene a la cabeza esta viñeta: http://i.imgur.com/JASiyii.png

    Este año, como ya he comentado alguna vez, volví a estudiar. Y hacía tanto tiempo de ello que ya no recordaba la frustración que se siente cuando esperabas sacar mejor nota de la que has sacado…

    Pero bueno, ¡queda tiempo!

    Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bueno, pero relativiza. La nota no siempre expresa lo que has aprendido... :P

      Eliminar
  3. De alguna forma se podría elegir el modelo de primaria, que en lugar de números te ponen aprobado o necesita mejorar.

    En cuanto a los currículums, escuché en un programa de radio que en no sé que país contrataron a una persona que había rellenado su currículum con: bla, bla, bla... literalmente. Increíble.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Eso es porque no los leen xDDD

      Eliminar
    2. O les hizo gracia. Al menos se tendrán que leer la información de contacto para llamarte o saber tu edad ;D.

      Eliminar
  4. Creo que esta reflexión parte de una conversación cibernética que vi en directo :P Y estoy de acuerdo contigo.

    No creo que los números nos definan, sino que solo "miden" según ciertos parámetros. Seamos realistas, sacar "x" nota en el primer examen de las oposiciones (por ejemplo, hablo del examen de temario) dependerá generalmente de tu grado de memorización, de la suerte que hayas tenido con los temas que salgan e incluso de cómo te encuentres ese día concreto. ¿Y eso determina el tipo de profesional y profesor que eres o puedes ser? Lo dudo mucho.

    De la misma forma que he visto a gente en la carrera hacer trampa por sacar la máxima nota posible (y sacándola) o con una actitud competitiva a la que no atribuyo un valor positivo.

    Precisamente, a mí me ha pasado generalmente al revés: por mis buenas notas, la gente consideraba que tenía derecho a orientarme a según qué carreras o futuro, sin tenerme en cuenta ni a mí ni a mis aspiraciones. Incluso sientes que "vaya desperdicio" destinar tanta nota a una carrera de letras y, al final, eso te muestra gran parte de lo ridículo que es el sistema de calificación. Es más, hasta yo me he sorprendido a veces de sacar más nota que otras personas que consideraba mejor y más preparadas que yo, pero por suerte, dominaba en concreto el tema que había tocado en el examen o quizás por otras características.

    Al final, lo que se echa en falta es una valoración mucho más personal que una nota, pero ante la falta de esa valoración, nos acabamos creyendo que "somos" la nota.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lo de "vaya desperdicio" lo he oído yo hasta hartarme. En fin...

      Y en las oposiciones ya, ni te cuento. En la nota nos va mucho, pero creernos que somos eso tampoco es la solución.

      Eliminar
  5. ¿Cómo no darte la razón? Pero que difícil es relativizar la realidad que mide, pesa y valora en base a criterios sencillos y planos.
    Un saludo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sencillos y planos, pero no infalibles. No sé, creo que hay que darle la importancia que tiene.

      Eliminar
  6. Yo no voy a decir nada aquí. Tú y yo ya lo hemos hablado y te agradezco esta entrada, por mí y por quienes la lean.

    Un beso.
    *se quita la lagrimilla del ojo*

    ResponderEliminar
  7. ¡Cuánta razón tienes! He pensado muchas veces sobre eso porque para mí 2 de Bachillerato fue un infierno, cada décima (y centésima) era motivo de lágrimas o alivio, mientras todo tu círculo te preguntaba por la nota tras decirles tu carrera ideal y te miraban con cara de "uff, no es suficiente...", a pesar de que tuvieras una buena nota. Me juré, tras toda esa locura, que jamás me obsesionaría tanto con las notas, no me dejaría definir por ellas nunca más.

    Como dices, no somos las etiquetas que tenemos, ya sean notas, títulos... pero lo olvidamos, y al establecer nuestro autoconcepto en base a las etiquetas, en cuando fallan nos hundimos...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Exacto. Esas cosas pueden llegar a ser muy importantes, pero no lo son todo.

