Fábula DIY: El gato y la golondrina.

La primavera trajo golondrinas al pueblo o, quién sabe, quizá las golondrinas trajeron la primavera. El caso es que los primeros rayos de sol trajeron multitud de avecillas jóvenes y temerarias que amenazaban con arrancar el sombrero a los transeúntes con sus vuelos rasantes. Supongo que, como todos los jóvenes, se creían dueñas del mundo y no temían a la muerte. 

Pero no solo eran desafiantes mientras volaban, también cuando cantaban. Se posaban en los balcones al amanecer, robándoles horas de sueño a las gentes de aquel lugar y, desde sus atalayas, atormentaban a toda hora a los animales domésticos de los hogares. Especialmente a uno.

En una de las viviendas habitaba un gato elegante y siempre calmo. Las golondrinas jóvenes disfrutaban volando sobre el patio que él guardaba, viendo como sus ojos, fieros a pesar de todo, las perseguían sin que pudiese hacer nada por alcanzarlas. No obstante, la diversión duraba poco: no es muy divertido provocar si nadie responde a tus provocaciones, por lo que, tras unos minutos, las golondrinas se marchaban con viento fresco a torturar a otros animales. Todas, menos una. 

Aquella golondrina, más osada que ninguna, decidió que no iba a rendirse hasta que aquel estúpido animal intentase cazarla. Entonces sí iba a reír a gusto, haciéndole correr, maullar, saltar y bufar tras ella. De suerte que tomó la costumbre de apostarse, bien temprano por la mañana, sobre el muro del patio y entonar un canto irritante. Su piar se repetía como una burla y acababa siempre con un vibrato del que se sentía especialmente orgullosa y que sonaba como una carcajada socarrona. 

Uno, dos, tres, cinco, siete, diez días repitió la operación. Y nada. El gato la escuchaba, o eso indicaban al menos sus orejas puntiagudas que se movían al ritmo de los gorjeos de la golondrina. Y la veía, pues sus ojos verdes y rasgados permanecían fijos en ella tanto tiempo como se dignaba a estar allí, sobre la tapia de su patio.

Ese día, el décimo, la golondrina sintió que algo bullía en su pequeño pecho: nunca, nadie, la había mirado así. Intentó desterrar esa idea de su alma, pero no fue capaz. Pasó la noche en vela pensando en aquel gato que la miraba y la escuchaba sin descanso, dedicándole toda su atención. 

Al día siguiente la golondrina volvió a su puesto pero su voz ya no era desafiante ni su canción burlona. Había desaparecido el gorjeo final, ese que parecía una risa. Esa vez la golondrina entonó algo parecido a una balada, sin atreverse a mirar al gato. Solo cuando hubo acabado volvió la vista y se dio cuenta de que él se había movido, de que se había acercado y de que sus ojos, fijos en ella, como siempre, parecían dos canicas relucientes. Entonces el gato habló.

-¿Cómo puedo confiar en ti? Me has estado atormentando todos estos días...
-Puedo demostrarte que te amo, si me dejas acercarme a ti.

El gato pareció dudar un momento, pero acabó tumbándose en el suelo, a la espera. La golondrina aceptó la invitación y, dejando escapar alegres trinos, se acercó a saltitos hasta el gato, tanto que casi podía rozar sus bigotes. 

Este alzó una pata con dulzura y, sonriendo, la puso sobre la golondrina, sin tocarla todavía. Ella no cabía en sí de gozo: ¡La amaba! ¡El gato la amaba! Agachó la cabeza, azorada, esperando la caricia de su amado. Entonces el gato desplegó sus garras y acabó con ella. 





***

Como he dicho que es una fábula DIY (Do It Yourself, hágalo usted mismo), falta una parte, claro: la vuestra. A ver, a ver,... ¿cuál es la moraleja?

Comentarios

  1. Aunque te parezca amajoso, nunca te juntes con un bicho que come otros bichos parecidos o iguales a ti XD

    (Recordad niños, los tiburones son muy chupis en la tele, pero eso de darles de comer y acariciarlos, o simplemente bañarse con ellos, está un puntito mas allá de tentar a la suerte... )

    Te quiero, Vida mía! <3 Mil millones de besos! :*

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    1. Jajaja, tú y tus tiburones XDDDD

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    2. Me fascinan! Pero nunca nos veras compartiendo el mismo medio en el mismo momento. Lejos, lejos... XD

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  2. Yo es que a veces soy muy simple...
    Moraleja: no te fíes de nadie, y menos de los que están siempre callados...