      Eliminar
  8. Esto sería genial si, aunque empezara en uno mismo, esa relativización de los números fuera continuada por el resto de ls sociedad...que se encarga de imponer esos números

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Eso sería perfecto, pero la perfección... Lo que pasa es que sí es cierto que es más fácil salirse de unos números que de otros...

      Eliminar
  9. Hoy me viene bien leer esto, así que gracias. Nunca he sido de buenísimas notas, soy una gran procastinadora (? nunca se escribirlo bien), y además, muy nerviosa. Pero cuando he notado que me afectaba a la salud, siempre paré. Ahora, a punto de acabar la carrera, estoy decidida a compensar mi mediocre media con mucho trabajo, mucho escribir e investigar (grado en Sociología). Lo peor es que muchos compañeros, amigos, no entienden que eso es lo principal, y que las chuletas NO sirven después. Que, como bien dices, los números no dicen nada de uno mismo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Eso a mí me fascina. Tan importantes son los números, que a la gente le importa un pito no saber nada (a alguna gente) con tal de tener el númerito. Vaya enfoque.

      Ánimo, seguro que el trabajo da sus frutos :)

      Eliminar
  10. Oh, esa última frase, Bettie. <3

    La verdad es que en la ESO le daba mucha más importancia a las notas. Ahora, en segundo de bachillerato... pues bueno, sigo sacando buenas notas, pero me he vuelto más pasota (debería ser al revés). Pienso era a causa de la reputación que me ganaba al sacar las mejores. O más bien el efecto de la clase cuando sacaba menos nota que de costumbre. Sus reacciones dolían muchísimo.

    Pero bueno, conclusión: que esto ahora me importa tres pepinos. xD Y no por ello he sacado peores notas. Nací empollona y eso no lo puedo remediar.

    (¿Cuántas veces he escrito "notas"? Soy muy repetitiva.)

    ResponderEliminar
  11. Creo que voy a imprimir esta entrada y a colgarla en mi habitación.

    ResponderEliminar
  12. Me quedo con lo que has dicho en un comentario:
    "Tan importantes son los números, que a la gente le importa un pito no saber nada (a alguna gente) con tal de tener el numerito. Vaya enfoque."
    Mira que yo he sido de sacar buenas notas pero tampoco en plan exagerado de todo sobresalientes o notables, siempre hubo algo más bajo.
    No he sido de venirme a bajo, excepto este año por la que suspendí. Pero más que por suspender en sí, por atascarme en gilipolleces y no poder hacer más :( me sentí muy tonta en ese momento XD
    Es evidente que motiva sacar buena nota pero he pensado y he dicho mucho lo de: "Si bueno, pero en verdad no tengo los conocimientos que me indican esa nota". Considero que hay mucho factor suerte en los exámenes, así que tampoco es algo a valorar 100%.
    Es igual que ahora que ya se está acabando el curso, mis compañeros ya están diciendo que no vendrán una vez acabados los exámenes. Pues yo quiero aprovechar todos los días de curso para aprender todo lo que pueda. No sé, será que soy rara o algo XDDDDDDDDDD
    Otro tema que me fastidia es la gente que va de superior por cobrar más dinero que tú. Vale oye, tienes suerte, pero seguramente esa persona esté amargada. Igual no... pero si va con esa actitud no sé yo XD

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues lo importante es aprender, no puntuar. Una vez que tienes el título, lo importante es lo que sabes, no la nota que tienes. Creo yo, vaya.

      Y en cuanto a lo del sueldo, ídem. Una persona que cobra 5000 euros no es mejor que una que cobra 1000. Ni tampoco garantiza que vaya a ser más feliz, o a estar más tranquila, porque a veces no sabemos aprovechar esas cosas siquiera.

      ¡Besos!

      Eliminar

Publicar un comentario

¡Adelante! Deja tu retal :)

Entradas populares de este blog

Cómo aprobé el nivel Avanzado de la EOI preparándome por mi cuenta.

Tontos-a-las-tres.

Libro: La edad de la ira, de Fernando J. López