    Me ha encantado la fábula. Y por un momento, me ha recordado una situación que viví el año pasado. Tuve una temporada que todos los días tenía un par de urracas "cojoneras"... tremendamente escandalosas. Se paseaban por la finca haciendo un ruido espantoso. Por la mañana, por la tarde, por la noche... Era un martirio. Hasta que en un par de ocasiones apareció alguna muerta, que mis queridos perros se encargaron de matar. Pues santo remedio... No han vuelto. Bueno, a veces veo alguna saltando por el jardín, pero no dicen ni pío... jeje

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    1. Madre mía, menudo tostón xD

      Y lo de la moraleja, ni simple ni no simple, quiero ver qué se os ocurre :D

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    2. No sé si lo del tostón lo dices por el rollo que he soltado o por tener que aguantar a unas urracas ruidosas todo el día... ;)

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    3. Jajajaja, por lo de las urracas. Yo el año pasado tuve un pájaro -no lo identifiqué- que se me ponía en el balcón a las cinco y media o seis de la mañana, y dios.... xDDDD

      La duda ofende, Rosa :P jaja

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  3. Si no puedes con tu enemigo...
    Observa, sé paciente, estúdialo, acércate a él, busca su punto débil, deja que baje la guardia y se confíe. Y, entonces, solo entonces, un zarpazo certero.

    Como la vida misma. Arrieritos somos.

    Que me ha encantado.
    Besotes insomnes.

    Y lo que me cuesta quitarle la tilde al solo... ¡RAE de mi corazón!

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    1. Ay, mi pobre insomne...

      Lo del "solo" a mí también me cuesta, jolín. Con los demostrativos me costó menos, pero jo. -.-

      Ayer me acordé de ti , que me siguió la Doctora Jomeini en Twitter. Tengo pendiente el libro aquel de fantasía, jopé... Me amontono xD

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  4. Jajjjjjaaaaaaaa
    Me ha encantado .
    Moraleja :
    El amor mata

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  5. No te fíes de nadie. Incluso yo me había quedado un poco tonta con el amor de la golondrina y el gato. Menudo susto que me he llevado al final. xD

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  6. Mi interpretación es un poco diferente... cuidado: amar demasiado te puede destruir. Pierdes la capacidad de sentir temor. Incluso no sé si veo una metáfora de enamorarse de un maltratador y todo ^^U
    ¡Un abrazo!

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    1. Jajajaja. Bien, bien. Algo de lo que has dicho tenía yo en mente. No voy a decir qué XD :P

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  7. Yo me quedo con no fiarse de nadie nunca... y que la golondrina que iba de lista y que parecía que iba a dar por saco al gato, al final ha sido la más tonta. Es como que el karma se ha vuelto contra ella y le ha pagado con la misma moneda.
    Besos!

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    1. Cuidadito con el karma y con ir de listos. Es una buena moraleja :P

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  8. Estaba llegando al final y pensaba "la va a atacar", "la va a atacar"... supongo que yo soy de los que no se fían mucho de las personas. Estoy de acuerdo con la moraleja de Letraherido. También he pensado en Ícaro y su deseo de acercarse al sol por cómo se sentía al poder volar.

    Me gusta :)

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    1. Me gusta eso de Ícaro. Muy, muy bueno. Voy a hacer más fábulas incompletas, que me ha gustado el experimento.

      Yo habría pensado lo mismo, habría esperado este desenlace. Supongo que por eso lo escribí así, claro xD

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  9. Mi visión es que si hay alguien que te ha jodido la vida no puedes ir de buenas de un día para otro esperando que la otra persona sea gentil contigo. La golondrina ha recibido su merecido.
    Muy creída ella de que el gato la amase, poca empatía veo yo ahí xD

    Que por cierto, me ha encantado la fábula ♥ aunque sea mi animal favorito el que acaba destripado xDDD ¿Harás más? ^___^

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    1. Jajaja. A la próxima destriparemos a otro bicho. Espero que sí, que me gusta ver las cosas que se os ocurren :D

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